El ¡®alcalde¡¯ de barrio de M¨®nica Garc¨ªa
El edil F¨¦lix L¨®pez-Rey llevaba a su madre deprimida de la chabola al padre psiquiatra y militante comunista de la candidata de M¨¢s Madrid
De luto perenne, Tomasa G¨®mez era una mujer religiosa, con miedo a las tormentas y tendente a la depresi¨®n. Viv¨ªa con los pies metidos en las botas de agua por imposici¨®n del barro. As¨ª describe el concejal F¨¦lix L¨®pez-Rey G¨®mez a su madre, fallecida a los 65 a?os el 12 de marzo de 1976. El dictador estaba reci¨¦n enterrado y la salud mental era un lujo inaccesible para la mayor¨ªa. Menos todav¨ªa para alguien que habitaba en una chabola de Orcasitas, en el extrarradio en ebullici¨®n del Madrid preconstitucional. La falta de medios hab¨ªa llevado a L¨®pez-Rey a poner a su madre en manos del psiquiatra Sergio Garc¨ªa Reyes, un militante del Partido Comunista que atend¨ªa a familias sin medios econ¨®micos. La hija de ese m¨¦dico, que fue diputando en la Asamblea en los a?os ochenta, es la anestesista M¨®nica Garc¨ªa, hoy candidata a presidir la Comunidad de Madrid por el partido M¨¢s Madrid. Cierra el c¨ªrculo el hijo de Tomasa, que va el ¨²ltimo en su lista, en el honor¨ªfico puesto 136.
¡°Ella tiene la misma sonrisa que su padre, un hombre tranquilo, psiquiatra, de los que ayudaba siempre a los que no ten¨ªamos. Y yo siempre he estado en el lado de los que no han tenido¡±, comenta L¨®pez-Rey, de 72 a?os, tambi¨¦n militante comunista y afiliado a Izquierda Unida. ¡°Yo he conocido al padre de M¨®nica hace a?os. De llevarle a mi madre, que siempre era de la botella medio vac¨ªa y siempre tendente a la depresi¨®n¡±.
Con M¨®nica Garc¨ªa al frente y con Espa?a bajo el hurac¨¢n de una pandemia que tambi¨¦n deja importantes heridas en la psique, M¨¢s Madrid apuesta en su programa por el plan Vete al m¨¦dico. Fue eso lo que le espet¨® el diputado del PP Carmelo Romero en el Congreso a ??igo Errej¨®n, compa?ero de filas de Garc¨ªa, cuando este trataba de defender la importancia de la salud mental.
¡°Es un honor¡±, dice L¨®pez Rey, figurar el ¨²ltimo ante las auton¨®micas del 4 de mayo, porque ¡°los que cierran las listas suelen ser alguien reconocido¡±. Ocupa ese mismo puesto en las filas del PP el alcalde de la capital, Jos¨¦ Luis Mart¨ªnez-Almeida; en las de Ciudadanos, la vicealcaldesa, Bego?a Villac¨ªs, y en las de Vox, el l¨ªder nacional, Santiago Abascal. Se trata de lugares simb¨®licos, pues todos son conscientes de que nunca saldr¨¢n elegidos 136 diputados de una misma formaci¨®n. Se define como ¡°un t¨ªo de barrio¡± y cree que su elecci¨®n se ha configurado ¡°con sinceridad¡±, por lo que lo agradece orgulloso. ¡°M¨®nica es el prototipo de alguien que quiere cambiar las cosas¡±, a?ade.
Un as en la manga
La realidad es que el papel en campa?a de este edil en el Ayuntamiento de Madrid e hist¨®rico l¨ªder vecinal no es el de un 136 de la lista. En Orcasitas le llaman con cari?o ¡°el alcalde¡±, pese a que un infarto sufrido hace seis a?os le impide m¨¢s ajetreo del que le gustar¨ªa. Por eso se ha convertido en un as en la manga de M¨®nica Garc¨ªa en el distrito de Usera, donde la primera fuerza es el PSOE. Un verdadero ariete para tratar de romper la apat¨ªa en zonas donde la abstenci¨®n es alta, aunque gane la izquierda. Esa es una de sus principales preocupaciones, ¡°la desafecci¨®n de la gente sencilla con la pol¨ªtica¡±. L¨®pez-Rey habla el idioma de la calle y su mensaje cala por la claridad y la cercan¨ªa. Su discurso, pese a los a?os de experiencia, sigue siendo el de un pol¨ªtico no profesional, algo que reivindica.
Los a?os de batallas callejeras de L¨®pez Rey en Orcasitas, donde fue durante d¨¦cadas otro chabolista m¨¢s entre 32.734 familias, hace que muchos vecinos lo vean como una especie de ser todopoderoso de reputaci¨®n intachable. Problema que toca, problema que acaba colocado en la agenda p¨²blica. ¡°F¨¦lix es para m¨ª lo m¨¢s grande. No tiene ego¨ªsmo. Cuando ¨¦l se mete en una cosa, se mete para todos los vecinos, que le seguimos. All¨¢ que va ¨¦l, vamos nosotros¡±, cuenta Ana Mar¨ªa P¨¦rez, de 78 a?os, que lleg¨® al barrio con seis a?os procedente de un pueblo de Toledo, al igual que la familia del hoy concejal.
