Las (in)gobernabilidades que vienen
A menos que el PP d¨¦ la gran campanada, habr¨¢ repetici¨®n de elecciones en Andaluc¨ªa, y ah¨ª ser¨¢ Vox, y quiz¨¢ el PSOE, quien lo pague
A decir de las encuestas, la ¨²nica inc¨®gnita de las elecciones andaluzas es la naturaleza del gobierno que salga de ellas. Moreno Bonilla conseguir¨¢ una mayor¨ªa amplia pero insuficiente. ?Se sujetar¨¢ al chantaje de Vox de entrar en el Gobierno, repetir¨¢ elecciones o gobernar¨¢ con su mero apoyo parlamentario? Esta es la duda met¨®dica que viene acompa?ando al PP desde que la formaci¨®n de ultraderecha empez¨® a tener la llave de la gobernabilidad all¨ª donde los partidos de derecha ganaban las elecciones. Hasta ahora el PP ha venido escurriendo el bulto. Seg¨²n el lugar y los resultados espec¨ªficos se optaba por una cosa u otra. Apoyo parlamentario en Madrid, por ejemplo, o gobierno de coalici¨®n en CyL. Ahora ya se ven obligados a tomar una decisi¨®n m¨¢s dr¨¢stica: Vox ha dejado claro que sin ellos no hay gobierno.
Obs¨¦rvese que este chantaje se plantea justo cuando el PP hab¨ªa iniciado el presunto giro hacia el centro propiciado por Feijoo, hacia una pol¨ªtica m¨¢s pragm¨¢tica, menos ideol¨®gica, m¨¢s alejada de las guerras culturales patrocinadas por la ultraderecha. Y Moreno es quiz¨¢ su representante m¨¢s reconocible. Ceder ahora ante Vox en Andaluc¨ªa significar¨ªa una ruptura evidente con este prop¨®sito. Siempre puede argumentarse que en CyL el l¨ªder reci¨¦n llegado se encontr¨® ya con todo el pescado vendido. Ahora el PP no tiene marcha atr¨¢s, deber¨¢ pronunciarse de manera categ¨®rica. Se ha dicho, con raz¨®n, que las elecciones andaluzas pueden ser el inicio de un nuevo ciclo pol¨ªtico, pero este tendr¨¢ unas u otras caracter¨ªsticas seg¨²n cu¨¢l sea su posici¨®n ante Vox.
Lo ¨²nico que parece claro es que el PSOE no va a mover un dedo para facilitarle la gobernabilidad a Moreno. La mayor esperanza para una nueva victoria de este partido en las futuras elecciones generales pasa por neutralizar el voto del cambio alarmando sobre un posible gobierno del Estado integrado por personajes como Abascal. Y le ofrece tambi¨¦n un incentivo para mantener su renqueante coalici¨®n de gobierno hasta el final de la legislatura. Apoyo a S¨¢nchez o el diluvio. Otra cosa es si esto, el seguir alentando el bibloquismo polarizado, es lo que m¨¢s conviene al pa¨ªs en uno de los peores momentos de las ¨²ltimas d¨¦cadas. Los apoyos medi¨¢ticos de cada uno de los dos grandes partidos son incapaces de imaginarlos como actores independientes, adultos, aut¨®nomos. Votar al PSOE es votar a Bildu o a ERC ¡ªy a Podemos, claro¡ª. Votar al PP equivale a votar a Vox. No conseguimos salir de este imaginario pol¨ªtico de partidos cum ap¨¦ndices radicales.
El amago inicial de Por Andaluc¨ªa a prestar apoyo parlamentario a Moreno en el caso de verse obligado a pactar con Vox se fue desvaneciendo a medida que la campa?a llegaba a su fin. Y es de lamentar, hubiera sido la primera vez que desde la izquierda se hiciera expl¨ªcito el sentirse vinculado por el significado real de lo que tan pomposamente se presenta como ¡°cord¨®n sanitario¡±. Lo sorprendente, si se hubiera llevado a efecto, es que dejar¨ªa al PSOE en una situaci¨®n muy delicada. El proyecto de Yolanda D¨ªaz aparecer¨ªa con una nueva luz, la de apostar m¨¢s por el bienestar de las instituciones que por los meros intereses de partido. A menos que el PP sorprenda con mayor¨ªa absoluta nos encaminamos a repetici¨®n de elecciones. Y ah¨ª ser¨¢ Vox (y quiz¨¢ el PSOE) quien lo pague. Tambi¨¦n, desde luego, la confianza en nuestro deteriorado sistema pol¨ªtico. Hay un l¨ªmite a las maniobras de los partidos. Y ¨¦ste lo trazan la envergadura de los problemas objetivos y la fatiga ante una vida pol¨ªtica en continuo estado de exacerbaci¨®n.
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