La caza de dos gerifaltes nazis en D¨¦nia y Valencia centra una pel¨ªcula y una novela
El filme ¡®El sustituto¡¯, de ?scar Aibar, y el libro ¡®Los d¨ªas rojos¡¯, de Miguel Herr¨¢ez, renuevan el inter¨¦s por el uso de Espa?a como refugio de exdirigentes de la Alemania nacionalsocialista
En los descansos del rodaje en D¨¦nia de la pel¨ªcula El sustituto, su director, ?scar Aibar, sol¨ªa acercarse a alg¨²n bar para tomar algo. En uno de ellos oy¨® a unos ancianos un comentario que no olvida: ¡°Est¨¢n haciendo una pel¨ªcula sobre nuestros nazis¡±. ¡°Dec¨ªan nuestros nazis como el que dice nuestros tomates¡±, sonr¨ªe el cineasta catal¨¢n recordando la an¨¦cdota.
La idea de la pel¨ªcula le surgi¨® hace 15 a?os, cuando vio en un restaurante de Calpe una fotograf¨ªa de los a?os 60 de unos nazis, vestidos con uniformes, comiendo una paella. Fue tal el shock que decidi¨® crear una ficci¨®n con esa imagen.
Comenz¨® a indagar y as¨ª descubri¨® al personaje de Gerhard Bremer, antiguo SS que en 1955 emigr¨® a D¨¦nia despu¨¦s de cumplir una condena de seis a?os de c¨¢rcel. Magnate del turismo, Bremer levant¨® los Bremer Park Bungalows, que fueron retiro dorado para otros nazis. Tal era su preminencia que no es dif¨ªcil encontrar fotos suyas con personajes como Manuel Fraga. Una de ellas sale en la pel¨ªcula que, producida por Pedro Pastor y Gerardo Herrero, se estrenar¨¢ previsiblemente el 29 de octubre.
A partir de la figura de Bremer y de dos misiones fallidas para matar a nazis en Espa?a, el director de Platillos volantes (2003) o El gran V¨¢zquez (2010) construy¨® con su coguionista Mar¨ªa Luisa Calder¨®n una trama ambientada en 1982 que ha hecho realidad con la complicidad de su tr¨ªo protagonista, Ricardo G¨®mez y Pere Ponce, con quienes coincidi¨® en Cu¨¦ntame, y Vicky Luengo (Antidisturbios).
G¨®mez es el sustituto de un agente muerto en extra?as circunstancias; Ponce, su Virgilio en un infierno que finge ser para¨ªso; y Luengo, una joven doctora que hace las veces de narradora. El joven polic¨ªa ir¨¢ descubriendo la terrible verdad que oculta una D¨¦nia donde parece que ¡°nunca pasa nada¡±, como dice el personaje de Ponce; pero solo parece.
El pl¨¢cido exilio nazi en tierras valencianas hab¨ªa sido documentado, por citar algunos ejemplos, en novelas como Lo que esconde tu nombre de Clara S¨¢nchez (premio Nadal 2010) y su continuaci¨®n Cuando llega la luz, o libros como Cita en Sarajevo, de Francesc Bayarri. En este ¨²ltimo se detalla el asesinato del general croata nazi Maks Luburic, ocurrido en Carcaixent, donde resid¨ªa el Carnicero de Jasenovac, un criminal de guerra a quien los propios nazis calificaban de ¡°s¨¢dico¡± y ¡°enfermo¡±.
Sin embargo, no son muchas las pel¨ªculas sobre el tema, excepci¨®n hecha de rara avis como Tras el cristal (Agust¨ª Villaronga, 1987). En este sentido, Aibar es consciente de que se ha adentrado en tierras v¨ªrgenes para el cine espa?ol. ¡°El motivo es porque fue silenciado, primero, por los servicios secretos del franquismo y, despu¨¦s, en democracia, porque hubo poco inter¨¦s en mostrarlo¡±, se lamenta.
Las cosas, sin embargo, parecen que est¨¢n cambiado algo en el mundo audiovisual espa?ol. Netflix acaba de estrenar la serie Jaguar, protagonizada por la actriz Blanca Su¨¢rez, en la que se recrean las andanzas del gerifalte nazi Otto Skorzeny, entre otros, en Espa?a. Este famoso coronel de las Waffen-SS y liberador de Mussolini ha suscitado un creciente inter¨¦s en los ¨²ltimos a?os, como demuestran el ensayo de Francisco Jos¨¦ Rodr¨ªguez de Gaspar (Otto Skorzeny. El nazi m¨¢s peligroso en la Espa?a de Franco, Almuzara) o el documental de Pedro de Echave Garc¨ªa y Pablo Azor¨ªn Williams El hombre m¨¢s peligroso de Europa, Otto Skorzeny en Espa?a. Casulamnet.
Ahora, una nueva voz ha dado una vuelta de tuerca m¨¢s a este inquietante personaje: la del catedr¨¢tico de Literatura Miguel Herr¨¢ez con su ¨²ltima novela, Los d¨ªas rojos (Piel de Zapa). En esta ficci¨®n Herr¨¢ez fantasea con una hipot¨¦tica visita del nazi Skorzeny a Valencia, una ¡°palanca¡±, en sus palabras, ¡°para hacer cristalizar todo el imaginario de los ¨²ltimos a?os del franquismo¡±.
A diferencia de otras novelas suyas sobre el mismo periodo, las intenciones de Herr¨¢ez han ido m¨¢s all¨¢ del retrato memor¨ªstico para poner de manifiesto la complicidad entre nazismo y franquismo. Con una trama sencilla y realista, Los d¨ªas rojos relata los desvelos de una c¨¦lula comunista por captar una imagen de Skorzeny que le deben hacer llegar a unos cazanazis. La misi¨®n se ver¨¢ complicada por una explosi¨®n en la Estaci¨®n del Norte y un giro al final.
Herr¨¢ez, como Aibar, aprovecha tambi¨¦n la ficci¨®n para denunciar la anuencia con la que ¡°el r¨¦gimen de Franco, el Vaticano, la Argentina de Per¨®n o la misma Alemania o Austria¡± trataron a los nazis tras la II Guerra Mundial. ¡°Solo habr¨ªa que recordar qui¨¦n fue Kurt Waldheim y los cargos que ocup¨® [fue secretario general de la ONU], para determinar c¨®mo la Guerra Fr¨ªa gener¨® una din¨¢mica de bloques interesados en no mover la manta¡±, comenta.
Una manta que se teji¨®, y c¨®mo, en Espa?a. ¡°La fama de Josef Mengele volc¨® la imagen internacional y se extendi¨® la idea de que los nazis viv¨ªan a sus anchas en Sudam¨¦rica¡±, dice Aibar. ¡°Los ni?os del Brasil, Marathon Man¡ contribuyeron a ello. Pero aqu¨ª, en Espa?a, a apenas dos horas de avi¨®n de Alemania, hab¨ªa much¨ªsimos¡±, explica. Para ¨¦l la presencia nazi en Espa?a es una ¡°historia triste¡± sobre la que queda pendiente una reflexi¨®n. ¡°Muy contento¡± del rodaje en D¨¦nia (¡°filmar a 200 metros de donde ocurri¨® todo fue especial¡±), su pel¨ªcula y la novela de Herr¨¢ez vuelven a poner el foco sobre ella, sobre ¡°nuestros nazis¡±.
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