Abril cruel
Hubo un 14 de abril asesinado. Tambi¨¦n un 25 d¡¯Abril de ¡®desfeta¡¯. Es el mes m¨¢s cruel si uno es animal ¡®d¡¯esperances i mem¨°ria¡¯. Pero entonces llegan dos libros y un arzobispo y redimen un poco.
Es el mes m¨¢s cruel, abril. Lo dijo Eliot. Hay memoria y deseo en las ra¨ªces de una tierra muerta con lluvia de primavera. Aqu¨ª hubo un 14 de abril asesinado. Tambi¨¦n un 25 d¡¯Abril de desfeta. Es el mes m¨¢s cruel si uno es animal d¡¯esperances i mem¨°ria. Pero entonces llegan dos libros y un arzobispo y redimen un poco.
El primer libro tiene unas p¨¢ginas luminosas, como todas las que escribe Ferran Archil¨¦s. Es uno de nuestros mejores ensayistas (Una singularitat amarga: Joan Fuster i el relat de la identitat valenciana), uno de nuestros mejores dietaristas (Ofici de moralista), uno de nuestros mejores historiadores; un intelectual en exceso subterr¨¢neo.
Escribe Archil¨¦s sobre el fracaso del nacionalismo valenciano. Sobre su incapacidad en el ¨²ltimo siglo para articular una comunidad imaginada, una identidad compartida que trascienda la pulsi¨®n regional con fuerte acento provincial. Es lo que aborda el libro Ni fet ni desfet, de Natxo Escanell, una in¨¦dita historia del valencianismo pol¨ªtico desde la Transici¨®n escrita despu¨¦s de diez a?os de estudios, entrevistas y reflexi¨®n. Pues bien: seg¨²n apunta Archil¨¦s en el pr¨®logo, no obtener una victoria no es necesariamente una derrota. Dice Archil¨¦s que despu¨¦s de cada revoluci¨®n fallida llega la melancol¨ªa. Que siempre ha sido as¨ª. Pero que eso no es ninguna capitulaci¨®n ni implica una nostalgia paralizante. La utop¨ªa derrotada engendra una melancol¨ªa rebelde. Porque es con las derrotas, escribe el profesor Archil¨¦s, como se transmite la experiencia transformadora, revolucionaria. El embri¨®n de qui¨¦n sabe qu¨¦. Quiz¨¢, como dijo Joan F. Mira, la continuaci¨®n de ese pa¨ªs que no est¨¢ ni acabat de fer ni acabat de desfer; sobretot, no acabat de desfer.
El segundo libro va al coraz¨®n de este pa¨ªs. A las entra?as del abril cruel. En el fons, la terra: as¨ª se titula un gran libro, pura a?oranza de ese animal de mem¨°ria que es Joan Dol?. Sus p¨¢ginas no son tanto la evocaci¨®n del mundo campesino que ¨¦l vivi¨® en una alquer¨ªa de l¡¯Horta, como la descripci¨®n de su m¨¢s pura patria: la memoria de su ni?ez, esa infancia que solo resiste como p¨¦rdida. Tots som la mortalla del xiquet que vam ser, escribe Dol?, que tambi¨¦n habla de barracas engullidas por la voracidad urbana, de autopistas que cicatrizan la huerta, de la herida de hormig¨®n dins el barranc del Carraixet, y de la decadencia agraria que vendr¨ªa despu¨¦s hasta llegar a la gente que compra y no habita las nuevas casas. El progreso. Pero tambi¨¦n rescata la silueta del tio Casimiro, y Pepe el Granoter y su pasi¨®n pesquera, y el zurr¨®n lleno de tordos del abuelo, y aquella vieja espada de empu?adura podrida: negra espada del tiempo. De todo eso solo queda la memoria. Pero queda la memoria. Un tiempo ¨Cun yo, en parte tambi¨¦n¨C ni fet ni desfet. No acabat de desfer.
Est¨¢ la patria. Est¨¢ la tierra. Est¨¢ la llengua. Y en medio, crucificado en esa encrucijada, quiere la caverna poner al arzobispo de Val¨¨ncia, Enrique Benavent, que ha editado por fin los evangelios en valenciano. Cada semana, mi abuelo, de 98 a?os, me los da a leer en voz alta, con entusiasmo. El otro d¨ªa, mi suegra oy¨® una misa en ? Punt y llam¨® emocionada, llorando: Que bonico, mai l¡¯havia sentida en valenci¨¤. Y sin embargo, a Benavent no le perdona su osad¨ªa la Real Acad¨¨mia de Cultura Valenciana, tampoco Vox, y disculpen la redundancia. ¡°Hasta ahora ¨Cha dicho la RACV¨C, con el cardenal Ca?izares, la Iglesia valenciana ha vivido en paz y tranquila¡±. Apunte hist¨®rico: Tras la salida de los Borja, en 500 a?os solo ha habido cinco arzobispos de Val¨¨ncia nacidos en esta tierra.
Vivir en castellano: vivir en paz.
Si hasta parecer¨¢ que la Iglesia es hoy lo m¨¢s maulet que queda aqu¨ª. Dar¨ªa risa si no diera pena. Benavent me recuerda al arzobispo maulet Folch de Cardona, el de 1707. Apoy¨® al arxiduc. Se opuso a Felipe V. Y tuvo que exiliarse a Viena tras el 25 d¡¯Abril.
Ayer y hoy: En el fons, la terra; Ni fet ni desfet. Qu¨¦ cruel, abril.
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