Seis a?os y medio de c¨¢rcel para el primog¨¦nito de los Morones por irrumpir a tiros en una fiesta de los Zamoranos
¡°Pese a la animadversi¨®n rec¨ªproca derivada del enfrentamiento de ambos clanes¡±, dice el fallo, ¡°es cre¨ªble la versi¨®n de los asistentes a la pedida de mano¡± de la etnia gitana
El juzgado de lo penal n¨²mero 3 de Pontevedra ha condenado a seis a?os y medio de c¨¢rcel a Juan Paulo Gim¨¦nez, el hermano mayor del clan de etnia gitana de los Morones, por irrumpir en una pedida de mano del grupo de los Zamoranos, armado con una pistola y disparar al techo en al menos en seis ocasiones, hechos que el acusado neg¨® rotundamente en el juicio.
El fallo de la magistrada Julia Monteagudo Limeres, considera al acusado autor de dos delitos de lesiones con instrumento peligroso, con la agravante de reincidencia, y otro de tenencia il¨ªcita de armas. Sin embargo, su presunto c¨®mplice en los hechos, Rafael G¨®mez, ha quedado fuera del proceso al no haber pruebas concluyentes de su participaci¨®n y que las acusaciones retiraran los cargos contra ¨¦l.
Los hechos, seg¨²n consta en la sentencia, sucedieron durante la madrugada del 19 de mayo de 2019 en el Centro Multiusos del Ayuntamiento de O Porri?o (Pontevedra), donde un centenar de personas de la familia de los zamoranos, asist¨ªa a la celebraci¨®n prematrimonial. Como consecuencia de los disparos, dos proyectiles rebotaron e impactaron de lleno en la cara de una de los asistentes, menor de edad, a la que el condenado deber¨¢ abonar 33.000 euros, y en otro invitado, a quien tendr¨¢ que indemnizar con casi 34.000.
La jueza, adem¨¢s, ha ordenado en la sentencia que se deduzca testimonio contra tres personas que declararon en el juicio a favor del acusado por la posible comisi¨®n de un delito de falso testimonio. Juan Paulo Gim¨¦nez afirm¨® que por aquellos d¨ªas se encontraba en Sevilla y present¨® como pruebas diversas facturas de hoteles y restaurantes donde dijo que hab¨ªa estado.
La magistrada asegura en la sentencia que, ¡°pese a la animadversi¨®n rec¨ªproca derivada del enfrentamiento de ambos clanes¡±, resulta ¡°cre¨ªble¡± la versi¨®n de los asistentes a la pedida de mano ¡°por la inmediatez de sus primeras declaraciones, todas coincidentes en identificar al acusado, sin ninguna duda, ya desde el primer momento¡±.
As¨ª, la jueza insiste en su veredicto en la credibilidad de los testimonios recogidos por la Polic¨ªa Judicial en el lugar de los hechos tras el tiroteo, y que ser¨ªa ¡°verdaderamente dif¨ªcil¡± que se hubieran concertado todos los testigos ¡°para declarar en un determinado sentido apenas una hora despu¨¦s del suceso¡±.
Adem¨¢s, la jueza destaca que el autor de los disparos ¡°actu¨® con conciencia del riesgo que creaba, cuanto menos para la integridad f¨ªsica de las personas que se encontraban en el lugar, y, a pesar de ello, ejecut¨® su acci¨®n, siendo adem¨¢s conocedor de primera mano de los peligros que comportan las armas, ya que afirm¨® en el plenario que le encantan y que las identifica a kil¨®metros¡±.
En consecuencia, tras escuchar los anteriores testimonios, todos los que vieron al autor coinciden en afirmar que sin ninguna duda era el acusado Juan Paulo quien entre las 01,00 y las 02,00 horas del d¨ªa de los hechos, vistiendo de forma ¡°elegante¡± con camisa blanca y chaqueta de traje azul o negra, entr¨® en el Multiusos donde estaban celebrando una pedida de mano y comenz¨® a disparar hacia el techo, resultando objetivados al menos seis disparos, seg¨²n recoge la sentencia.
Dos de los proyectiles rebotaron en dos de los asistentes que precisaron atenci¨®n hospitalaria para extraerles la munici¨®n. Insiste el fallo en el hecho de que solo el acusado iba armado y los disparos salieron de la pistola no identificada, de calibre 9mm, similar a las marcas conocidas como Browning o Walter. ¡°Todos los testigos de la acusaci¨®n negaron que alg¨²n invitado a la celebraci¨®n respondiera a los disparos con otros, sosteniendo, adem¨¢s, de que no son personas que suelan ir armadas, que, como parece l¨®gico, a este tipo de celebraciones no se llevan armas¡±, ha subrayado la magistrada.
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