Apertura catalana

Catalu?a ha votado en medio de una pandemia y lo ha hecho sin mayores trastornos. Esto no parec¨ªa algo garantizado hace unas pocas semanas, as¨ª que debemos felicitarnos de que la log¨ªstica haya sido un ¨¦xito. Sin embargo, el 14-F hab¨ªa muchas inc¨®gnitas por resolver y esta no era sino una de ellas.

Una duda de estos comicios era la abstenci¨®n electoral, aunque no tanto por su incremento, que se sab¨ªa que ser¨ªa r¨¦cord, como por su distribuci¨®n. Antes de que arrancara el proc¨¦s lo normal era que la abstenci¨®n diferencial (los que votaban en las Generales, pero no en las auton¨®micas) se concentrara entre los no independentistas ?Se repetir¨ªa este patr¨®n cl¨¢sico? Los datos se?alan que as¨ª ha sido. El independentismo ha ampliado su mayor¨ªa en cuatro diputados, superando el umbral simb¨®lico del 50% de los votos, pese a haber perdido apoyos en las urnas. As¨ª, aunque ambos bloques se han desmovilizado, lo han hecho en mayor medida los que tradicionalmente se absten¨ªan en tiempo pre-proc¨¦s.

La segunda cuesti¨®n clave se ligaba a las transferencias de voto. Desde el 2012 la transversalidad electoral en Catalu?a es escasa y la lengua materna y el sentimiento nacional se han vuelto un buen predictor de las simpat¨ªas partidistas. En ese sentido, tampoco el ¡°efecto Illa¡± ha roto la l¨®gica por la que se vota esencialmente seg¨²n el eje nacional. La descomposici¨®n de Ciudadanos y el cortocircuito del PP apuntan la ganancia de PSC y Vox. El castigo al Govern en el bloque independentista ha sido capitalizado por la CUP, con ciertas perdidas de Junts hacia el PDeCAT. As¨ª, se hace compatible la l¨®gica de voto por bloques, confirmando su notable volatilidad interna, con que ganen los partidos m¨¢s pragm¨¢ticos de ambas orillas.

El tercer elemento, derivado de los anteriores, era la incertidumbre en torno a la posici¨®n relativa de los partidos. El triple empate en la cabeza y el qu¨ªntuple empate por la cola abr¨ªa muchas combinaciones posibles, si bien una suma independentista siempre fue m¨¢s probable que la suma por la izquierda. Pese a ello, ambas v¨ªas son aritm¨¦ticamente factible en el Parlament m¨¢s fragmentado de los ¨²ltimos 40 a?os.

De tener que repartir el palmar¨¦s, tres partidos son los que han conseguido sus objetivos. Primero, el PSC, que gana y, aunque no pueda gobernar, se recompone en Catalu?a para apuntalarse a medio plazo. Segundo, ERC, que siendo primera del bloque independentista por fin conseguir¨¢ la presidencia de la Generalitat. Y, por ¨²ltimo, Vox, que ha conseguido un contundente sorpasso al PP, un escenario ideal para proyectarse en toda Espa?a. Por el contrario, Ciudadanos y PP encaran una crisis profunda tras haber quedado totalmente laminados en Catalu?a, una onda expansiva que llegar¨¢ hasta el Congreso de los Diputados. Si algo est¨¢ claro es que hoy Moncloa respira m¨¢s tranquila que la oposici¨®n.