Sacha, el pelotari de un pueblo alicantino que desaf¨ªa al rey del popular deporte en Nueva York
El jugador de 26 a?os, nacido en Orba, reivindica la universalidad de una pr¨¢ctica ancestral en una cuidada serie documental que sigue sus pasos por el mundo
Jugar a la pelota es una pr¨¢ctica ancestral. Los antiguos griegos llamaban urania, en honor a la musa, al juego que consist¨ªa en no dejar caer la pelota al suelo; los romanos se la disputaban en el harpastum; los mayas la golpeaban con las caderas, otras culturas, con los pies. Las modalidades son infinitas, pero ninguna tan antigua, sencilla y com¨²n como pegarle a una pelota con la mano. Eso es lo que hace Sacha Kruithof Perell¨® desde muy ni?o. Su nombre de origen holand¨¦s puede enga?ar, pero naci¨® hace 26 a?os en el peque?o pueblo alicantino de Orba, donde se aficion¨® a la pilota, el deporte aut¨®ctono valenciano por antonomasia, que le ha permitido recorrer medio mundo y enfrentarse al rey de las canchas en Nueva York o jugar en el conflictivo y reivindicativo barrio Tepito de Ciudad de M¨¦xico, donde se para el tr¨¢fico cuando empieza la partida.
Sacha se r¨ªe desde B¨¦lgica, donde compite ahora en la liga profesional de Ballepelote. ¡°En cada lugar del mundo que voy, la gente se piensa que solo se juega all¨ª a la pelota, que es algo aut¨®ctono. Hay un gran desconocimiento sobre las conexiones y c¨®mo se practica en muchas partes. Es verdad que las modalidades, el tipo de pelota y las reglas son muy variadas, pero en esencia es el juego de la pelota¡±, comenta por tel¨¦fono. Precisamente, uno de los prop¨®sitos de la serie documental Sacha a Nova York, que estrena este jueves, 4 de julio, la cadena p¨²blica valenciana ? Punt, es trasladar esa visi¨®n universalista de la pelota. ¡°Es una forma de mostrar el mundo, su cultura y su gente a trav¨¦s de la pilota, que no deja de ser parte de la idiosincrasia del pueblo, un deporte popular, que todo el mundo puede practicar¡±, a?ade el pilotari en el caracter¨ªstico valenciano de la comarca de La Marina Alta.
Para ello, el director y guionista ?lex Mart¨ªnez Orts, aficionado y estudioso del juego, ha focalizado la serie, de cuidada factura, en el periplo deportivo y vivencial durante cinco semanas de Sacha en la ciudad estadounidense, donde el one wall, una de las modalidades de la pelota, es uno de los deportes m¨¢s populares en los parques de los barrios. No hay m¨¢s que salir de Times Square y de alg¨²n otro ic¨®nico y tur¨ªstico destino para percatarse. ¡°Hay m¨¢s de 2.000 canchas. Puede pasar inadvertido al principio, hasta que te fijas en c¨®mo la gente lo tiene integrado en su vida diaria: un polic¨ªa aprovecha para practicar en su descanso, gente que pasa por un parque y no se resiste a quitarse la americana para pegarle a la pelota... Solo se necesita una pared y una pelota de goma que se vende a un d¨®lar en los kioskos. Las reglas son muy simples [la pista es un rect¨¢ngulo y solo hay que superar una l¨ªnea del suelo al sacar, en la pared no hay l¨ªmite]¡±, indica el tambi¨¦n m¨²sico. Todo apunta a que los inmigrantes irlandeses se llevaron consigo a Manhattan su tradicional gaelic handball (aunque se juega entre tres paredes, sobre todo) y all¨ª se fue adaptando desde principios del siglo XX hasta el actual one wall.
Como en la internacional pelota vasca o en la pilota valenciana, en el one wall tambi¨¦n se apuesta y se gana dinero. ¡°En Nueva York, para mejorar tienes que perder dinero. Para jugar con los mejores, debes pagar, como si fuera una master class. Y la gente apuesta. Puedes ganar centenares de d¨®lares en un d¨ªa, jugando en un parque¡±, explica Sacha. Esas apuestas y el dinero de los torneos dan para vivir a los mejores, si bien el jugador valenciano ahora cobra como profesional en B¨¦lgica, adem¨¢s de desarrollar otras actividades. Vuelve a Nueva York en la temporada de verano y siempre agradece c¨®mo lo acogi¨® y gui¨® su mentor William Polanco, de origen dominicano, cuando era un adolescente, tal y como se cuenta en la serie que presenta tambi¨¦n un antagonista.
Se trata de Tywan Cook. Es el mejor. Su leyenda recorre las canchas de one wall en Brooklyn, Chinatown o el Bronx. Es letal, rapid¨ªsimo, fustiga la pelota con ambas manos, no quiere que los tantos apenas duren. Las partidas son a un set de 21. Su enfrentamiento con el jugador valenciano funciona como un hilo conductor de una serie que refleja el lado m¨¢s humano de los deportistas, historias de superaci¨®n y de inclusi¨®n social gracias a la pr¨¢ctica del deporte. Como se?ala Jenny Lee, jugadora con ascendencia de Hong Kong: ¡°Es la ciudad m¨¢s diversa y la pelota la representa. En mi mochila siempre llevo una pelota, que s¨¦ que puedo compartir¡°. ¡°La pelota une, es una gran familia, una forma directa de socializaci¨®n¡±, comenta Sacha, que ha jugado en Australia, Argentina, Colombia o Canad¨¢.
Sacha mantiene una excelente condici¨®n f¨ªsica. Se le ve correr, saltar o hacer flexiones en algunos de los escenarios m¨¢s conocidos de Nueva York que el espectador puede identificar con facilidad gracias al cine, haya visitado o no la ciudad. Es teleg¨¦nico, carism¨¢tico, la c¨¢mara lo quiere. Se muestra natural, entusiasta, decidido. De ni?o era hiperactivo. Su familia no sab¨ªa qu¨¦ hacer para calmar su energ¨ªa. Jug¨® a todas las modalidades de la pilota, practic¨® f¨²tbol sala y tenis y toc¨® el saxo en la banda de m¨²sica del pueblo, como miles de ni?os valencianos. Luego vio una partida de one wall en Youtube y se ¡°tir¨® a la piscina¡±. A los 17 a?os ya logr¨® ser campe¨®n mundial en la categor¨ªa sub19 en Calgary. Ahora, gracias a la serie (que estrenar¨¢ semanalmente un cap¨ªtulo de los cuatro que la componen), transmite su pasi¨®n por un deporte que la gente cree ¡°muy propio, pero que es muy de todos¡±.
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