Junts traslada su campa?a al cuartel electoral de Puigdemont en el sur de Francia
El partido busca c¨®mo solventar el obst¨¢culo de tener a su candidato en el extranjero
Las prisas por la cita electoral catalana han acelerado la mudanza de Carles Puigdemont, que se ha trasladado de B¨¦lgica al sur de Francia. ?l mismo ha dicho que a¨²n tiene algunas cosas por recoger de la Casa de la Rep¨²blica en Waterloo, la que ha sido su residencia en los ¨²ltimos seis a?os y medio ¡ªdesde que en 2017 se march¨® de Espa?a para evitar rendir cuentas ante la justicia¡ª. Pero ahora se ha instalado en la zona del Vallespir, en las cercan¨ªas de la localidad francesa de Ceret, y all¨ª prepara su base de operaciones para tratar de regresar al Gobierno de la Generalitat. Con la amnist¨ªa en el alero, Puigdemont se fortifica.
Todo el aparato de Junts per Catalunya se ha trasladado a Francia para asistirle en la campa?a electoral, se movilizar¨¢n autocares para darle apoyo y el partido busca apa?os para tratar de solventar los obst¨¢culos que implica la promoci¨®n de un candidato en el extranjero. Puigdemont despacha desde un centro de coworking en Perpi?¨¢n, no estar¨¢ en ning¨²n debate entre candidatos y ya sabe de antemano que, igual que le ha sucedido en las distintas convocatorias electorales desde que se fue de Espa?a, el 12 de mayo ¨¦l no votar¨¢.
El sur de Francia es el nuevo epicentro de la actividad de Puigdemont. En 20 d¨ªas ha tenido dos actos p¨²blicos en Elna y otro en las cercan¨ªas de Perpi?¨¢n, adem¨¢s de conceder una entrevista, la primera en m¨¢s de medio a?o. El candidato, seg¨²n su equipo, trata de conectar con las distintas inquietudes sociales que hay ahora en Catalu?a. Pese a no llevar tanto tiempo ausente como su n¨²mero dos en la candidatura ¡ªla empresaria Anna Navarro, instalada en Estados Unidos desde hace 30 a?os¡ª, Puigdemont es consciente de que la situaci¨®n es hoy diferente a la de 2017. Mantiene habitualmente contactos y reuniones con entidades sociales y representantes de distintos sectores.
Quienes le rodean aseguran que el expresidente se siente c¨®modo en su nueva regi¨®n de residencia. Buen dominador de la lengua francesa, ha mostrado su inter¨¦s por el vecindario, como cuando acudi¨® a presenciar un partido de rugby del equipo de los Dragons de Perpi?¨¢n. P¨²blicamente se ha dejado ver sin su habitual traje azul oscuro con corbata, que ha cambiado por unos vaqueros y unas zapatillas deportivas con puntera de goma. La tertuliana Pilar Rahola colg¨® algunas im¨¢genes en las redes sociales.
Para definir la nueva ubicaci¨®n, ni Puigdemont ni su entorno aluden, en ning¨²n caso, al sur de Francia. Siempre identifican el territorio como ¡°Catalunya nord¡±, pese a que ¡ªadem¨¢s de que la regi¨®n pertenece a Francia¡ª es complicado dar con alguien que domine el catal¨¢n en el tri¨¢ngulo comprendido entre Perpi?¨¢n, Elna y Argelers. La ¨²nica autoridad que se ha dejado ver p¨²blicamente con Puigdemont es Nicolas Garcia, alcalde de Elna, de ideario comunista y con sensibilidad hacia la lengua catalana, Garcia se caracteriza por la bufanda roja que luce incluso cuando la temperatura invita a vestir manga corta.
De cara a la campa?a electoral, la estrategia de Junts para captar votos se f¨ªa a un mitin diario de Puigdemont desde la localidad de Argelers, a una treintena de kil¨®metros de la frontera espa?ola, y a una flota de autocares que, desde diversas partes de Catalu?a, desplacen a grupos de simpatizantes para llenar el polideportivo municipal.
