Un ¡®tardeo¡¯ con Almeida y los vecinos espont¨¢neos de Carabanchel: ¡°Alcalde, ?no se pueden quitar los ¨¢rboles?¡±
El PP trata de acercar al alcalde de Madrid a los barrios con m¨ªtines peque?os en distintos puntos de Madrid durante la campa?a electoral
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Los nuevos actos del PP en campa?a electoral son muy improvisados. Tanto, que casi todas las sillas del evento tienen una etiqueta blanca con el nombre y el cargo del supuesto vecino invitado: presidentes de clubes de barrio, empresarios, afiliados. Hasta concejales del PP del Ayuntamiento de Madrid. Conviene asegurarse de la asistencia antes de la presencia espont¨¢nea. Conviene tambi¨¦n saludar con insistencia cuando el evento est¨¢ a punto de empezar:
¡ª?Luismi, Luismi!
Don Manuel, un se?or de 81 a?os, sonriente, con alguna dificultad para escuchar, se levanta de la silla de la terraza. Ha venido 30 minutos antes de que el alcalde, Jos¨¦ Luis Mart¨ªnez-Almeida, visite este rinconcito primaveral con sombras del bar El Greco, en Carabanchel, el lugar escogido por el partido para estrenar sus ¡°tardeos¡± con los vecinos. Una nueva modalidad mitinera con la que los dirigentes de la campa?a popular pretenden acercar al alcalde a los 21 distritos de la capital a pocas semanas de las elecciones. O dicho de otra manera: el lugar donde muchos afiliados del PP de Carabanchel han sido citados para escuchar de cerca al hombre que volver¨¢ a liderar las listas de su partido en las elecciones de mayo. Don Manuel, el jubilado, hac¨ªa tiempo que no ve¨ªa a un vecino que conoc¨ªa del barrio, es un hombre repeinado, de mediana edad, que tambi¨¦n ha venido al evento ¡ªen teor¨ªa es espont¨¢neo¨C para ver al alcalde. Insiste:
¡ª?Te veo m¨¢s gordo, Luismi!
Don Manuel, con la pulsera de Espa?a en la mu?eca, es del PP desde 1992, no antes. ¡°De Aznar, concretamente¡±, apunta con seriedad. Dice que ha sido condecorado por el rey de Marruecos. Don Manuel es Manuel Palomo Romero, un ilustre del barrio y de Alhucemas, Marruecos:
¡ªToma, mi tarjeta.
Efectivamente, es as¨ª. Don Manuel tiene muy buenas sensaciones con Almeida: ¡°Es un chico que sabe trabajar, es majo¡±.
¡ª?Ha hecho mucho en el barrio?
¡ª Lo que puede.
¡ª ?Y Ayuso?
¡ª Ayuso es una buen¨ªsima persona.
El buenismo se ha instalado sigilosamente en el Madrid de don Manuel. El alcalde, mientras tanto, est¨¢ de paseo por el barrio: llegar¨¢ con 20 minutos de retraso. Necesita captar votos. Aqu¨ª el PP alcanz¨® en 2019 solo el 20% de los sufragios. Es un feudo tradicionalmente socialista. Don Manuel dice tambi¨¦n que un d¨ªa coincidi¨® en un viaje de AVE con Mariano Rajoy camino de Zaragoza. All¨ª le explic¨® que ten¨ªa una empresa de materiales hidr¨¢ulicos, que hab¨ªa llegado a un acuerdo con otra empresa francesa para venderla. Rajoy, por lo visto muy sorprendido, le dijo:
¡ª?Y dejas a gente en el paro?
Don Manuel dijo que no, que todos seguir¨ªan con el mismo sueldo. ¡°Eso me encanta¡±, respondi¨® Rajoy.
Ya s¨ª, llega Almeida a los ¡°tardeos¡± de Almeida, recibido con muchos aplausos de vecinos espont¨¢neos, que se asoman a la terraza con la curiosidad del vecino que quiere saber qu¨¦ narices est¨¢ pasando en este rinconcito de su barrio. El alcalde toma el micr¨®fono. ¡°Hoy, cuando paseaba por aqu¨ª, muchos vecinos nos dec¨ªan cosas que est¨¢n bien y mal en el barrio¡±, dice. Un vecino espont¨¢neo ¡ªal menos por lo que dice¨C vocifera desde la otra acera de la calle:
¡ª?Sanidad p¨²blica!
