Absuelto, 29 a?os despu¨¦s, el ¨²nico acusado del caso abierto m¨¢s antiguo de Espa?a
La Audiencia de Lugo no alcanza a ver ¡°ninguna prueba, ni siquiera indicio¡± de la autor¨ªa del atraco al supermercado Cash R¨¦cord y el asesinato de una cajera y un reponedor en 1994
Lo mismo que ocurri¨® con la Fiscal¨ªa de Lugo, la Audiencia Provincial no ha alcanzado a ver los indicios que s¨ª vio la ¨²ltima jueza instructora y con los que las familias de la cajera Elena L¨®pez y el reponedor Esteban Carballedo lograron sentar en febrero en el banquillo de los acusados al hostelero Juan Vilari?o. La secci¨®n segunda del m¨¢ximo tribunal lucense ha absuelto al ¨²nico sospechoso del doble crimen del supermercado mayorista Cash R¨¦cord, ocurrido el 30 de abril de 1994 en el pol¨ªgono empresarial de O Ceao (a las afueras de Lugo). ¡°Ninguna prueba, ni siquiera indicio, coloca al procesado¡± en ese lugar ¡°la noche que sucedieron los hechos¡±, defiende la sentencia. Las familias de las v¨ªctimas, a las que el o los atracadores liquidaron de sendos disparos a bocajarro para eliminar testigos, llevaban luchando en solitario casi 29 a?os contra sucesivos sobreseimientos de la causa y una investigaci¨®n policial que hizo agua desde el principio. La hermana de Elena L¨®pez lleg¨® a encadenarse ante la Audiencia y a soportar dos huelgas de hambre para reactivar las pesquisas archivadas y logr¨® que el juzgado en el que el suceso recal¨® desde el principio, el de Primera Instancia 1, resucitara las diligencias hace una d¨¦cada. Pero ahora, despu¨¦s de un juicio que dur¨® una semana y al que un buen pu?ado de testigos citados ya no acudieron porque han fallecido, el caso abierto m¨¢s viejo de Espa?a se cierra sin resolver.
En su fallo, el tribunal recalca que ¡°no se juzga a la persona del procesado, ni el tipo de vida que llevaba, ni siquiera si era un hombre que viv¨ªa de espaldas a la ley, sino si ese d¨ªa entr¨® en Cash R¨¦cord, mat¨® a las dos personas y se apoder¨® de la cuantiosa recaudaci¨®n, pr¨®xima a 3.777.026 pesetas [22.700,38 euros, una cantidad mucho m¨¢s importante para aquel momento]¡±. Los magistrados citan al Tribunal Supremo, que se?al¨® anteriormente que las sospechas sobre la posible autor¨ªa de un acusado ¡°no llegan a la condici¨®n de indicios¡± porque muchas de ellas ¡°tienen otra explicaci¨®n diferente a la que pretende darse¡±. Adem¨¢s, afirman que ¡°ni siquiera en su conjunto¡± pueden apuntar ¡°de manera indubitada, tal y como exige una resoluci¨®n penal¡±, al procesado ¡°como autor de los hechos por los que se le juzga¡±.
Los abogados de las familias de Elena L¨®pez, que muri¨® con 32 a?os y dej¨® dos hu¨¦rfanos de corta edad, y Esteban Carballedo, de solo 26 a?os, ya han anunciado que recurrir¨¢n en casaci¨®n la resoluci¨®n absolutoria de la Audiencia. Vilari?o Casanova, que abandon¨® Galicia en 1997 despu¨¦s de salir de la c¨¢rcel por otra de las causas por las que fue condenado en aquella d¨¦cada (drogas y armas), no estuvo preso por el caso Cash R¨¦cord. La acusaci¨®n, dirigida por el abogado Gerardo Pardo de Vera, reclamaba ¡ªadem¨¢s de indemnizaciones para las familias¡ª una pena de 28 a?os seg¨²n el C¨®digo Penal de la ¨¦poca y teniendo en cuenta la atenuante muy cualificada de dilaciones indebidas. En fechas cercanas a este doble crimen, en Lugo quedaron sin resolver otros dos casos que la polic¨ªa nacional, en 2013, sospech¨® que pod¨ªan tener relaci¨®n con la matanza en la que perdieron la vida la cajera y el reponedor. Poco antes del asalto al Cash R¨¦cord qued¨® sin castigo el atraco a otro establecimiento mayorista, Cash Mi?o, y poco despu¨¦s, apareci¨® semienterrado el cad¨¢ver de un toxic¨®mano en un municipio vecino.
