Illa y S¨¢nchez, campa?as paralelas y diferenciadas
El PSOE asegura que respetar¨¢ la total autonom¨ªa de los socialistas catalanes para decidir los pactos poselectorales | Los independentistas exhiben contra el PSOE su rechazo anterior a la amnist¨ªa | Comuns Sumar aumenta las exigencias a sus socios
Salvador Illa irrita a sus oponentes soberanistas y se les nota. No solo, y principalmente, porque las encuestas sit¨²an al candidato del PSC muy a la cabeza en la intenci¨®n de voto para las elecciones del 12-M, como la de 40dB. para EL PA?S y la SER que se publica este lunes, sino porque no se mueve del carril por el que quiere ir. De nada le sirve al candidato de Junts, Carles Puigdemont, que le llame ¡°gobernador civil¡± o que el presidente de la Generalitat y cabeza de lista de ERC, Pere Aragon¨¨s, lo sit¨²e como sosias del presidente del Gobierno de Espa?a, Pedro S¨¢nchez, para atribuirle todos los perjuicios que supuestamente sufre Catalu?a por mor de las pol¨ªticas del Ejecutivo central. Illa no se mueve. Su estrategia desde que lleg¨® a Catalu?a para liderar el PSC y encabezar la candidatura de su partido hace tres a?os, procedente del Consejo de Ministros y tras haberse hecho cargo de la tragedia del covid como titular del departamento de Sanidad, se ha desarrollado en el af¨¢n de conseguir el voto de la inmensa mayor¨ªa de los catalanes.
Esa determinaci¨®n, muy acorde con su idiosincrasia personal y pol¨ªtica, favorece la impasibilidad del l¨ªder socialista catal¨¢n ante los ataques y requerimientos a que responda sobre el presunto ¡°vasallaje¡± a S¨¢nchez, respecto a si va a aceptar la financiaci¨®n ¡°singular¡± para Catalu?a, como le exige ERC y, desde luego, la preparaci¨®n de un refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n. Esquerra Republicana y Junts per Catalunya se dirigen a Illa con la advertencia de que se olvide de ser el presidente de la Generalitat. Tambi¨¦n desde el recordatorio, con mofa y cierto tono de escarnio, de que, tras el rotundo rechazo de los socialistas a los indultos y la amnist¨ªa, sobrevinieron la concesi¨®n de los primeros y la elaboraci¨®n de una proposici¨®n de ley sobre la segunda medida de gracia, a¨²n en tramitaci¨®n parlamentaria. Y ahora, concluyen las dos formaciones independentistas, tambi¨¦n llegar¨¢ el refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n.
La incomodidad de los socialistas es evidente ante estos recordatorios, y as¨ª lo reconocen distintos interlocutores del PSOE y del Gobierno central. El presidente del Ejecutivo, tras la convulsi¨®n que sufri¨® su partido a ra¨ªz de su pausa de cinco d¨ªas para calibrar si segu¨ªa al frente del Gabinete, intercala sus reproches a la estrategia ¡°deslegitimadora¡± de la oposici¨®n, el no reconocer al Gobierno, como se?al¨® en su entrevista a EL PA?S del pasado domingo, con el juego cl¨¢sico de contraposici¨®n derecha-izquierda. El mensaje de S¨¢nchez tiene seguidores, probablemente muchos entre los votantes del PSC, pero muestra registros diferentes a los que desgrana el candidato Illa, reconocen en fuentes socialistas.
¡°El PSC ser¨¢ quien decida¡±. Esta respuesta lac¨®nica es la ¨²nica que puede sonsacarse al candidato socialista para rechazar de plano que, como vaticinan sus rivales, ser¨¢ La Moncloa quien determine la pol¨ªtica de pactos tras los comicios. La expectativa de triunfo electoral, con atracci¨®n de votantes de diversas procedencias, explica el discurso transversal de Illa. La preocupaci¨®n ciudadana por asuntos del d¨ªa a d¨ªa es otro acicate para que el socialista no tenga la menor tentaci¨®n de responder a asuntos sobre referendos, sino que se haga fuerte en el discurso de buscar ¡°la unidad de los catalanes¡± y en poner en marcha toda la potencialidad de bienestar para su comunidad.
El triunfo de Illa se anticipa tan claro como la dificultad, no se sabe si insuperable, de formar una mayor¨ªa gobernante. En Esquerra Republicana apelan al alto n¨²mero de indecisos que a¨²n se registra para explorar combinaciones. En el PP, aunque no tengan capacidad de influir en la formaci¨®n de gobierno, ya viven con regocijo la multiplicaci¨®n de sus votos que predicen un¨¢nimemente las encuestas.
El papel de Comuns
Si S¨¢nchez e Illa pueden ir por carriles paralelos sin aparente quebranto, no ocurre lo mismo dentro del Gobierno de coalici¨®n. Necesariamente la candidata de Comuns Sumar, J¨¦ssica Albiach, tiene que plantar cara al l¨ªder del PSC a trav¨¦s de demandas socioecon¨®micas exigentes, con la vivienda como prioridad. A¨²n quedan unos d¨ªas para que la l¨ªder nacional de Sumar y vicepresidenta segunda, Yolanda D¨ªaz, intente, junto a sus compa?eros catalanes, mostrar al electorado la utilidad de votar a los comunes en favor de pol¨ªticas de izquierda
Pero las demandas trascender¨¢n esta semana electoral catalana. Sumar ya no se saldr¨¢ del papel de exigir al PSOE que se mueva y legisle. Hay tiempo, apuntan en la plataforma que encabeza D¨ªaz, una vez que S¨¢nchez ha decidido continuar. En esa afirmaci¨®n de que hay tiempo coinciden PSOE y Sumar.
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