Almeida hace o¨ªdos sordos. Cuenta, sentado en un taburete de madera, junto al consejero de la Comunidad de Madrid Carlos Izquierdo, y al concejal del distrito, ?lvaro Gonz¨¢lez, que ha venido a escuchar. Una se?ora toma entonces la palabra. El alcalde entiende que est¨¢ un poco nerviosa: ¡°?L¨¢nzate!¡±. Se lanza. Otro espont¨¢neo de la calle ¡ªhay bastantes espont¨¢neos fuera del evento de los que en teor¨ªa son espont¨¢neos¡ª que exclama:
¡ª?Que te vote Txapote!
Hay espont¨¢neos que hablan fuera de contexto. La se?ora le dice al alcalde: ¡°?Por qu¨¦ cuando paso por debajo del puente (uno que est¨¢ en el barrio) con el coche me ponen multas?¡±. Almeida sale con buen pie. ¡°Porque es usted residente y esta era una zona con mucha contaminaci¨®n. Ahora hemos logrado que la plaza El¨ªptica cumpla con la normativa¡±.
Otra se?ora, algo molesta, toma la palabra: ¡°Una apreciaci¨®n. Soy residente y me han puesto una multa¡±. Almeida responde: ¡°?Es un veh¨ªculo sin etiqueta?¡±. La se?ora, en teor¨ªa espont¨¢nea, porque todo es supuestamente espont¨¢neo, dice que s¨ª. Y Almeida explica que ese es el motivo, que tiene un coche sin etiqueta medioambiental.
Ahora, un se?or, de mediana edad, agarra el micr¨®fono. Va con todo: ¡°Buenas tardes, alcalde. El tema del arbolado est¨¢ haciendo que se destruyan las aceras. ?No se podr¨ªan quitar los ¨¢rboles?¡±. Hay preguntas espont¨¢neas que rozan la m¨¢s absoluta espontaneidad. Almeida explica que solo se quitan aquellos ¨¢rboles que dificultan la accesibilidad de los vecinos. ¡°Hay mucha pol¨¦mica con esto¡±, explica Almeida. ¡°Manuela Carmena autoriz¨® la tala de 42.000 ¨¢rboles en cuatro a?os y nosotros un 33% menos¡±. El alcalde aprovecha las preguntas espont¨¢neas para pedir tambi¨¦n el voto de una forma sigilosamente espont¨¢nea. La realidad es que, seg¨²n datos municipales, la capital de Espa?a ha pasado de 400.739 ¨¢rboles en 2019, a 322.323 en 2023, un descenso del 20% en solo tres a?os.
De pronto, un vecino, algo molesto, pregunta: ¡°Buenas tardes, ?por qu¨¦ est¨¢n tan mal todas las aceras del barrio. ?Pero todas!¡±. El presidente del distrito y concejal, ?lvaro Gonz¨¢lez, sentado al lado del alcalde, se pone algo nervioso. En teor¨ªa esto era un evento de vecinos espont¨¢neos que son votantes del PP, pero siempre hay infiltrados. Gonz¨¢lez se acerca al o¨ªdo de Almeida. Le viene a decir que esto no es exactamente as¨ª. ¡°Con las listas del PP a medio hacer, est¨¢ la cosa como para estas cr¨ªticas¡±, pensar¨ªa. Almeida explica entonces que se ha hecho un trabajo en el barrio en este sentido, pero no suficiente. ¡°Tomamos nota¡±, le dice al vecino.
El tardeo est¨¢ a punto de terminar. Don Manuel, el vecino de 80 a?os que habl¨® con Rajoy en un AVE, tambi¨¦n habla. ¡°Buenas tardes, esta calle antes ten¨ªa tres carriles, ahora tiene dos y los ruidos son enormes. Se aumenta la velocidad, el polvo va a las casas. ?Por qu¨¦ no hacen aparcamientos subterr¨¢neos?¡±. Almeida, atento, dice: ¡°?En qu¨¦ zona?¡±.
¨CAl lado de la iglesia.
Y Almeida dice: ¡°Vale, vale. El concejal toma nota¡±.
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