Miquel Gil: ¡°Las redes sociales est¨¢n produciendo aut¨¦nticos monstruos¡±
El veterano m¨²sico valenciano encara cinco d¨¦cadas de carrera con el audaz ¡®Viajero¡¯, disco que presentar¨¢ el pr¨®ximo 9 de marzo en el Teatre Principal de Valencia
Nunca ha vivido de rentas ni ha dejado de mirar hacia adelante. Por eso Miquel Gil (Catarroja, 1956) acaricia sus cincuenta a?os de carrera ¨C los cumplir¨¢ el a?o que viene ¨C con un trabajo que se inscribe plenamente en la contemporaneidad. Se llama Viatger (2024), y su tacto electr¨®nico apenas tiene nada que ver con el de aquel disco hom¨®nimo, Viajero (1988), que public¨® al frente del proyecto Terminal Sur y se adelant¨® a su tiempo en su exploraci¨®n de las entonces llamadas m¨²sicas del mundo. ¡°Aquella era una visi¨®n confrontada con el turista, el que hac¨ªa los viajes largos, y este es el viaje de la vida, un canto a hacerse mayor: fuera los disfraces, que no te silencies ni te dejes silenciar¡±, confiesa acerca de su actual impulso creativo. Al mismo tiempo, arremete contra el edadismo en el mundo de las artes. ¡°Mar¨ªa Bas, de Nebulossa, dice que ya no tiene veinte a?os y que por eso hay cosas se la sudan: pues ole, qu¨¦ bonito, yo estoy con eso, y de hecho me gusta curiosear y saber c¨®mo est¨¢ sonando el mundo, ese es un ejercicio que no hay que perder, no hay que dejar que te pese la mochila de la nostalgia¡±, argumenta. Ni siquiera permite que estas cinco d¨¦cadas en el tajo, desde los tiempos de Al Tall, de cuya formaci¨®n original fue miembro en los setenta, sean un lastre. Por eso dice que el t¨ªtulo del disco proviene de un libro que le marc¨®, La viajera de noche (2019), de la escritora francesa Laure Adler, una l¨²cida reflexi¨®n sobre lo que significa envejecer.
El pr¨®ximo 9 de marzo lo presentar¨¢ en el Teatre Principal de Val¨¨ncia, en un concierto en el que estar¨¢ acompa?ado por veteranos como Pep Gimeno ¡°Botifarra¡± o Vicent Torrent, pero tambi¨¦n por valores emergentes como La Maria o Titana. Una combinaci¨®n de contrastada experiencia e insolente juventud que en esencia explica la vigencia de su discurso, siempre aliment¨¢ndose de tradici¨®n y modernidad, cifrado ahora en un trabajo que define como de ¡°artesan¨ªa digital del siglo XXI¡±, y al que no quiere ver ¨C ni en pintura ¨C tildado de ¡°folkl¨®rico¡±. Lo explica: ¡°El folklore es una cosa del siglo XIX, y no me gusta ese concepto muse¨ªstico, con todo el respeto al museo: yo cojo un bolero tradicional para mezclarlo con reggae y ponerle la letra de un poeta, y que eso sirva para tirar hacia adelante¡±. Contrario al inmovilismo por naturaleza, Miquel Gil reconoce sentirse fascinado por la m¨²sica ¡°de Roc¨ªo M¨¢rquez con Bronquio¡±, cuyo disco Tercer cielo (2022) le rompi¨® los esquemas, pero tambi¨¦n por Tarta Relena, los brit¨¢nicos The Smile (el grupo de los Radiohead Thom Yorke y Jonny Greenwood) y lo que hace Mercedes Pe¨®n con la Warsaw Village Band. ¡°?Qu¨¦ ser¨ªa de m¨ª sin Led Zeppelin y Bach?¡±, se pregunta. No cree que haya que segmentar la m¨²sica por estilos. ¡°Para m¨ª, solo hay m¨²sica buena y mala¡±, esgrime.
Acostumbrado a la autogesti¨®n, el m¨²sico de Catarroja piensa que la reciente oleada de artistas que funden folk y vanguardia ¡°es positiva porque interpretar el presente y el futuro desde tu patrimonio siempre aporta originalidad¡±, aunque la multiculturalidad ¡°est¨¦ en entredicho en Alemania, Francia, Polonia, Hungr¨ªa y aqu¨ª¡±, y confiesa que la textura electr¨®nica de su nuevo trabajo culmina un trayecto que viene de lejos: ¡°Vengo de los Spectrum, Commodores y Ataris, muchos de mis instrumentos org¨¢nicos en discos anteriores eran samplers, y ten¨ªa ganas de jugar con la tecnolog¨ªa, porque la electr¨®nica democratiza: es algo que hab¨ªa intentado antes con can?ons de batre pero no me hab¨ªa gustado el resultado¡±. Viatger (2024) tambi¨¦n alberga un homenaje al a?orado Joan Baptista Humet en forma de versi¨®n, Oto?o en Navarr¨¦s, que le dio ¡°llorera¡± porque le remite a la exuberante naturaleza de una comarca que conoce bien. Lo ¨²nico que lamenta es la discontinuidad de nuestra escena: ¡°Muchos m¨²sicos tienen chiquillos y se lo dejan, yo tengo mucha envidia de los norteamericanos, que tienen una red de locales para actuar y mueren en el escenario¡±. Y aunque reconoce que en la ¨²ltima d¨¦cada ¡°hab¨ªa una infraestructura y grupos que han crecido espectacularmente con un circuito de actuaciones¡±, reconoce sus dudas ante el titubeante presente: ¡°Tendremos que volver a las trincheras en toda Europa pero no solo por la m¨²sica, sino por valores que d¨¢bamos por consolidados, como el ecologismo o el feminismo: despu¨¦s de la serie Falcon Crest, las redes sociales son lo que m¨¢s da?o ha hecho a la sociedad porque no las estamos sabiendo gestionar y est¨¢n produciendo aut¨¦nticos monstruos¡±.
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