Ultraliberalismo sin muletas

Isabel D¨ªaz Ayuso se plantar¨¢ este mi¨¦rcoles a primera hora en la Real Casa de Correos de la Puerta del Sol para celebrar el primer Consejo de Gobierno de esta nueva era que se abre en la Comunidad e iniciar otra campa?a, reeditando as¨ª las maneras del patr¨®n popular Manuel Fraga, que acud¨ªa a su despacho de la Xunta de Galicia a las siete de la ma?ana de la jornada siguiente a las elecciones para despertar las calles y preparar su siguiente triunfo. Ayuso se regodear¨¢ as¨ª en el ¨¦xito del ¨®rdago que ech¨® cuando anticip¨® estos comicios con la vista puesta ya en las auton¨®micas de mayo de 2023, en las pr¨®ximas elecciones generales y m¨¢s all¨¢.

Su pr¨®ximo proyecto no ser¨¢ solo un Ejecutivo del PP en la Comunidad, con sus 22.000 millones de euros de presupuesto y competencias plenas en Sanidad, Educaci¨®n y Servicios Sociales. Intentar¨¢ que sea el primer Consejo de Gobierno totalmente suyo, sin dejar de mirar nunca lo que pueda suceder en la c¨²pula del PP.

El primer plan de Ayuso es gobernar en solitario, imponer su agenda e implantar su modelo ultraliberal de gestionar ¡°a la madrile?a¡± sobre la base de libertad para todo. Menciona 47 veces esa palabra en su programa de 164 p¨¢ginas. Y todo ello sin muletas. Ni de su exsocio, Ciudadanos, ni de su pretendiente actual, Vox, ni del PP nacional.

Ayuso se lleva bien con Pablo Casado, chatean constantemente, y quiere ayudarle con el aluvi¨®n de votos que proporciona Madrid (ayer 1.620.000, 900.000 m¨¢s que hace dos a?os) para que gane a Pedro S¨¢nchez cuando se convoquen las pr¨®ximas generales. Esa fecha desconocida no est¨¢ a¨²n en su calendario. Pero s¨ª est¨¢ su proyecci¨®n nacional a medio plazo.

Ayuso quiere demostrar antes, como est¨¢n haciendo Alberto N¨²?ez Feij¨®o en Galicia y Juan Manuel Moreno en Andaluc¨ªa, que gestionar con ¨¦xito Madrid puede ser una plataforma inigualable y sin frenos para confrontar con los proyectos de izquierdas, aunque a Casado le traiga m¨¢s de un problema compaginar estilos de barones regionales tan diferentes. Y confrontar no es una palabra m¨¢s ni un objetivo local.

El nivel de enconamiento registrado en este ¨²ltimo a?o, marcado por la pandemia, entre Madrid y el Gobierno central ha sido apenas un ensayo. Una prueba muy calculada. El 14 de marzo de 2020, cuando S¨¢nchez decret¨® el primer estado de alarma, Ayuso ya entr¨® esa tarde en directo en el programa S¨¢bado Deluxe, de Telecinco, para debatir con Juan Carlos Monedero, quien le reproch¨® la p¨¦rdida de camas sanitarias en los hospitales p¨²blicos de la regi¨®n. La presidenta madrile?a presumi¨® de los 12 hospitales levantados en una d¨¦cada por Esperanza Aguirre y se lament¨® sin rubor del tono partidista del ide¨®logo de Podemos: ¡°Esto es serio, no para hacer pol¨ªtica y estar con rivalidades que no ayudan a nada. Lo importante es salvar vidas¡±.

Fotogaler¨ªa: La noche de las elecciones auton¨®micas en Madrid, en im¨¢genes

Su posterior y cuestionable actuaci¨®n sobre las residencias de ancianos y sobre las restricciones sanitarias por ¨¢reas de salud, o su oposici¨®n constante a los estados de alarma o cualquier medida aplicada por el Ejecutivo y los dem¨¢s presidentes auton¨®micos, apenas le han pasado sin embargo factura. El inesperado aterrizaje del exvicepresidente Pablo Iglesias a la pol¨ªtica auton¨®mica s¨ª se convirti¨® en un regalo para sus planes de medirse en realidad contra S¨¢nchez. El eslogan de ¡°Espa?a me debe una¡± al provocar el abandono del Gobierno de Iglesias se ratific¨® este martes con la retirada total del l¨ªder de Podemos. Ayuso apunt¨® inmediatamente m¨¢s alto: ¡°Espa?a empieza en Madrid y la forma de gobernar de S¨¢nchez tiene los d¨ªas contados¡±. Casado escuchaba desde el balc¨®n entre esperanzado e inquieto.

La agenda

Pero la agenda peculiar de Ayuso es por ahora otra. Impulsar Madrid como el gran motor econ¨®mico y de empleo de Espa?a, continuar con la reducci¨®n de impuestos digan lo que digan las necesidades de recursos en los servicios p¨²blicos tras la covid-19 y otras comunidades vecinas, el PSOE o Podemos y abanderar la libertad educativa.

Ayuso, con su holgad¨ªsima mayor¨ªa (65 esca?os, a cuatro de la absoluta), podr¨¢ permitirse regalar algunos gui?os al programa y al electorado ultra de Vox que tanto la admira: reducir de 136 a 101 los diputados, a solo 10 las consejer¨ªas, dificultar la aplicaci¨®n de la ley de eutanasia, combatir la ocupaci¨®n de pisos, fomentar la natalidad y revisar la cobertura a los menores migrantes no acompa?ados. Vox ya avis¨® ayer de que quiere ser ¡°decisivo¡± para cualquier ley y los presupuestos.

Internamente, intentar¨¢ imponer su candidatura al PP de Madrid y esperar¨¢ a ver si Casado se lleva su tercer batacazo a nivel nacional. Entonces podr¨ªa dejar en herencia a su sucesor en el PP el Gobierno de la Comunidad de Madrid y fijarse ya ¡°a la madrile?a¡± y sin complejos en La Moncloa.

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