Paloma, desahuciada en Valencia: ¡°No me niego a irme, pero necesito una casa donde sea¡±
El fondo Good Capital logra el desalojo en Ciutat Vella de dos pisos en un bloque emblema del activismo por la vivienda
Paloma Biedma, de 51 a?os, y su hijo de 17 viv¨ªan hasta las siete de la ma?ana de este martes en un piso de la calle Caixers de Valencia. Varios agentes de la Polic¨ªa Nacional han accedido a la seis y media sin encontrar resistencia a su domicilio en el distrito de Ciutat Vella de la capital valenciana. Biedma sab¨ªa que ocurrir¨ªa desde el 9 de julio, cuando fue notificada del desahucio. Esta noche tienen donde dormir, pero no sabe que ser¨¢ ma?ana de ella y su hijo.
La vivienda de Biedma estaba en el n¨²mero 2 de la calle Caixers, una finca del siglo XIX que el fondo de inversi¨®n Good Capital Investments quiere convertir en alojamientos tur¨ªsticos de lujo. El suyo no ha sido el ¨²nico desalojo efectuado este martes en el bloque. Antes, los agentes han desalojado a tres j¨®venes en situaci¨®n de vulnerabilidad que habitaban otro de los pisos. Ambas viviendas estaban okupadas.
Biedma viv¨ªa en ese piso desde hace nueve a?os y asegura que pag¨® los cuatro primeros. En la pandemia se qued¨® sin ingresos: ¡°no ten¨ªa ni para y comer dej¨¦ de pagar¡±. Apunta que ¡°luego quise pagar y el propietario me dijo que igualmente me iba a ir a la calle¡±. La mujer trabaja de auxiliar de cocina y cobra 1.300 euros al mes. ¡°No encuentro un piso. Son para los extranjeros que pagan 3.000 euros porque cobran 4.000 o 5.000¡å, se queja. Y asegura que no puede acceder a un alquiler porque ¡°te piden avales y un mont¨®n de cosas¡±.
Los agentes han desplegado muy temprano un amplio y llamativo dispositivo policial y han cercado la Plaza del Mercado. Al lugar han acudido un n¨²mero importante de j¨®venes convocados por movimientos sociales. Algunos de ellos son habituales del centro social okupado Ca la Caixeta, ubicado en el bajo del mismo edificio. Una de las activistas asegura que hab¨ªa ¡°entre 100 o 150 agentes¡±. La portavoz del centro social asegura que hab¨ªa 14 furgones. La Polic¨ªa Nacional ha confirmado a EL PA?S que no se ha producido ning¨²n incidente rese?able como cargas o detenciones. El cuerpo asegura que el operativo ha sido muy protocolario y que no ha sido nada fuera de lo normal. Biedma, que en ocasiones no puede contener las l¨¢grimas, cuenta que su hijo ha sufrido un ataque de nervios durante la intervenci¨®n.
Paula Mart¨ªnez, de 26 a?os, es portavoz de Ca la Caixeta. Ha sido de las m¨¢s madrugadoras y a las siete de la ma?ana ya estaba all¨ª junto a otros activistas. La convocatoria era a las ocho y, seg¨²n cuentan, los desahucios estaban previstos para las 9.15 y las 10.45, respectivamente. La polic¨ªa se les ha adelantado. Cuando los activistas han llegado se han topado con una zona ampliamente cercada que no han podido cruzar. Esto ha impedido que obstaculizasen la acci¨®n de los agentes. A lo largo del d¨ªa se ha sumado gente a la concentraci¨®n. Mart¨ªnez tacha el despliegue de ¡°desproporcionado¡±.
El conflicto entre los inquilinos del bloque y Good Capital no es nuevo. El fondo lo compr¨® en 2019 y todos los vecinos, excepto Paloma Biedma y su hijo, lo abandonaron despu¨¦s de que el propietario se negase a renovarles el contrato. Donde hoy est¨¢ Ca la Caixeta antes hab¨ªa una tienda. ¡°El centro social ha creado una red que ha unido a todas las personas que ves¡±, se?ala Mart¨ªnez. Biedma, por su parte, se ha beneficiado de varias pr¨®rrogas judiciales al tener a un hijo menor a su cargo, lo que la convierte en persona vulnerable. El joven tiene 17 a?os y su madre reprocha que ¡°podr¨ªan haber esperado un poco a que tuviese 18¡å.
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