El error Norte
El autor critica la ampliaci¨®n norte del Puerto de Valencia por innecesaria, al disminuir el tr¨¢fico de contenedores, por los intereses, m¨¢s privados que p¨²blicos, y por su afecci¨®n medioambiental
El sector del transporte mar¨ªtimo es hoy un oligopolio donde apenas diez empresas, agrupadas en tres alianzas globales, dominan el 80% del mercado mundial. El proceso de concentraci¨®n prosigue en tierra firme donde estas empresas, compiten por controlar la totalidad de la cadena log¨ªstica, buscando colonizar puertos y sus zonas de operaciones en las principales rutas de distribuci¨®n.
La concentraci¨®n oligop¨®lica permite a estos operadores controlar la oferta y fijar los precios de los fletes, de tal forma que un contenedor de Asia a Europa ha incrementado su coste un 500% desde 2020. Tambi¨¦n les permite reducir las frecuencias, alargando los tiempos en tr¨¢nsito, adem¨¢s de limitar el acceso de peque?os clientes y favorecer a los m¨¢s grandes sobre el resto.
Esta situaci¨®n perjudica no solo a las empresas independientes ligadas al sector como cargadores y transportistas, sino tambi¨¦n a las pymes que precisan importar o exportar su producci¨®n. Y, en ¨²ltima instancia, a la ciudadan¨ªa que soporta la sobrecarga en los precios finales.
El gigante suizo, MSC est¨¢ librando una guerra con sus competidores, como la danesa MAERSK, principal operador del puerto de T¨¢nger. Clave para esa contienda es ampliar su oferta, reconvertir sus procesos y reducir costes de personal, al tiempo que pugna por el control de nuevas terminales para los transbordos de sus propios buques, abandonando los muelles de servicio p¨²blico como el que ahora ocupa en la terminal valenciana junto a la china COSCO, otro competidor.
Esta es la raz¨®n fundamental del inter¨¦s de MSC en el puerto de Valencia, aunque tambi¨¦n ayuda la tradicional indolencia de nuestra Autoridad Portuaria, capaz de sostener la vigencia de una evaluaci¨®n ambiental tras 15 a?os de incumplimientos. Aunque tampoco sea balad¨ª que alg¨²n destacado empresario local comparta estrechos v¨ªnculos con la empresa suiza.
Poco parece importar que, en su particular reconversi¨®n, MSC destruya puestos de trabajo directos mediante la introducci¨®n de sistemas de automatizaci¨®n portuaria, tal y como denuncian los trabajadores del sector, ni los impactos para el litoral y el medio ambiente por la avalancha de hormig¨®n y tr¨¢fico de camiones que causar¨¢ la ampliaci¨®n, como denuncian colectivos ciudadanos.
Pero lo cierto es que la comparaci¨®n de los estudios de demanda, realizados en 2020 por el Instituto de Transporte y Territorio de la Universidad Polit¨¦cnica por encargo de la C¨¢mara de Comercio y la Confederaci¨®n Empresarial, con la realidad de 2023, evidencia que estamos alrededor de 1,4 millones de contenedores por debajo de lo esperado. Dato que, junto al nivel de ocupaci¨®n real del espacio portuario, confirmar¨ªa que las terminales existentes pueden atender la demanda estimada para los pr¨®ximos 15 a?os sin necesidad de ampliaci¨®n alguna.
Por otra parte, es preciso recordar que el 50% del volumen de contenedores que mueve el puerto valenciano lo son en tr¨¢nsito internacional, sin relaci¨®n directa con operaciones de importaci¨®n/exportaci¨®n y, por tanto, sin incidencia en la econom¨ªa de la Comunidad Valenciana.
Los estudios encargados por los lobbys proampliaci¨®n revelan adem¨¢s que a la inversi¨®n p¨²blica prevista para la construcci¨®n del nuevo muelle cifrada ya en 660 millones de euros, habr¨¢n de a?adirse actuaciones en infraestructuras viarias, ferroviarias y log¨ªsticas con un coste p¨²blico adicional que puede alcanzar el triple de la aportaci¨®n comprometida por MSC como virtual adjudicatario de la terminal norte. Nuevas embestidas al territorio, pero tambi¨¦n m¨¢s negocio para un pu?ado de contratistas de obras p¨²blicas.
Vivimos tiempos de incertidumbre econ¨®mica global, tiempos tambi¨¦n de transformaci¨®n de nuestro entorno a causa de un cambio clim¨¢tico que podr¨ªa comportar la eventual apertura de nuevas rutas mar¨ªtimas por la desaparici¨®n de mares helados.
La progresiva erosi¨®n de las playas del sur, evidenciada a?o tras a?o, dana tras dana, con impactos cada vez m¨¢s cercanos al estrecho cord¨®n que mantiene el lago de la Albufera protegido del mar, es incontestable. Los efectos irreversibles a que se expone nuestro litoral, nuestro patrimonio, nuestra calidad de vida, nunca son valorados por los estudios que confunden el beneficio econ¨®mico de unos pocos con el inter¨¦s general.
En definitiva, en un contexto de incertidumbre econ¨®mica y de riesgos ambientales incontrolables, asumir gastos multimillonarios y riesgos incalculables en beneficio de una multinacional en pugna con sus competidores globales ser¨ªa un grave error.
Antonio Montiel es profesor de Ciencia Pol¨ªtica y miembro de la Comissi¨® Ciutat-Port.
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