¡°Argelers tiene un significado especial¡±, manifestaba un alto cargo de Junts, este jueves. Alud¨ªa a las se?as de resistencia que identifican la localidad. En el invierno de 1939, casi medio mill¨®n de republicanos llegaron al pueblo, y a su extensa playa, huyendo del franquismo. En el sur de Francia fueron acogidos, pero en condiciones deplorables. M¨¢s all¨¢ del legado antisfascista, Junts reivindica el sur de Francia como un espacio amigo, una supuesta continuaci¨®n sentimental de Catalu?a. En las ¨²ltimas elecciones presidenciales francesas, en abril de 2022, la candidata de extrema derecha, Marine Le Pen, se impuso en Argelers con el 55% de los votos a Emmanuel Macron.
En el cat¨¢logo de s¨ªmbolos del independentismo catal¨¢n, los nombres de Elna, Perpi?¨¢n y Prada de Conflent est¨¢n asociados al refer¨¦ndum ilegal del 1 de octubre de 2017 y a los almacenes que, en esas localidades, sirvieron para resguardar urnas y papeletas en los d¨ªas previos. Tambi¨¦n fue en las cercan¨ªas de Prada de Conflent donde se reunieron la mayor¨ªa de miembros del Gobierno catal¨¢n la noche del 27 de octubre de 2017, tras la declaraci¨®n unilateral de independencia en el Parlament. Aquella escapada fue el preludio de la marcha de Puigdemont a B¨¦lgica unos d¨ªas despu¨¦s. Un viaje del que, seg¨²n asegura ¨¦l, ahora ha emprendido el camino de vuelta.
Los ¨²ltimos d¨ªas de Waterloo
Carles Puigdemont ha cerrado la puerta de su casa en Waterloo, a las afueras de Bruselas, pero todavía no entrega las llaves. La bandera catalana y la europea siguen ondeando junto a la casona de ladrillo, en cuya entrada también continúa pegada la placa que informa a los curiosos que se acercan —bastantes menos que hace unos años— de que se trata de la “Casa de la República Catalana”. Un hombre que guarda la vivienda, convertida los últimos seis años y medio en el símbolo de la fuga del expresident —el "exilio" en el relato independentista—, asegura: “Todo sigue igual”. Al menos por el momento.
El chalé, situado en un aburrido barrio residencial de esta localidad famosa porque en ella se produjo la derrota definitiva de Napoleón, seguirá siendo utilizado como residencia por Puigdemont cuando se vea obligado a acudir a la capital belga por trabajo, ya que aún es eurodiputado. Hasta nuevo aviso, seguirá siendo también la sede de su autoproclamado Consell de la República, una especie de gobierno paralelo al oficial de la Generalitat. Su web ni siquiera ha actualizado su presentación, donde la describe como “la residencia oficial en el exilio del 130º presidente de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont”.
“La Casa de la República no está cerrada”, confirmaba esta semana en el Parlamento Europeo de Bruselas el propio Puigdemont, que regresó desde el sur de Francia para participar en la penúltima sesión plenaria de la Eurocámara. Todo ha sido tan rápido, reconocía sobre la convocatoria de elecciones anticipadas en Cataluña, que sus planes se han precipitado. Aunque ya está instalado en el sur de Francia, mucho más cerca de la frontera española, su residencia oficial a las afueras de Bruselas sigue funcionando. “Cumpliré mi mandato de eurodiputado hasta el último día (…) Tengo previsto ir al último pleno en Estrasburgo y cumplir mis obligaciones”, dijo también esta semana. La mudanza definitiva quedará, indicó, para “después de las elecciones”. Aunque él asegura que no tiene un plan b tras los comicios, Waterloo, por el momento, lo seguirá esperando.
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