La f¨®rmula Ayuso

La pol¨ªtica es una disputa perpetua entre lo que es y lo que parece, donde lo primero suele estar m¨¢s devaluado que lo segundo. La conmoci¨®n en el PSOE causada por la cascada de p¨¦rdidas de alcald¨ªas y gobiernos auton¨®micos amenaza con instalar una percepci¨®n de derrota inevitable en el electorado de izquierdas, comenzando por los propios militantes. El PP intentar¨¢ apuntalar esa sensaci¨®n, con la ayuda de buena parte de los medios de comunicaci¨®n que se proyectan desde la capital al conjunto del pa¨ªs.

Es f¨¢cil entender el pesimismo de la mayor¨ªa gubernamental. De mantener el mill¨®n y medio de votos municipales de diferencia respecto a PP, Vox (y Ciudadanos), la victoria de la oposici¨®n estar¨ªa asegurada. M¨¢s a¨²n si tenemos en cuenta que la derecha suele recuperar m¨¢s voto entre municipales y generales que la izquierda. De ah¨ª la expectativa de los estrategas del PP, que sit¨²an en 11 millones de votos, dos m¨¢s de los que obtuvieron junto con Vox el 28 de mayo, el nivel del apoyo para asegurar La Moncloa.

Sin embargo, no hay que perder de vista que, si de un plebiscito a Pedro S¨¢nchez y su gobierno se hubiera tratado, quiz¨¢ entonces deber¨ªamos considerar los m¨¢s de 10 millones de votos recogidos por el conjunto de los partidos que lo han sostenido hasta hoy en el Congreso. Es una suma para nada extrapolable, pero ¨²til para recordar algo: esta vez a Pedro S¨¢nchez le queda m¨¢s recorrido para movilizar a favor que a sus adversarios para recortar esa distancia.

Quiz¨¢ es en la Comunidad de Madrid donde mejor se puede observar esa situaci¨®n. A pesar de que, en realidad, la derecha ha perdido el 10% de los apoyos y la izquierda le ha recortado 100.000 votos de diferencia, Ayuso ha obtenido la mayor¨ªa absoluta (gracias, en buena medida, al voto perdido de Unidas Podemos). Es el resultado de una estrategia aplicada en los ¨²ltimos tres a?os, basada en nacionalizar al m¨¢ximo la vida pol¨ªtica madrile?a, bajo la batuta de Miguel ?ngel Rodr¨ªguez, con el objetivo de movilizar tambi¨¦n en las auton¨®micas a aquellos madrile?os que solo votan ocasionalmente en las elecciones generales.

Con esa f¨®rmula, tras estar a punto de perder el Gobierno de Madrid en 2019, el bloque de derecha encabezado por Ayuso obtuvo m¨¢s de dos millones de votos dos a?os despu¨¦s. Ese fue el techo fijado en Madrid por la suma de PP y UPyD en las elecciones generales del 2011. Con ello, desaparec¨ªa la abstenci¨®n diferencial que suele darse en elecciones auton¨®micas y municipales, donde participan menos votantes que en las elecciones generales. De esa hipermovilizaci¨®n lograda en Madrid tambi¨¦n se ha beneficiado el alcalde Jos¨¦ Luis Mart¨ªnez-Almeida (puesto que esos hipermovilizados tambi¨¦n le votaron de paso), y el bloque de la derecha en toda Espa?a, tambi¨¦n expandido hasta niveles de 2011.

El problema de esta f¨®rmula es que casi agota el margen de mejora para su partido de aqu¨ª dos meses, algo que no le sucede a la izquierda. El PP podr¨ªa doblar el n¨²mero de votos en la Comunidad de Madrid, en comparaci¨®n con los obtenidos en las elecciones generales de noviembre de 2019, y arrebatar los escasos esca?os que a¨²n retuvo Ciudadanos. Pero dif¨ªcilmente la derecha podr¨¢ ampliar m¨¢s all¨¢ el n¨²mero de esca?os obtenidos, siempre que no se produzca un desfallecimiento de sus adversarios.

?En qu¨¦ medida esta hipermovilizaci¨®n se dio tambi¨¦n en otros territorios? No debemos olvidar que muchos votantes de PP y Vox, quiz¨¢ la mayor¨ªa, fueron a votar contra S¨¢nchez, mientras que en el bloque opuesto lo hac¨ªan por alcaldes y presidentes auton¨®micos. Aceptar esa nacionalizaci¨®n asim¨¦trica de las elecciones fue el error estrat¨¦gico de S¨¢nchez. Ah¨ª podr¨ªa estar tambi¨¦n la clave de sus esperanzas para julio.