Feij¨®o, a por la Espa?a ¡®meritocr¨¢tica¡¯

Alberto N¨²?ez Feij¨®o repite estos d¨ªas un relato personal: su origen de hombre que ha prosperado viniendo de un pueblo rural de 300 habitantes. La derecha lleva tiempo buscando hacerse con la bandera de las clases trabajadoras. Por eso, su objetivo esta legislatura fue meter miedo sobre un bolivariano Pedro S¨¢nchez que ven¨ªa a ¡°empobrecerles¡± y darles ¡°paguitas¡± para que le votasen. La izquierda no ha logrado escapar de ese relato tanto como cree.

Se puede inferir de la encuesta de 40dB. El Partido Popular se impondr¨ªa ligeramente entre las categor¨ªas de ¡°rentas medias-bajas¡± y ¡°medias¡±, superando en mayor proporci¨®n a los socialistas en las ¡°medias-altas¡± y las ¡°altas¡±. El PSOE, en cambio, solo tendr¨ªa m¨¢s apoyo entre las ¡°rentas bajas¡±. Es decir, que los populares sacar¨ªan ventaja en el segmento m¨¢s aspiracional del electorado: ese que no es pobre, pero sue?a con mejor¨ªas en su precariedad estructural. Y todo ello pese a que el Ejecutivo de S¨¢nchez ha sido el art¨ªfice de los paquetes de ayudas para sostener su nivel de vida ante la pandemia o la crisis de inflaci¨®n.

As¨ª que el 23-J esconde un factor de expectativas socioecon¨®micas. No es que la gente reniegue de los ERTE o la revalorizaci¨®n de las pensiones. El problema es que el mantra liberal resulta hoy seductor en amplias capas de trabajadores en Europa, al devolver la ilusi¨®n de ser due?o del propio destino. Mientras que la derecha actual vende idealismo y autonom¨ªa personal ¡ªnegando el contexto de precariedad o el determinismo de clase¡ª, la izquierda ofrece crudo realismo, donde la principal certeza es un Estado que cada vez debe ayudar m¨¢s a una ciudadan¨ªa que no logra emanciparse.

La campa?a del 28-M se plante¨® en esos t¨¦rminos. El Gobierno evoc¨® su faceta m¨¢s asistencial con medidas como la construcci¨®n de pisos o ayudas para el Interrail en los j¨®venes (PSOE), e incluso con propuestas de supermercados p¨²blicos (Podemos) creyendo que combatir¨ªa el temor al contexto inflacionista. Es dif¨ªcil saber qu¨¦ hubiera pasado sin tales promesas. Que Andaluc¨ªa o Extremadura est¨¦n te?idas hoy de azul da pistas sobre el sentir de muchos habitantes de la Espa?a que sol¨ªa estar m¨¢s rezagada econ¨®micamente.

Esto no va de que los relatos sean ciertos, sino de asumir hasta qu¨¦ punto calan. No casualmente, Pedro S¨¢nchez dej¨® de aludir a los ¡°vulnerables¡± a media legislatura para referirse a las ¡°clases medias y trabajadoras¡±. Quiz¨¢s lleg¨® tarde. A este Gobierno le ha perseguido una caricatura seg¨²n la cual actuaba en dos frentes: El primero, gravar de impuestos a los ricos y grandes empresas; el segundo, ayudar a revertir la situaci¨®n de los m¨¢s pobres mediante el Ingreso M¨ªnimo Vital o la subida del Salario M¨ªnimo. En medio: la nada.

Por eso, Feij¨®o busca ahora espolear el sentimiento de ¡°abandono¡± de las clases medias. En el programa El Hormiguero anunci¨® una reducci¨®n del IRPF para rentas por debajo de 40.000 euros. Yolanda D¨ªaz, en cambio, promete regalar 20.000 euros a los j¨®venes de 18 a?os. Es probable que Feij¨®o conecte m¨¢s con la pulsi¨®n que inunda hoy a la clase media espa?ola que D¨ªaz, a juzgar por ambas propuestas. Con todo, demasiado se obvia que los servicios p¨²blicos son la principal pol¨ªtica de un Estado del bienestar para los trabajadores.

El caso es que el principal perjudicado de esos relatos, dentro del progresismo, es el PSOE. La izquierda 15-M que cristaliz¨® en Podemos jam¨¢s tuvo problema en partir de una visi¨®n mucho m¨¢s paternalista de las clases trabajadoras, asumiendo la precariedad como algo estructural. De la izquierda que encarna el PSOE, en cambio, siempre se esper¨® un componente mucho m¨¢s ¡°emancipador¡± para el individuo, y no tan determinista. El ala liberal de los socialistas, tan criticada en estos a?os, cubr¨ªa esa ilusi¨®n de ascenso que ahora intenta copar el PP.

As¨ª que Feij¨®o se dirige a una ¡°Espa?a meritocr¨¢tica¡± para el 23-J porque sabe que hay hueco discursivo. ¡°En mi internado me ense?aron a currar¡±, dijo Feij¨®o en televisi¨®n. No solo es que la derecha actual haya recreado la idea de un presidente que viaja en Falcon y ¡°derrocha¡± teniendo 22 ministerios. Es que un error de esta legislatura fue obviar que las clases trabajadoras creen en la ¡°cultura del esfuerzo¡± o el ¡°m¨¦rito¡±, cuando s¨ª lo hacen, m¨¢s all¨¢ de connotaciones ideol¨®gicas. Si salva La Moncloa, el progresismo deber¨ªa reflexionar sobre ello.