¡°No hay muchas razones para volver¡±
Mayra Olivia Lucas-Mas dej¨® Barcelona a los 23 a?os. Desde Par¨ªs lamenta la ¡°polarizaci¨®n¡± de la sociedad catalana
Mayra Olivia Lucas-Mas (Barcelona, 38 a?os) cogi¨® en 2005, junto a su marido, las maletas y se fue a Nueva York a hacer un m¨¢ster. Desde entonces, solo vuelve a Barcelona para visitar a su familia. La pareja recal¨® un tiempo despu¨¦s en Bruselas y desde hace 13 a?os reside en Par¨ªs, donde nacieron y crecen sus tres hijos. En la capital francesa, ella trabaja en un conocido organismo internacional como asesora fiscal. En este tr¨¢nsito, ha pasado de no ser capaz de imaginar una Generalitat sin Jordi Pujol a detectar, desde la lejan¨ªa, ¡°un empobrecimiento del discurso y la situaci¨®n pol¨ªtica¡±. De reclamar hechos y no palabras hace 18 a?os a preocuparle especialmente ¡°la polarizaci¨®n de la sociedad¡± y que pueda resquebrajarse ¡°la convivencia pac¨ªfica¡±, riesgos que atribuye a los a?os de proc¨¦s. ¡°Entonces hab¨ªa m¨¢s cohesi¨®n social y convivencia pese a las cuestiones que pudieran pasar desapercibidas¡±, defiende desde su casa parisina.
Aventajada acad¨¦mica ¡ªcurs¨® en tres a?os Derecho y poco tiempo despu¨¦s se licenci¨® en Empresariales¡ª, considera hoy dif¨ªcil poder regresar a Espa?a mientras se empapa de la historia de Francia que ense?an a sus hijos en la escuela. ¡°Hay m¨¢s oportunidades fuera, y eso mueve a la gente. Lo que yo hago ahora aqu¨ª no lo puedo hacer en Espa?a. Quiz¨¢s para trabajar en ¨¢mbitos m¨¢s internacionales o en innovaci¨®n s¨ª, pero tienes que pasar por Madrid. Y fuera de Espa?a tambi¨¦n encuentras trabajos mejor remunerados¡±, se?ala. La de los salarios ya era una de sus reivindicaciones cuando el mandato de Pujol empezaba a tocar a su fin y reclamaba m¨¢s ayudas para los j¨®venes como las del gobierno sueco de entonces.
Hoy considera que en Barcelona ¡°cada vez hay menos oportunidades. Ya cuando me fui quer¨ªa abrir horizontes, pero ahora hay menos opciones y la situaci¨®n pol¨ªtica es, en mi opini¨®n, responsable en parte de esa situaci¨®n¡±.
Mayra reconoce que tanto ella como su marido, tras analizar c¨®mo las administraciones desaprovechan el talento del pa¨ªs, no han descartado en alg¨²n momento reinstalarse en Espa?a para hacer carrera pol¨ªtica y mejorar las cosas: ¡°Sientes frustraci¨®n de ver la situaci¨®n en Catalu?a y en Espa?a. La fractura social es peligrosa y adem¨¢s del proc¨¦s tenemos los problemas de la sanidad y la educaci¨®n, la precariedad del mercado laboral y el reto de la inmigraci¨®n. Eres consciente de que tienes unas opiniones y de que no les puedes dar una salida. Sientes impotencia¡±. Pero al poco rato vuelve al discurso de antes: ¡°No hay muchas razones para volver¡±.
Parece que se haya roto el cord¨®n umbilical que le un¨ªa con la capital catalana pese a destacar que echa todav¨ªa muchas cosas en falta: la familia, el clima, la hospitalidad de la gente... ¡°La verdad es que no entiendo a la gente que se queja de vivir en Espa?a¡±. Pero mantiene, adem¨¢s del familiar, otro. ¡°Votar, votar... hay que votar¡±, afirma. Su marido es el encargado de que la tramitaci¨®n llegue a tiempo. ¡°Pero votar siempre¡±, concluye.
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