Paloma Chen, la rabia po¨¦tica que emergi¨® de un restaurante chino de Utiel
La joven escritora es una de las contadas excepciones frente a la invisibilidad medi¨¢tica de los j¨®venes espa?oles de origen asi¨¢tico
El 15 de marzo de 2021, la Real Academia Espa?ola se abri¨® al p¨²blico con la exigencia de mantener la distancia entre los asistentes por la covid-19. La periodista y escritora Paloma Chen (Alicante, 25 a?os) estaba celebrando el II Premio Nacional de Poes¨ªa Viva #LdeL¨ªrica que le hab¨ªan concedido. Arranc¨® su discurso ante la instituci¨®n tricentenaria exigi¨¦ndole ¡°flexibilidad, adaptaci¨®n a los nuevos tiempos, mucho feminismo y antirracismo¡±. Ella fue, en su infancia y buena parte de su adolescencia, la ni?a china sentada al fondo del restaurante chino que regentaron hasta el pasado a?o sus padres en Utiel (Valencia).
La puesta en escena que sigui¨® a estas palabras condens¨® la belleza que contiene su ¨²nico poemario publicado hasta la fecha, Invocaci¨®n a las mayor¨ªas silenciosas (Letraversal, 2022). Una l¨ªrica a base de rabia y a?os de observaci¨®n silenciosa desde aquel rinc¨®n en el comedor del China Town, entre rollitos de primavera y acumulando las cicatrices que le unen a los que han tenido que Crecer en un chino, como se llamaba su trabajo final de grado.
¡°En el colegio era solitaria. La tele era mi amiga. La lectura era mi amiga y sin darme cuenta decid¨ª que mi papel era ser la empollona de la clase, la chica que m¨¢s libros sacaba de la biblioteca. Eso me salv¨®, pero ampli¨® las distancias. Me sent¨ªa todo el tiempo rara, marginada. Le¨ªa y escrib¨ªa hasta en el patio¡±, recuerda por videollamada con EL PA?S. ¡°Algunas ni?as espa?olas de origen chino no pueden hablar con sus padres con la fluidez con la que lo hacen las ni?as con sus padres espa?oles. Por eso, mi viaje hacia una identidad personal es largu¨ªsimo¡±, dice. Adem¨¢s de haber estudiado el M¨¢ster en Construcci¨®n y Representaci¨®n de Identidades, en la Universitat de Barcelona, actualmente cursa filosof¨ªa en la Fudan University de Shanghai, colabora con la Transnational Migrant Platform-Europe y performa junto a Yan Huang y Laomu en el colectivo po¨¦tico Textura Pluma Tumba.
¡°En el colegio era solitaria. La tele era mi amiga. La lectura era mi amiga y sin darme cuenta decid¨ª que mi papel era ser la empollona de la clase, la chica que m¨¢s libros sacaba de la biblioteca. Eso me salv¨®, pero ampli¨® las distancias. Me sent¨ªa todo el tiempo rara, distinta, marginada. Le¨ªa y escrib¨ªa hasta en el patio¡±, recuerda la entrevistada en videollamada por EL PA?S. No obstante, esas distancias no alcanzan lo sideral que se intuye el espacio en el m¨¢s habitual de sus desahogos: ¡°algunas ni?as espa?olas de origen chino no pueden hablar con sus padres con la fluidez con la que lo hacen las ni?as con sus padres espa?oles¡±. ¡°Por eso, mi viaje hacia una identidad personal es largu¨ªsimo¡±, dice. Adem¨¢s de haber estudiado el M¨¢ster en Construcci¨®n y Representaci¨®n de Identidades, en la Universitat de Barcelona, actualmente estudia filosof¨ªa en la Fudan University de Shanghai, mientras colabora con la Transnational Migrant Platform-Europe como coordinadora de comunicaci¨®n y performa junto a Yan Huang y Laomu en el colectivo po¨¦tico Textura Pluma Tumba.
¡°Lo m¨¢s radical es que en este largo trayecto s¨ª he encontrado una identidad colectiva, la que me conecta a cualquier descendiente de chinos en la di¨¢spora. Cuando viv¨ª un a?o en Shanghai pude reunir muchas piezas de ese puzzle emocional, pero nada fue m¨¢s evidente que aceptar que nadie me iba a entender mejor que una persona as¨ª, aunque ni siquiera comparti¨¦ramos la lengua en la que nos comunicamos¡±, afirma. Un apego singular que, en Espa?a, le ha unido ocasionalmente con el pu?ado de voces que durante los ¨²ltimos a?os ha acaparado algo de atenci¨®n por parte de la opini¨®n p¨²blica: Chenta Tsai (cuyo nombre es art¨ªstico es Putochinomaric¨®n), Quan Zhou (autor de Gazpacho agridulce), Susana Ye (Chinoles y bananas) o Antonio Liu Yang (Yushudo. El camino de la excelencia). La aportaci¨®n de Chen, pese a unos estudios de Periodismo que asegura solo le sirvieron ¡°para romper el techo de bamb¨² de la verg¨¹enza y la timidez¡±, sigue siendo la m¨¢s est¨¦tica de las expresiones escritas por todos ellos, con influencias de Alejandra Pizarnik a Charles Baudelaire, de Gloria Anzald¨²a a Marilyn Chin.
¡°Cuando vuelvo a Utiel suelo pasar tiempo en mi habitaci¨®n. Puede parecer extra?o, pero es una forma de comunicaci¨®n con mi familia; estar as¨ª, juntos¡±. Chen pone en valor la mediaci¨®n que su hermano hizo a trav¨¦s de la televisi¨®n: ¡°¨¦l naci¨® en China, pero creci¨® aqu¨ª. Juntos ve¨ªamos de ¡®Digimon¡¯ a telenovelas chinas, muy melodram¨¢ticas, y cre¨® un puente que mejor¨® el entendimiento en casa¡±. Hoy sus padres ¡°son los t¨ªpicos que hablan todo el tiempo de su hija, de sus logros, del premio, que me buscan en Google¡ se muestran muy orgullosos y, a la vez, hay cierto halo de misterio por la vida que llevo. Las comunicaciones han mejorado, pero siguen manteniendo sus lejan¨ªas¡±.
En esa habitaci¨®n todav¨ªa reposan algunos de los libros que la salvaron en los momentos m¨¢s inciertos: La historia interminable, El guardi¨¢n entre el centeno, Murakami, los beatniks¡ En silencio, Chen se entren¨® hasta alcanzar el superpoder de la palabra en espa?ol, su lengua. Hoy prepara el lanzamiento de una app poemario titulada Sanshui Pixel Scenes, mientras ultima sus planes para volver en septiembre a Shanghai ¡°por estudios, por un tiempo, qui¨¦n sabe cu¨¢nto¡±.
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