La burocracia fracas¨® y Juana muri¨® sin la compa?¨ªa de sus hijas: ¡°Voy a resistir, traten de llegar¡±
Una inmigrante con c¨¢ncer terminal en Valencia no logr¨® el visado de urgencia para su familia, que vive en Bolivia, tras los cinco meses de ¡°calvario¡± de tr¨¢mites, seg¨²n explica el amigo que la ayud¨®
Juana Armella se dedicaba a cuidar personas mayores, como otras muchas inmigrantes que han de buscarse la vida fuera de su pa¨ªs. Lleg¨® a Espa?a en 2005 y su familia se qued¨® a 9.000 kil¨®metros de distancia, en Bolivia. Se abri¨® camino, consigui¨® la nacionalidad espa?ola y logr¨® enviar dinero de manera regular a su pa¨ªs para sus tres hijos adolescentes. En 2015 le detectaron un tumor y su salud no dej¨® de complicarse desde entonces. Finalmente, le diagnosticaron un c¨¢ncer terminal. Juana era muy consciente y tan solo expres¨® un deseo: pasar sus ¨²ltimos d¨ªas al lado de su familia. Se hab¨ªa pasado la vida cuidando de los dem¨¢s y ahora necesitaba que la cuidaran, estar junto a los suyos, despedirse. No fue posible. La burocracia lo impidi¨®.
Juana muri¨® sola el pasado 19 de marzo en el hospital de la localidad valenciana de Manises. Ten¨ªa 55 a?os. Cinco meses antes, desesperada, hab¨ªa llamado a Joan Mar¨ª para contarle su situaci¨®n y pedirle ayuda. ¡°Yo no sab¨ªa nada de ella desde que muri¨® mi madre, y de eso hace ahora ocho a?os. Juana la cuidaba. Era muy cari?osa, la manejaba muy bien. Ten¨ªa mucha paciencia. En fin, yo estaba muy agradecido¡±, explica Joan. ¡°Me pidi¨® ayuda porque estaba sola, desamparada y muy enferma de c¨¢ncer. Lo ¨²nico que quer¨ªa era que viniera una de sus dos hijas desde Bolivia para cuidarla y poder despedirse de su familia. Pero los bolivianos, a diferencia de otras nacionalidades latinoamericanas, necesitan un visado para poder viajar a Espa?a. Le dije que lo intentar¨ªa¡±, recuerda este ingeniero jubilado que tambi¨¦n trabaj¨® un decenio como funcionario.
Joan se volc¨® y pas¨® por un ¡°calvario burocr¨¢tico¡± mientras la vida de Juana se extingu¨ªa. Pasado el tiempo, no deja de pensar en ello. Le entristece e indigna ¡°la deshumanizaci¨®n¡± de la administraci¨®n, de las normas, de alguna funcionaria... Por eso quiere contar y documentar el caso de Juana, que sol¨ªa esconder a sus hijos la gravedad de su enfermedad cuando hablaba con ellos por tel¨¦fono, cuando les escrib¨ªa por WhatsApp... ¡°Siempre se callaba las cosas para que nosotras no nos angusti¨¢ramos. Pero al final de cuentas las cosas salen a la luz. Un matrimonio mayor, al que le estamos muy agradecidas, nos manten¨ªa informadas. La ayud¨® mucho, al igual que Joan, un ser de luz. Mi mami jam¨¢s dej¨® de ayudarnos, de enviar dinero, de velar por nosotros, siempre estaba pendiente¡±, recuerda Priscila, de 31 a?os, hija de Juana, en conversaci¨®n telef¨®nica desde Bolivia.
Unos a?os antes, Juana hab¨ªa iniciado un procedimiento de reagrupaci¨®n familiar para que una de sus hijas viviese con ella en Espa?a. La Administraci¨®n se lo deneg¨®. El visado para estancias cortas, de un m¨¢ximo de 90 d¨ªas, pensado para los turistas, es un procedimiento complicado para las familias de escasos recursos porque, entre otras cosas, tienen que acreditar una disponibilidad de medios econ¨®micos.
Joan se puso en contacto con la abogada de Extranjer¨ªa que ayudaba a Juana y esta, ante la necesidad de lograr un visado de urgencia, le sugiri¨® que, en algunos casos extremos, los Servicios Sociales municipales pueden elaborar informes sobre el historial cl¨ªnico de la persona afectada y sobre su situaci¨®n de gravedad, desamparo y dependencia.
