L¡¯Albufera, m¨¢s flamenca que nunca
El humedal valenciano alberga su mayor colonia de aves, con 121.329 ejemplares, entre ellos flamencos de Do?ana, gracias a la mayor inundaci¨®n para cultivar arroz de los ¨²ltimos a?os
Si tuviera que explicar la presencia de flamencos en l¡¯Albufera, Mario Gim¨¦nez recurrir¨ªa a los cl¨¢sicos: ¡°Es el agua, est¨²pido¡±. La falta de agua en otros humedales como Do?ana obliga a las aves que viven en ellos a migrar, y eso explica que no solo haya m¨¢s flamencos en l¡¯Albufera, sino que incluso hayan criado por primera vez. ¡°Hasta los flamencos¡± vienen a territorio valenciano, celebraba el alcalde de Valencia, Joan Rib¨®, la semana pasada, en plena precampa?a electoral. Un entusiasmo que matiza el delegado de SEO BirdLife en la Comunidad Valenciana: ¡°Los mensajes simples encajan muy mal con la forma de actuar de la naturaleza¡±. Y es que la cantidad de agua es importante, s¨ª, pero tambi¨¦n la calidad, y el hecho de que el agua est¨¦ sucia o limpia, de que albergue m¨¢s o menos plantas, puede ser una cuesti¨®n de vida o muerte para otras especies de aves. A l¡¯Albufera no le sobra agua, aunque tenga m¨¢s que Do?ana, pero adem¨¢s, para algunas especies, tiene un problema de calidad.
A los flamencos les afecta m¨¢s la disponibilidad de agua que su calidad. Ante el deterioro de Do?ana, explica Mario Gim¨¦nez, ¡°se buscan la vida y se reparten en otros humedales que s¨ª que tienen agua¡±, como l¡¯Albufera, que este invierno recibi¨® la mayor inundaci¨®n para el cultivo del arroz de los ¨²ltimos a?os. No era raro verlos pasar temporadas en el lago desde hace a?os, pero ahora hay m¨¢s, llevan m¨¢s tiempo y, por primera vez, han criado en la zona del Rac¨® de l¡¯Olla. A territorio valenciano han llegado despu¨¦s de un largo viaje y, aunque hayan establecido temporalmente su ¡°campamento base¡± en Valencia, siguen recorriendo muchos kil¨®metros al d¨ªa: suelen ir a comer a Elche y pueden volar hasta Or¨¢n, en Argelia, en una noche.
Pero no todo lo que rodea a los flamencos en l¡¯Albufera es motivo de celebraci¨®n. Para empezar, explica el responsable de SEO BirdLife, porque la presencia de estas aves no es inocua para el entorno: ¡°Tienen una forma de comer que remueve los fondos, y eso libera nutrientes que enturbian el agua¡±. Que el agua est¨¦ limpia no solo es una preocupaci¨®n est¨¦tica: un lago turbio impide que pase la luz del sol al fondo, y eso no deja vivir a algunas especies de plantas subacu¨¢ticas que, a su vez, necesitan para alimentarse algunas aves. El movimiento de los flamencos en los fondos al comer, adem¨¢s, puede impedir que crezca el arroz en los campos de cultivo, donde suelen instalarse.
En cualquier caso, Gim¨¦nez prev¨¦ que los flamencos preferir¨¢n otras zonas, de agua m¨¢s salada, para establecerse a largo plazo, y cree que no hay que ¡°hacer un drama¡± si los pr¨®ximos a?os se ven menos flamencos en el lago. No solo es ley de vida, sino que lo contrario podr¨ªa ser insostenible en el entorno de l¡¯Albufera.
Pero no solo de flamencos vive l¡¯Albufera y, hasta la primavera, invernaron en ella 121.329 ejemplares de 60 especies de aves, cifras r¨¦cord que Mario Gim¨¦nez tambi¨¦n matiza. ¡°S¨ª, es una cifra r¨¦cord, pero ah¨ª tenemos flamencos, garzas, gaviotas, patos, y cada uno nos cuenta historias distintas¡±, advierte.
Una de estas ¡°historias¡± es la del pato colorado y la de la focha com¨²n, que antes se encontraban en el humedal a miles y ahora solo por decenas, porque les falta comida: las aguas del lago, cuando se enturbian, ocultan las plantas subacu¨¢ticas del sol y las matan. Otra es la de algunos ¡°pajaritos¡± como el carricer¨ªn real o el bigotudo, que viven en carrizales inundados y bien poblados, y se encuentran con matas cada vez menos densas. Una historia similar viven las garzas: aunque siguen encontrando larvas y peces que comer en el arrozal, el efecto de los sulfatos en el suelo hace que la cantidad de pollos que consiguen criar se haya reducido a la mitad en 30 a?os. Las historias que se pueden contar si se observa la evoluci¨®n de estas especies, en resumen, est¨¢n a veces m¨¢s cerca del drama que de la comedia.
