Parec¨ªa un buen chico
?C¨®mo ¨ªbamos a imaginar que tipos con pinta de neonazis, con tatuajes de neonazis y que dec¨ªan cosas de neonazis iban a comportarse como neonazis?
Desokupa coloc¨® una lona gigante en Madrid en la que aparece el presidente del Gobierno, Pedro S¨¢nchez, con cara compungida. Junto a ¨¦l, con la boca abierta, gritando, Daniel Esteve, l¨ªder del grupo. En la lona escribieron: ¡°T¨² a Marruecos, Desokupa ?A la Moncloa!¡±. Al d¨ªa siguiente Esteve anunci¨® que crear¨ªa ¡°un ej¨¦rcito¡± para ¡°limpiar¡± Espa?a. El PSOE dijo que hab¨ªa puesto una denuncia ante la Junta Electoral Central y que estudiaba otra por v¨ªa penal por un delito de odio.
Desokupa naci¨® de la mano de Esteve, pero dif¨ªcilmente habr¨ªa crecido sin la ayuda de algunos medios, que ahora pueden empezar a pensar que tal vez fue mala idea alimentar a semejante escuadr¨®n parafascista. Sus apariciones en directo han sido varias en emisiones como Espejo P¨²blico, de Susanna Griso. Ya con la lona colocada, en The Objective public¨® un video en el que Esteve dice que ser¨¢ ¡°el l¨ªder del ej¨¦rcito en la calle¡±.
?C¨®mo llegamos hasta aqu¨ª con Desokupa? Les voy a contar un cuento. Quiero que quede claro que yo no sab¨ªa nada, que era imposible imaginar que cuando creciera iba a convertirse en lo que anunciaba desde peque?o. Saludaba amablemente, ayudaba a las ancianas a cargar las bolsas del s¨²per. Yo me limitaba a invitarle a salir en el programa porque hablar de okupas daba audiencia y con esas pintas eran muy televisivos. Daba gusto verles, aunque a pocos escapaba que aquello era clembuterol.
?Qu¨¦ pod¨ªa hacer yo si lo hac¨ªan casi todos? Lo hac¨ªa la Cope con grupos similares. Contaban c¨®mo hab¨ªan echado a unos con zapatillas de 150 euros, pero no contaban c¨®mo lo hab¨ªan hecho. Y claro, dec¨ªamos que era una empresa, no una banda de fachas formada por rapados y porteros de discoteca. Los de El Mundo publicaban sus videos y hasta entrevistas. S¨ª, mal de muchos, consuelo de tontos, pero hab¨ªa que alimentar muchas horas de emisi¨®n y a la audiencia le gustaba. ?C¨®mo ¨ªbamos a imaginar que tipos con pinta de neonazis, con tatuajes de neonazis y que dec¨ªan cosas de neonazis iban a comportarse como neonazis?
Todav¨ªa ahora nos cuesta llamar a las cosas por su nombre. Abc dec¨ªa el martes que era una empresa ¡°especializada¡± y ¡°controvertida¡±. Algunos liberales parecen muy preocupados, pero no por el mensaje de odio racista, sino porque genere movilizaci¨®n en el electorado de izquierdas. Cuesti¨®n de prioridades.
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