Abascal se prepara para ajustar cuentas con Casado el d¨ªa despu¨¦s del 13-F
Vox pedir¨¢ entrar en el Gobierno si Ma?ueco pide sus votos para ser investido
Abascal acab¨® su acto electoral del s¨¢bado en Burgos al grito de ¡°?Viva Castilla La Vieja!¡±. No fue un lapsus. Castilla La Vieja era el nombre de una regi¨®n que, hasta la restauraci¨®n democr¨¢tica, abarcaba seis de las nueve provincias castellanoleonesas (todas menos Le¨®n, Zamora y Salamanca), adem¨¢s de La Rioja y Cantabria. Vox no pretende anexionar a Castilla y Le¨®n las dos comunidades vecinas ni satisfacer la demanda leonesista de tener autonom¨ªa propia o resucitar una Castilla La Vieja que nunca existi¨® como ente administrativo. El l¨ªder de Vox, simplemente, no cree en el Estado de las Autonom¨ªas y, menos que en ninguna, en Castilla y Le¨®n.
Buena parte de la campa?a electoral de Abascal ¡ªacompa?ado siempre como telonero por su candidato a la Presidencia regional, el joven abogado burgal¨¦s Juan Garc¨ªa-Gallardo¡ª se ha basado en denunciar una doble marginaci¨®n: la de Castilla y Le¨®n como regi¨®n, la ¡°gran damnificada del Estado auton¨®mico, castigada por su lealtad a Espa?a¡±; y la de ocho de sus provincias, cada una de ellas ¡°el patito feo de Castilla y Le¨®n¡±.
En una comunidad en la que el 35% de sus habitantes son partidarios de un Estado unitario, seg¨²n el sondeo de 40dB. publicado el lunes por EL PA?S, Abascal ha cargado sin contemplaciones contra el Estado de las Autonom¨ªas, al que ha calificado de ¡°ensayo fallido, liberticida, antigualla y costos¨ªsimo¡±. Y ha denunciado que el centralismo madrile?o ha sido sustituido por ¡°17 centralismos, como el que hay ahora en Valladolid¡± (esta ¨²ltima frase no la dijo en Valladolid, sino en Burgos).
Vox carece de presencia municipal en Castilla y Le¨®n (solo tiene 64 concejales de un total de casi 13.000) y se le dan mucho mejor las elecciones nacionales que las regionales: en las auton¨®micas de mayo de 2019 obtuvo el 5,4% de los votos y en las generales, apenas cinco meses despu¨¦s, el 16,8%. Por eso ha intentado convertir las elecciones castellanoleonesas en una primera vuelta de las legislativas nacionales.
Solo lo ha logrado en parte. Pese a la presencia continua de Abascal en la regi¨®n, no ha conseguido las movilizaciones masivas de anteriores campa?as: los asistentes a sus m¨ªtines se han contado por cientos, no por miles. Esta vez le ha faltado el combustible del independentismo catal¨¢n, presente en forma de juicio del proc¨¦s, sentencia del Supremo o indultos a los presos en anteriores comicios. El ¨®rdago separatista ha desaparecido por completo del debate pol¨ªtico.
En su lugar, Vox ha intentado enarbolar otra bandera: su oposici¨®n a la Agenda 2030. Pero, pese a sus denodados esfuerzos, Abascal no ha conseguido que el rechazo a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas despierte en sus seguidores la ola de hostilidad que antes levantaba la mera menci¨®n del nombre del expresidente catal¨¢n Carles Puigdemont.
En contra de Vox juega otro factor: al tratarse de una fuerza pol¨ªtica nueva en la regi¨®n, est¨¢ obligada a se?alar los fallos y deficiencias de un partido que lleva gobernando 35 a?os: el PP. Sin embargo, su oferta pol¨ªtica consiste en que los populares sigan gobernando cuatro a?os m¨¢s. Los dirigentes de Vox no ocultan que su mayor aspiraci¨®n consiste en sustituir a Ciudadanos como socio de Gobierno de Ma?ueco.
Pese a todo, Vox es el ¨²nico partido que tiene asegurado cantar victoria el domingo. Con un solo procurador en las Cortes anteriores, tiene al alcance de la mano multiplicar sus esca?os por 10. No le hace falta llegar al 16,8% de votos que tuvo el 10-N; le basta con acercarse al 12,3% del 28 de abril de 2019. Todas las encuestas le dan una horquilla de entre ocho y 13 procuradores; la mayor¨ªa se inclina por 10. Su porcentaje de votos depender¨¢ en gran medida del nivel de participaci¨®n. Como los electores de Vox, m¨¢s ideologizados, suelen acudir en masa a las urnas, su peso relativo ser¨¢ mayor si se quedan en casa los dem¨¢s.
Abascal no ha revelado en toda la campa?a qu¨¦ precio pondr¨¢ por su apoyo a Ma?ueco. Solo ha dicho que no le regalar¨¢ su investidura, como hizo con D¨ªaz Ayuso en Madrid. El l¨ªder de Vox pasar¨¢ la noche electoral en un hotel de Valladolid y ya ha convocado una rueda de prensa para el pr¨®ximo lunes, cuando haya podido reposar los resultados. Ser¨¢ el momento de ajustar cuentas con el l¨ªder del PP, Pablo Casado, con quien tiene deudas pendientes desde que este descalific¨® con un ataque personal su moci¨®n de censura contra S¨¢nchez en octubre de 2020.
Fuentes de Vox admiten que el precio que ponga Abascal por apoyar la investidura de Ma?ueco depender¨¢ de su resultado en las urnas. No solo el de Vox, tambi¨¦n el del PP. Si a Ma?ueco le basta con la abstenci¨®n de Vox para ser investido, Abascal no votar¨¢ en contra sum¨¢ndose a la izquierda, porque ser¨ªa suicida para ¨¦l. Pero si Ma?ueco necesita el s¨ª de Vox porque el PP no suma m¨¢s esca?os que la izquierda, Abascal pedir¨¢ entrar en el Gobierno.
Presiones de Hazte O¨ªr?
El líder de Vox quiere tener las manos libres para negociar el futuro de Castilla y León y por eso su candidato, Juan García-Gallardo, se ha negado a responder al cuestionario que Hazte Oír, el grupo que ha apoyado desde el principio al partido de Abascal, le ha remitido para marcarle la agenda. Esta negativa ha provocado una agresiva campaña de recogida de firmas y anuncios de prensa por parte del lobby integrista católico.
Las exigencias de Hazte Oír coinciden en parte con los 10 puntos a los que se limita el programa electoral de Vox para Castilla y León (que pide abolir el decreto regional de memoria histórica y renunciar al proyecto de ley LGTBI que elaboró el Gobierno de PP y Cs, aunque falta una mención expresa al veto parental), pero Abascal no quiere que nadie lo tutele ni desviarse de su objetivo estratégico: que Casado lo reconozca como socio indispensable para llegar a La Moncloa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.