Mi experiencia con el aborto como doctora
Incre¨ªblemente, hay quien considera la marcha atr¨¢s como su cintur¨®n de seguridad, hasta que vienen con un retraso en su menstruaci¨®n
Paradojas de la vida, el D¨ªa Mundial de la Anticoncepci¨®n llegaron a mi consulta cuatro solicitudes de Interrupci¨®n de embarazo. M¨¢s all¨¢ de discursos desde esca?os o p¨²lpitos, hablar¨¦ de mi quehacer diario, una trinchera desconocida para la mayor¨ªa.
No entrar¨¦ en dilemas morales ni religiosos, hablar¨¦ de realidades.
Cuando una mujer acude a m¨ª, porque no desea continuar con su embarazo, abrimos en la intimidad de la consulta, la puerta a su universo de circunstancias, donde puedo encontrarme con dramas que salpican de sangre mi normalidad, embarazadas sin desearlo, porque su pareja las utiliza como objetos sin sentimiento o, simplemente, porque la ignorancia las convierte en dianas.
Aunque la estad¨ªstica de mujeres violadas es pavorosa, tras valorar un posible maltrato, no resulta la causa m¨¢s frecuente de solicitar un aborto en nuestra Unidad.
A una minor¨ªa de mujeres les falla el m¨¦todo anticonceptivo por diarreas, interacciones medicamentosas u olvidos, que despiertan a los ovarios de su letargo y provocan el disgusto.
Mucha gente conoce a una mujer que le fall¨® el diu, y en los 11 a?os que llevo aqu¨ª, s¨®lo 1 caso donde en la ecograf¨ªa se ve¨ªan el dispositivo de cobre y el embarazo,1 de cada 100 y le toc¨® a ella; otro cantar ser¨ªan, los dius expulsados sin darse cuenta o los de cobre descendidos.
Con los dius hormonales a¨²n no he visto sorpresas.
Infalible no hay nada, si no consideramos las relaciones a distancia o la castidad, pero ¨¦sas, no vienen a consultarme.
Incre¨ªblemente, hay quien considera la marcha atr¨¢s como su cintur¨®n de seguridad, hasta que vienen con un retraso en su menstruaci¨®n.
En la mayor¨ªa de interrupciones que tramito no se usaba m¨¢s m¨¦todo que la suerte; ni control natural, ni cond¨®n, y cuando llueve, si no llevas paraguas, te mojas.
Muchas dicen haber salido con chubasquero, pero se choparon, a pesar de toda la informaci¨®n disponible.
Me resulta curioso que solo una minor¨ªa solicite la valoraci¨®n por la psic¨®loga.
No hay un l¨ªmite de abortos para tramitar en la misma mujer, as¨ª que, s¨®lo nos queda avisarles de los riesgos, e intentar mejorar en nuestro asesoramiento para evitar que regresen por lo mismo.
Por suerte, los casos que repiten son una minor¨ªa, aunque en mi zona destaquen sobre otras (el volumen de usuarias puede ser un factor decisivo).
El implante del brazo est¨¢ considerado el m¨¦todo m¨¢s seguro, aunque no est¨¢ exento de secundarismos como cualquiera de los otros, superando en eficacia a la vasectom¨ªa, solicitada ¨²ltimamente por m¨¢s hombres, quiz¨¢s armados de valor gracias a la Marvel, aunque sigue siendo una minor¨ªa, comparado con las peticiones de ligadura de trompas (intervenci¨®n m¨¢s complicada que requiere ingreso).
No me cuadra el ambiente testoster¨®nico que se respira con la cobard¨ªa frente a una cirug¨ªa local, que suele durar menos que un almuerzo.
Aqu¨ª en la Comunidad Valenciana est¨¢n financiadas gran parte de las p¨ªldoras, el inyectable y los anillos vaginales, resultando gratuitos los dius y los implantes.
Aunque es poco habitual, hay quien me pregunta por m¨¦todos naturales, pero la mayor¨ªa de madres, padres, t¨ªas o abuelas que me traen a sus adolescentes, esperan con ansia viva, que salgan de all¨ª con ¡°algo¡± para que sus ni?as no queden embarazadas, asumiendo, que no vayan a utilizar cond¨®n en sus relaciones con sus parejas ¡°estables¡± de un mes.
Entre la falsa seguridad frente a otras ITS [Infecciones de Transmisi¨®n Sexual] de la vacuna del papiloma y la ausencia de educaci¨®n sexual, da miedo comprobar c¨®mo tenemos el patio, y no se trata s¨®lo de adolescentes descarriadas cuyas parejas tienen alergia mental al preservativo, las 4 interrupciones que recib¨ª pasaban de los 20 con holgura, as¨ª que no culpemos a la juventud.
Nuestras Unidades son un referente para la Salud sexual y reproductiva de este pa¨ªs, escaparate de tantas y tan diferentes vidas, garant¨ªas de derechos impensables en otros lugares.
Vivimos tiempos de irresponsabilidad, dejadez e ignorancia, en una sexualidad mal entendida, centrada en el coito y la falta de empoderamiento de demasiadas, y a¨²n as¨ª, seguiremos trabajando por un mundo, donde todas las mujeres disfruten sin encontrarse piedras en el camino.
La doctora M¨®nica Molner trabaja en la Unidad de Salud Sexual y Reproductiva Malvarrosa, Valencia.
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