Gestionar sin manual de instrucciones
El d¨ªa a d¨ªa de un ecosistema como l¡¯Albufera no es f¨¢cil, y menos gestionarlo ¡°sin manual de instrucciones¡±, como denuncian los t¨¦cnicos de Acci¨® Ecologista - Agr¨® Matthieu Lassalle y Eva Tudela. A pesar de la dificultad, el trabajo de esta organizaci¨®n y SEO BirdLife en la reserva del Tancat de la Pipa ha conseguido crear un microespacio, de 40 hect¨¢reas frente a las 21.000 de parque natural, con las mejores condiciones de agua, flora y fauna, lo m¨¢s parecido a un hotel de lujo para las aves. Es un modelo que se podr¨ªa exportar a toda l¡¯Albufera, pero hacen falta cambios. ¡°Se podr¨ªa empezar por reorientar los cultivos a una producci¨®n m¨¢s sostenible¡±, apunta Lassalle. Igual no hace falta sulfatar todos los d¨ªas en las motas, que son un refugio para insectos que pueden ser de ayuda contra las plagas, se?ala. Igual los murci¨¦lagos pueden ser tan eficaces en el control de infecciones como los productos qu¨ªmicos, a?ade.
Lo prioritario para que no solo los flamencos puedan llevar una buena vida en el parque es volver a engarzar los eslabones de una ¡°cadena rota¡±. As¨ª define el ecosistema de l¡¯Albufera Eva Tudela, que explica que la ruptura del orden natural en el humedal se produjo, sobre todo, en los 70, a ra¨ªz de una mayor contaminaci¨®n de las aguas residenciales, urbanas e industriales que terminaban entrando en contacto con el lago. ¡°Los lagos necesitan agua de calidad, adem¨¢s de en cantidad¡±, se?ala, y concluye que l¡¯Albufera ha tenido, a lo largo del tiempo, ambos tipos de problema.
Ahora, para los ecologistas, la gran lecci¨®n a aprender de los flamencos en l¡¯Albufera es que no est¨¢n solos. Que estas aves han hecho del lago su casa porque han encontrado m¨¢s agua que en otros lugares, pero que la cantidad de agua, por s¨ª sola, no es suficiente para otros inquilinos del humedal. ¡°Somos el eslab¨®n final del sistema h¨ªdrico: a los humedales se aporta agua que ya ha sido utilizada para otros usos y que a veces llega en malas condiciones o en poca cantidad¡±, explica Eva Tudela. Cantidad y calidad de agua, fauna y flora, conforman la verdadera radiograf¨ªa del estado del parque natural, que va m¨¢s all¨¢ de los flamencos. Lo que hay que celebrar, para SEO BirdLife y Acci¨® Ecologista, es que los flamencos hayan atra¨ªdo la atenci¨®n sobre l¡¯Albufera. Podr¨ªa servir, concluyen, para que los humedales dejen de ser ¡°el ¨²ltimo mono de la cadena del agua¡±.
El Tancat de la Pipa: un para¨ªso
Aunque han criado en el Rac¨® de l¡¯Olla, los flamencos son una imagen habitual de los ¨²ltimos d¨ªas en el Tancat de la Pipa, una reserva de 40 hect¨¢reas con diversos h¨¢bitats de agua dulce que re¨²nen las mejores condiciones de todo el parque natural. El secreto, seg¨²n el t¨¦cnico de Acci¨® Ecologista - Agr¨® Matthieu Lassalle, est¨¢ en los filtros verdes, diez hect¨¢reas plantadas con carrizo, enea, juncos o lirios, vegetaci¨®n por la que pasa el agua que llega ¡°cargada de materia org¨¢nica¡± del resto de l¡¯Albufera. La vegetaci¨®n ¡°limpia¡± ese agua y, como resultado, ese reducto contiene las aguas m¨¢s limpias del parque y a la mitad de la poblaci¨®n reproductora de especies como el pato colorado o la focha com¨²n. Ahora, tambi¨¦n a los flamencos, a los que ¡°les viene bien el arrozal para alimentarse pero, cuando los cultivos se secan, se encuentran con 14.000 hect¨¢reas de l¡¯Albufera donde ya no pueden estar y se tienen que buscar la vida¡±.
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