Machismo por la puerta grande
El PP valenciano neutraliza con su sumisi¨®n a Vox los esfuerzos de Feij¨®o para taponar la fuga de voto de las mujeres ahuyentadas por la negaci¨®n de la violencia machista
Ninguno de los pactos de gobierno firmados entre el PP y Vox en Espa?a est¨¢ reportando efectos tan negativos para el primero como el de la Comunidad Valenciana. Las se?ales que mand¨® Carlos Maz¨®n del brazo de un condenado por violencia de g¨¦nero y con un matarife franquista al frente de Cultura tuvo una incidencia inequ¨ªvoca en las elecciones generales. El mismo Alberto N¨²?ez Fij¨®o (que primero trat¨® de diluir el asunto en un ¡°divorcio duro¡± para zafarse del embrollo en el que le meti¨® Maz¨®n con un socio condenado, al que iba a hacer vicepresidente del Consell) lo sugiri¨® tras el 23-J, cuando, con estudios en las manos, admiti¨® que el PP hab¨ªa sufrido una merma en el voto de mujeres j¨®venes y del electorado LGTBI por la contaminaci¨®n de las siglas con el amenazante discurso machista y regresivo de Vox. Verbo que, por otra parte, no se hab¨ªa hecho carne en ninguna parte como en la Comunidad Valenciana, donde la precipitaci¨®n de Maz¨®n por amarrar la investidura desat¨® su generosidad con las concesiones a la ultraderecha prescindiendo de todos los controles (primero la condena de Carlos Flores y ahora ¨Cde momento¨C la del subsecretario de la Consejer¨ªa de Justicia, Luis Manuel Mart¨ªn Dom¨ªnguez, ambas por maltrato a sus exparejas).
Mientras el presidente de la Generalitat celebra la reacci¨®n a sus meteduras de pata como un logro ol¨ªmpico, Vox toma la iniciativa en la Generalitat y las Cortes Valencianas, y oficializa la negaci¨®n de la violencia machista desde las instituciones. Una de las formas m¨¢s perversas del machismo es negar la violencia machista para justificarla en la l¨®gica intrafamiliar. Es el mensaje que acaba de entrar por la puerta grande en las Cortes Valencianas, donde el PP ha eliminado toda referencia a la violencia de g¨¦nero en la pancarta oficial, sometiendo la instituci¨®n al relato negacionista de Vox. Ahora el condenado Flores, y los que queden por aflorar, posan blanqueado por los populares en cada acto de repulsa por los asesinatos machistas, rompiendo la unidad que se hab¨ªa alcanzado entre la mayor¨ªa parlamentaria en los a?os anteriores. Y para subrayarlo en fosforescente, ah¨ª estuvo enseguida la consejera de Justicia de Vox, sor Elisa N¨²?ez, atornillando el relato en las redes sociales y envolviendo con la manta t¨¦rmica ideol¨®gica del ¡°¨¢mbito dom¨¦stico¡± los recientes asesinatos de dos mujeres y un hombre. Todo, con el silencio secuaz del presidente.
Los esfuerzos de N¨²?ez Feij¨®o, apremiado por la demoscopia y la sociolog¨ªa, buscando perfiles de mujeres para cargos y portavoc¨ªas, con el fin de taponar la fuga de voto de las mujeres ante la amenaza de un gobierno compartido con Vox, son neutralizados cada d¨ªa por Maz¨®n por su acatamiento ultra. El tufo del negacionismo machista que emana Vox ya impregna al PP valenciano hasta la m¨¦dula. Maz¨®n es v¨ªctima de su propia precipitaci¨®n y de su excesiva confianza en que una aplastante victoria del PP en Espa?a el 23-J iba a eclipsar el importe de la factura que estaba asumiendo: vender el alma de la Generalitat a Vox a cambio de presidirla. Ahora est¨¢ atrapado y sonr¨ªe mientras el rostro de Feij¨®o se llena de inquietud. Vox lleva las riendas y el machismo ecuestre va al galope, tensando cada d¨ªa m¨¢s la cuerda bajo la amenaza de romper. Para disimular el bulto en el gaznate del sapo de la renuncia de la violencia machista, Maz¨®n sobreact¨²a con se?uelos ling¨¹¨ªsticos de entidades marginales. Y sin sacudirse el efluvio acre del alicantinismo murcianizante, se monta en Valencia una cruzada ¡°revalencianizadora¡± y ovaciona con ol¨¦s las embestidas bovinas que el vicediestro da a la comunidad universitaria y filol¨®gica internacional. No puede salirle gratis.
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