El funeral cat¨®lico por las v¨ªctimas de la dana presidido por los Reyes acaba con reproches e insultos de algunos familiares a Maz¨®n

Los Reyes han entrado y salido de la catedral de Valencia, donde se ha oficiado este lunes el funeral cat¨®lico por las v¨ªctimas de la dana, entre aplausos de los congregados. Pero al final de la misa, organizada por el Arzobispado, mientras Felipe VI y Letizia atend¨ªan e intentaban consolar en la nave central de la seo a algunos de los 400 familiares de los 222 fallecidos, cuatro mujeres y un hombre se han dirigido directamente al presidente valenciano, Carlos Maz¨®n, del PP, para recriminarle su gesti¨®n. Tambi¨¦n se han escuchado algunos gritos aislados de ¡°cobarde¡± y ¡°asesino¡±.

Cuando ha acabado la misa, un joven ha abandonado su banco para acercarse con ¨ªmpetu y decisi¨®n hacia la nave lateral ocupada por los pol¨ªticos. Muy serio y tenso, se ha encarado a Maz¨®n, le ha dicho algo y le ha entregado una fotograf¨ªa de su padre, fallecido en las inundaciones. Por detr¨¢s de la imagen, estaba escrita la palabra asesino. El president ha cogido la fotograf¨ªa tras escuchar al joven, que ha vuelto en busca de sus familiares sin querer explicar el contenido de sus palabras.

Lidia, familiar de un fallecido en Benet¨²sser, tambi¨¦n se ha mostrado indignada y emocionada. Ha aprovechado que no abr¨ªan la puerta lateral de la catedral porque los Reyes segu¨ªan hablando (durante casi media hora) con los familiares en direcci¨®n a la puerta principal, y le he espetado a Maz¨®n: ¡°Ya te puedes ir a comer tranquilo¡±. Se refer¨ªa a la larga comida que mantuvo el presidente valenciano con una periodista el 29 de octubre, cuando se desencaden¨® la cat¨¢strofe, con el objeto de ofrecerle la posibilidad de dirigir la televisi¨®n p¨²blica, ? Punt, seg¨²n la versi¨®n oficial de la Generalitat. Maz¨®n lleg¨® al comit¨¦ de crisis (el Cecopi) sobre las 19.30, cuando estaba convocado a las 17 horas, y la alarma se envi¨® a los m¨®viles de la ciudadan¨ªa de la provincia de Valencia sobre las 20.11, cuando la mayor¨ªa de las poblaciones ya estaban anegadas. Maz¨®n le ha respondido que lo sent¨ªa mucho, que sent¨ªa dolor y empat¨ªa, seg¨²n ha comentado la mujer, incr¨¦dula y cr¨ªtica, a un peque?o grupo de periodistas.

Otras dos mujeres tambi¨¦n le han reprochado su actitud y su gesti¨®n, una desde el altar y la otra mucho m¨¢s cerca de ¨¦l. Los minutos en que los pol¨ªticos esperaban para salir de la catedral, en la nave lateral, han estado marcados por la tensi¨®n. Todo ello ha sucedido tras finalizar la misa funeral, oficiada por el arzobispo Enrique Benavent. Con anterioridad, todo ha discurrido con normalidad, sin incidentes en el interior del templo de origen g¨®tico. Los abrazos y las escenas de emoci¨®n se han sucedido. Fuera, s¨ª que ha habido m¨¢s protestas y se han proferido gritos contra Maz¨®n, la Generalitat y el Gobierno. Tambi¨¦n los Reyes han recibido algunos insultos, mezclados con v¨ªtores, ya en la calle.

La nutrida comitiva pol¨ªtica estaba encabeza por el presidente valenciano, del PP, y la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Hacienda, la socialista Mar¨ªa Jes¨²s Montero. A ambos se les ha visto hablando juntos durante los minutos previos a la misa. El Gobierno tiene previsto organizar, en colaboraci¨®n con la Generalitat y otras comunidades afectadas por la dana, un acto civil de homenaje a las v¨ªctimas. Tambi¨¦n han asistido los ministros de Pol¨ªtica Territorial, ?ngel V¨ªctor Torres, y de Ciencia y Universidades, Diana Morant, y la delegada del Ejecutivo en la Comunidad Valenciana, Pilar Bernab¨¦. Y han acudido a la cita los presidentes auton¨®micos del PP de Andaluc¨ªa, Juanma Moreno Bonilla; de la Comunidad de Madrid, Isabel D¨ªaz Ayuso; de Arag¨®n, Jorge Azc¨®n; y de Murcia, Fernando L¨®pez Miras. Adem¨¢s, han asistido los miembros del Consell, el presidente del PP nacional, Alberto N¨²?ez Feij¨®o, y numerosos alcaldes de las poblaciones afectadas, entre otros.

El arzobispo de Valencia, Enrique Benavent, ha ponderado en su homil¨ªa la solidaridad de las personas que ¡°han arriesgado su vida para salvar la de los dem¨¢s¡±; de las asociaciones e instituciones ¡ª¡±como la Iglesia cat¨®lica¡±, ha apostillado¡ª que han ofrecido sus instalaciones; y de los ¡°miles y miles de voluntarios¡±, muchos de ellos j¨®venes. Tambi¨¦n ha destacado la profesionalidad de los cuerpos de seguridad y de muchos servidores p¨²blicos ¡°venidos de toda Espa?a¡±. No ha hecho ninguna menci¨®n expresa a los representantes pol¨ªticos. Los rostros de algunos familiares reflejaban el dolor y la emoci¨®n del momento en una misa cantada y oficiada en castellano, salvo cuando el arzobispo se ha referido en valenciano a la Mare de D¨¦u dels Desemparats, cuya imagen presid¨ªa un lateral del altar.

Fuera, en la calle, tras el amplio per¨ªmetro de seguridad que ha desplegado la polic¨ªa en torno a la catedral, que no permit¨ªa el acceso a sus alrededores salvo por dos puertas muy controladas, Yolanda clamaba contra la gesti¨®n y los pol¨ªticos por la p¨¦rdida de su hermano, de su cu?ada y de su sobrino de cinco a?os por la dana: ¡°Nadie. Mi hermano yac¨ªa en medio de un barranco y fueron sus amigos que con picos y palas consiguieron encontrar su coche y su cuerpo tirado encima de unos matorrales. Ning¨²n pol¨ªtico mand¨® buscar a mi hermano. Ninguna fuerza de seguridad fue. No fue nadie, salvo los vecinos y los amigos. Quiero que se sepa¡±. Alzaba una pancarta de tela donde pod¨ªa leerse ¡°No fue una cat¨¢strofe clim¨¢tica. Fue un asesinato¡±.

Sonia, hija de un fallecido de Picanya, quer¨ªa un funeral sin pol¨ªticos. Sin aspavientos, se ha salido discretamente de la catedral cuando ha visto la comitiva de representantes pol¨ªticos de la Generalitat y del Gobierno. ¡°Me parece incre¨ªble. Han hecho su trabajo mal y no pasa nada. ?Por qu¨¦ tenemos que seguir aguant¨¢ndolo?¡±, ha dicho en alusi¨®n al presidente Carlos Maz¨®n, ¡°que no lo ha hecho bien¡±. ¡°Y con ello no quiero decir que el Estado lo haya hecho bien, tampoco lo creo¡±, ha manifestado, quej¨¢ndose de que no estuvieran a la altura: uno por no pedir ayuda a tiempo y el otro por esperar a que se la pidiesen.