Joan se dirigi¨® entonces al Ayuntamiento del municipio valenciano de Mislata, donde resid¨ªa Juana, para iniciar los tr¨¢mites. Se encontr¨® con la empat¨ªa y la atenci¨®n de una funcionaria que enseguida se mostr¨® dispuesta a tramitar la ayuda a domicilio y la dependencia para Juana y la actitud, no solo refractaria sino hostil, de otra que se negaba a elaborar el informe, seg¨²n comenta indignado. ¡°La ayuda de la dependencia estaba bien, pero yo buscaba el visado. Pidieron un requerimiento judicial para elaborar el informe, pero la abogada lo desestim¨® porque los informes cl¨ªnicos son concluyentes y suficientes. No pod¨ªamos perder tiempo. Insist¨ª¡±.
Ante la negativa a redactar el informe, Joan present¨® el 16 de enero una ¡°reclamaci¨®n por registro, en representaci¨®n de Juana¡± para confirmar si esa era la posici¨®n oficial de los Servicios Sociales. Aport¨® los informes y certificados de los dos hospitales que trataron a Juana. Para conseguirlos tuvo que esperar ¡°un mes y medio¡±, se lamenta. En febrero, como no obten¨ªa respuesta del Ayuntamiento, se dirigi¨® a una amiga que conoc¨ªa al alcalde, Carlos Fern¨¢ndez Bielsa. Este se interes¨® por el asunto que se empez¨® a agilizar, sostiene Joan. ¡°Servicios Sociales dijo que faltaba un papel, una autorizaci¨®n firmada por Juana para mi representaci¨®n. ?Ya me lo pod¨ªan haber dicho antes! La present¨¦¡±, se?ala.
¡°Por fin, el 3 de marzo me dijeron que ya estaba el informe y que lo hab¨ªan enviado por correo a casa de Juana. No lleg¨®. Juana no pod¨ªa ni moverse ni por supuesto ir a las oficinas a recogerlo, como me pidieron entonces. Era el colmo. M¨¢s protestas por mi parte y al fin cedieron para recogerlo yo, pero con una nueva autorizaci¨®n firmada, la misma que me exigieron casi un mes antes. La consegu¨ª, fui y por fin el 10 de marzo tuve el informe¡±, relata Joan.
El relato de Servicios Sociales de Mislata es diferente. ¡°Desde el 28 de diciembre, lo que se empieza a hacer desde Servicios Sociales es la valoraci¨®n y tramitaci¨®n de dependencia¡± que era lo que se ped¨ªa, seg¨²n se?alan a este peri¨®dico fuentes del gabinete de Comunicaci¨®n del Ayuntamiento. ¡°Y se logra hacer en menos de dos meses¡± por la urgencia del caso, adem¨¢s de informarle y proporcionarle ayudas sociales, a?aden las mismas fuentes. Estas inciden en que si se retras¨® el informe es porque el interesado no present¨® hasta el 10 de marzo la autorizaci¨®n de la mujer para su representaci¨®n, lo que es ¡°preceptivo si no eres t¨² directamente el afectado, ya que se facilitan datos personales¡±.
En cuanto pudo, Joan envi¨® el informe por correo electr¨®nico a las hijas de Juana. ¡°En el consulado de La Paz [capital de Bolivia] nos dijeron que con el visado humanitario era suficiente y nos dieron esperanzas, pero que nos correspond¨ªa ir al consulado de Santa Cruz [capital comercial del pa¨ªs]¡±, explica Priscila. ¡°Fuimos all¨ª, mi hermana, tras 10 horas de viaje en autob¨²s, pero no nos atendieron. Era viernes. Nos dijeron que volvi¨¦ramos el lunes. Y el lunes, que lo tramit¨¢ramos a trav¨¦s del BLS [centros de solicitud de visa de Espa?a]. Lo intentamos por todos los medios esa semana. El s¨¢bado pudimos hablar con mi mami, aunque apenas pod¨ªa hablar por la tos. Hab¨ªa empeorado mucho. Para calmarla le dijimos que ya nos citaban por ir all¨¢. ¡®Voy a resistir, traten de llegar¡¯, nos dijo. Al d¨ªa siguiente muri¨®. Ni pudimos estar a su lado, ni despedirnos. Ni podemos llorar su cuerpo. No dejo de pensar en ello¡±, concluye.
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