El PP teme que el auge del sector m¨¢s duro de Vox complique la investidura de Feij¨®o
Los populares recelan de que el ala m¨¢s integrista del partido de Abascal, a la que culpan del bloqueo en Murcia, haya liderado las negociaciones de los pactos territoriales
A solo diez d¨ªas para las elecciones generales, el equipo de N¨²?ez Feij¨®o ya est¨¢ analizando los posibles escenarios salidos de las urnas del 23-J, desde el convencimiento de que va a ganar. Pero no es lo mismo un resultado que otro. Las encuestas no vaticinan, hasta ahora, que el PP vaya a poder gobernar en solitario ¨Dseg¨²n el tracking diario de 40dB. para EL PA?S, los populares est¨¢n en 131 esca?os tras el cara a cara con Pedro S¨¢nchez, a 45 de la mayor¨ªa absoluta¨D y en la sede del partido en la madrile?a calle de G¨¦nova son conscientes de que es probable que Vox tenga que entrar en la ecuaci¨®n. Esa posibilidad preocupa en la c¨²pula del PP, donde constatan que el ala m¨¢s integrista del partido de Santiago Abascal ha liderado la negociaci¨®n de los pactos territoriales y temen su intransigencia de cara a las posibles conversaciones tras el 23-J.
¡°El problema es que van ganando los duros en Vox¡±, se?alan fuentes de la direcci¨®n popular en referencia a Jorge Buxad¨¦ y Kiko M¨¦ndez Monasterio, los dos colaboradores de Abascal que han llevado el liderazgo de las conversaciones con el PP para los pactos auton¨®micos, en las que tambi¨¦n ha participado, en segundo plano, el equipo de Feij¨®o. Seg¨²n el PP, Buxad¨¦ y Monasterio han desplazado dentro de Vox al sector que lidera el portavoz del partido en el Congreso, Iv¨¢n Espinosa de los Monteros, ultraliberal en lo econ¨®mico, pero no tan conservador en materia moral, con el que consideran que ser¨ªa m¨¢s f¨¢cil entenderse.
Como vicepresidente de Acci¨®n Pol¨ªtica, Buxad¨¦ se ha convertido de facto en el n¨²mero dos del partido, por encima del propio secretario general, Ignacio Garriga, con un pie en la pol¨ªtica catalana y otro en la nacional. Por su parte, Kiko M¨¦ndez-Monasterio carece de cualquier cargo org¨¢nico en Vox, pero es uno de los hombres con m¨¢s poder en el aparato, debido a su proximidad a Abascal. Ambos pertenecieron en su juventud a grup¨²sculos de extrema derecha y tienen v¨ªnculos con el integrismo cat¨®lico. De ah¨ª que pongan el acento en banderas ideol¨®gicas, como la derogaci¨®n de la Ley contra la Violencia de G¨¦nero, la hostilidad hacia el colectivo LGTBI o la eliminaci¨®n del derecho al aborto o la eutanasia sin excepci¨®n alguna.
Ya en la confecci¨®n de las listas electorales, aprobadas por el Comit¨¦ Ejecutivo Nacional (CEN), se depur¨® a los representantes del sector ultraliberal, como el economista Rub¨¦n Manso o el experto en comunicaci¨®n V¨ªctor S¨¢nchez del Real, mientras que en la campa?a electoral Buxad¨¦ ha tenido m¨¢s protagonismo que el exsecretario general Javier Ortega Smith, a pesar de que el primero no es candidato y el segundo s¨ª.
En la direcci¨®n del PP temen que el control de Vox por esta corriente dificulte el entendimiento para la investidura de Feij¨®o, en el caso de que este necesite el voto o, al menos, la abstenci¨®n de los diputados ultras. ¡°Los duros de Vox creen que les beneficia que S¨¢nchez siga en el Gobierno, porque est¨¢ demostrado que los partidos peque?os en las coaliciones gubernamentales acaban diluidos¡±, apuntan en la c¨²pula popular. Le ha pasado tanto a Ciudadanos, en sus coaliciones regionales y locales con el PP, como a Unidas Podemos, socio minoritario del Gobierno de S¨¢nchez.
Al PP tambi¨¦n le preocupan los perfiles de los ministros que propondr¨ªa Vox en el caso de que hubiera que formar un Gobierno conjunto, algo que Feij¨®o no ha descartado si fuera necesario. Los populares vetaron al candidato de Vox a vicepresidente valenciano, Carlos Flores, por sus antecedentes por violencia machista, pero los perfiles de los nuevos presidentes de los parlamentos de Baleares, Comunidad Valenciana o Arag¨®n, todos ellos del partido ultra, no han sido mucho m¨¢s digeribles para el PP.
El PP atribuye al auge de este sector el bloqueo de la reelecci¨®n del presidente murciano Fernando L¨®pez Miras. Feij¨®o admiti¨® que el PP tendr¨ªa que meter al partido ultra en los gobiernos de aquellas autonom¨ªas donde necesitase el voto positivo de Vox y as¨ª lo hizo en la Comunidad Valenciana y Extremadura. No esperaba, sin embargo, tener que hacerlo donde le bastara con su abstenci¨®n ni que los diputados ultras acabaran uniendo sus votos a los de la izquierda para rechazar al candidato del PP. Es lo que ha sucedido en Murcia.
Algunos responsables de Vox admiten votar contra el candidato del PP ha sido ¡°un error estrat¨¦gico¡± que el partido puede ¡°pagar muy caro¡± en las urnas. Lo atribuyen a la influencia de Buxad¨¦ y M¨¦ndez-Monasterio y, tambi¨¦n, al factor humano: Abascal ha querido vengarse de L¨®pez Miras por haber pactado en la anterior legislatura con lo que ¨¦l llama los ¡°tr¨¢nsfugas¡± de Vox ¡ªen realidad, tres diputados que fueron expulsados ilegalmente del partido y a los que la justicia acab¨® dando la raz¨®n¡ª, lo que considera una ¡°traici¨®n¡±.
De momento, el plan del PP es sacar partido de este error e intentar pescar entre los votantes de Abascal, que en las generales de noviembre de 2019 gan¨® las elecciones en Murcia. Con este objetivo, Alberto N¨²?ez Feij¨®o ha echado mano del expresidente Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, a quien se llev¨® este mi¨¦rcoles a Murcia. Tras haber pactado con Vox en cinco autonom¨ªas y m¨¢s de 100 ayuntamientos, lanz¨® su ataque m¨¢s dur¨® contra el partido ultra desde que es presidente del PP. ¡°Si el sanchismo y Vox quieren seguir de aliados, que lo sean. Si el sanchismo y Vox quieren seguir demostrando que tienen los mismos intereses, que lo hagan. Si el sanchismo y Vox quieren que siga el Gobierno sanchista, que lo digan¡±, afirm¨®.
Sin embargo, lo que m¨¢s da?o hizo a Vox fueron las invectivas del propio Aznar, quien apadrin¨® a Abascal cuando era un joven dirigente del PP vasco y sigue teniendo gran ascendiente entre los seguidores del partido ultra. ¡°Un dirigente que no es capaz de valorar el momento hist¨®rico en el que vive no es un dirigente pol¨ªtico¡±, dijo de su antiguo disc¨ªpulo. Y a?adi¨®, a modo de advertencia: ¡°Si siguen poniendo palos en las ruedas, la bicicleta va a seguir adelante, y los palos se van a caer. ?No es el momento de poner palos, se equivocan los que los ponen!¡±.
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