¡°Es un hombre que dirige todo y los dem¨¢s, como es un hombre bueno, le seguimos¡±, resuelve esta mujer, que luce la camiseta morada de la asociaci¨®n de mujeres del barrio y que no duda que votar¨¢ la lista en la que ¨¦l vaya, aunque sea de farolillo rojo. ¡°?El morado no es de Podemos?¡±, avisan varias de sus compa?eras. Y Ana Mar¨ªa P¨¦rez azota al candidato de esa formaci¨®n sin piedad. ¡°Pablo Iglesias me ha desilusionado mucho¡± por sus ¡°sus ansias de poder¡±. ¡°Yo me pongo aqu¨ª, tengo mi sueldo resuelto y lo que he dicho se ha olvidado. Eso nos duele mucho a los que no tenemos nada¡±.
Aseo en barre?os de hojalata
La plaza de la Asociaci¨®n, llamada as¨ª en recuerdo de la asociaci¨®n de vecinos que batall¨® para sacar esta zona del olvido institucional, acoge un acto con motivo del D¨ªa del Libro para que L¨®pez-Rey firme ejemplares de sus memorias, editadas recientemente. Luce en la portada del libro, en medio del fangal pret¨¦rito de Orcasitas, la simb¨®lica foto de Tomasa, la difunta madre del concejal. En un ¨¦xito que se recuerda de manera cotidiana, hace ahora cuatro d¨¦cadas que los vecinos dejaron la infravivienda para dar el salto a los bloques. Ellos son los verdaderos protagonistas de la obra. Una pancarta preside la plaza: ¡°Leer es so?ar con los ojos abiertos¡±. ¡°En este barrio no se ha luchado por cosas tontas¡±, explica Ana Mar¨ªa P¨¦rez, refiri¨¦ndose al triunfo de haber logrado casas dignas, agua corriente y servicios esenciales. Eran tiempos de aseo obligado ¡°en barre?os de hojalata¡±.
Mientras, el autor alterna saludos, agradecimientos y dedicatorias sin olvidar las reivindicaciones. Una cita para una colonoscopia no puede tardar seis meses, urinarios para los conductores de la EMT, la interminable batalla frente al amianto en los edificios, el bajo porcentaje de universitarios en zonas obreras¡ ¡°El pobre necesita m¨¢s de lo p¨²blico¡±.
Tan defensor de lo p¨²blico es, que se?ala con orgullo a Concha G¨®mez, nacida en Lavapi¨¦s hace 76 a?os, y una de las monjas javerianas que aterrizaron en Orcasitas en tiempos del subdesarrollo. Les separan las creencias religiosas, pero les une un activismo por el barrio que va m¨¢s all¨¢ de una buena convivencia. ¡°Este es un barrio luchador al que no le han dado nada gratis¡±, afirma ella, algo t¨ªmida al principio, m¨¢s resuelta al final. Las monjas se mantienen fieles a la lucha vecinal y est¨¢n implicadas en la estructura asociativa desde hace d¨¦cadas. ¡°No estamos en ning¨²n partido¡±, asegura G¨®mez. ¡°Pero votar, tambi¨¦n votan, y a en la pol¨ªtica estamos con la mayor¨ªa del barrio¡±. Lo explica mientras despacha a un euro libros de segunda mano tras una mesa. ¡°El paro y la droga son todav¨ªa dos problemas fuertes¡±, sentencia la mujer.
La admiraci¨®n entre ambos no se oculta. ¡°Ellas no se han escaqueado en la vida y se dan a los dem¨¢s en un grado extremo¡±, agradece L¨®pez-Rey, posando su mano sobre el hombro de G¨®mez, al tiempo que resalta ¡°los ovarios¡± que tienen las monjas. Bajo la mascarilla se intuye la sonrisa de la religiosa, cuya congregaci¨®n nunca ha lucido el h¨¢bito para pertenecer al barrio como cualquier persona.
Suena el tel¨¦fono. F¨¦lix L¨®pez-Rey atiende el m¨®vil casi sin dejar la conversaci¨®n en la que anda enfrascado. Se le escucha en varios metros a la redonda. ¡°Joder, Lola. Vota lo que quieras, menos a Ayuso¡±, responde. ¡°No, co?o, Vox no, que es peor¡±, se r¨ªe. Cuelga y explica a los reporteros que hablaba con una conocida, que ¡°ha visto dos veces a M¨®nica y que le ha convencido. Pero esta es capaz de votar cualquier cosa¡±.
"Yo s¨ª he estado en las colas del hambre"
Hasta Orcasitas ha llegado tambi¨¦n la pol¨¦mica por las declaraciones de la presidenta saliente y candidata del PP, Isabel D¨ªaz Ayuso, que habl¨® de ciudadanos ¡°subvencionados mantenidos¡± en relaci¨®n con las colas del hambre. ¡°Yo de ni?o s¨ª he estado¡±, afirma F¨¦lix L¨®pez-Rey al recordar lo que ¨¦l denomina la ¡°cola de auxilio social¡± en la antigua sala de fiestas Copacabana en la colonia Almendrales. En sus memorias, 'Orcasitas. Memorias vinculantes de un barrio', el concejal recoge innumerables pasajes que reflejan el Madrid de la segunda mitad del siglo XX. ¡°Lo de coger de los contenedores lo ha hecho siempre la gente de aqu¨ª¡±. ¡°Me conozco todos los basureros de esta zona¡± pero ¡°esta se?ora Ayuso lo ha debido tener mejor que nosotros¡±.
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