El tribunal formado por los magistrados Edgar Amando Cloos, Mar¨ªa Luisa Sandar y Jos¨¦ Manuel Varela destaca la ¡°singularidad del proceso¡±, en el que se juzgan ¡°hechos acontecidos hace casi 30 a?os, en donde la acusaci¨®n particular [los parientes de las v¨ªctimas y el grupo empresarial de los Cash R¨¦cord], con un encomiable esfuerzo, ha intentado completar una instrucci¨®n claramente deficiente¡±. ¡°Este hecho a?ade una dificultad a la complejidad que siempre entra?a desgranar la prueba de manera as¨¦ptica, tal y como requiere una resoluci¨®n penal¡±, reconoce la Audiencia, en referencia a la dedicaci¨®n de las familias, que han vivido desde entonces para resolver el crimen y paliar lo que un mando de la UDEV (Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta) lleg¨® a definir como ¡°chapuzas¡± de la investigaci¨®n oficial.
Para la Audiencia de Lugo, la mayor¨ªa de las supuestas pruebas contra Vilari?o ¡°no hacen m¨¢s que enturbiar lo sucedido¡±. Los magistrados hacen referencia a una serie de testimonios sobre los que se trat¨® de apuntalar el caso, como el de un hombre, ya fallecido, que en su d¨ªa declar¨® que el acusado lo hab¨ªa llevado en coche hasta la puerta del comercio, le hab¨ªa puesto una pistola en las manos y le hab¨ªa invitado a participar en el golpe. Pero ese mismo testigo hab¨ªa dicho tambi¨¦n que el s¨¢bado 30 de abril de 1994, a eso de las siete y media de la tarde, estaba en el bar del hostelero procesado y lo vio llegar. El crimen se produjo al filo de las ocho, cuando ya el Cash R¨¦cord hab¨ªa cerrado la puerta y la relaci¨®n de clientes de la jornada hab¨ªa sido enviada a la central de A Coru?a. La Audiencia tambi¨¦n destaca el hecho de que nunca apareci¨® la pistola concreta que dispar¨® los proyectiles 9 mil¨ªmetros parabellum, marca Santa B¨¢rbara, que mataron a Elena y Esteban de sendos tiros en la cabeza. Al procesado, que estuvo involucrado aquellos a?os en casos de tenencia il¨ªcita de armas y tr¨¢fico de drogas, se le incautaron pistolas y munici¨®n similares, pero no la del asesinato.
La sentencia hace ¡°menci¨®n especial¡± del testimonio de un vecino de Lugo ¡°a quien la Sala dio total credibilidad¡±, que relat¨® en el juicio c¨®mo quiso ¡°comunicar a la polic¨ªa la presencia de unas personas que le hab¨ªan llamado la atenci¨®n el d¨ªa en que se produjo el doble crimen¡±. El hombre dio incluso ¡°el n¨²mero de matr¨ªcula de un veh¨ªculo que le result¨® sospechoso¡±, pero ¡°no le recogieron la informaci¨®n porque le dijeron que [el asesinato] ya estaba resuelto¡±. Para los jueces esta es una ¡°muestra evidente de la inoperancia que muchas veces guio el tr¨¢nsito temporal de esta investigaci¨®n¡±. En el a?o 2010, este testigo ¡°se acerc¨® a la hermana de una de las v¨ªctimas, cuando frente a la Audiencia llevaba a cabo una de sus m¨²ltiples acciones para evitar que la causa cayese en el olvido, y le cont¨® las sospechas que hab¨ªa albergado el d¨ªa del doble asesinato, en que vio a tres personas y un veh¨ªculo¡±, recoge ahora el fallo. ¡°Se llev¨® a cabo una investigaci¨®n infructuosa sobre ese autom¨®vil y se practic¨® una prueba de reconocimiento fotogr¨¢fico que carece de la contundencia necesaria para se?alar al procesado¡±, sigue explicando la sentencia, ¡°pues inicialmente el testigo refiere que es el que m¨¢s se le parece para posteriormente reconocer a otra persona diferente¡±. Cuando la polic¨ªa nacional pretendi¨® que el testigo reconociese al supuesto autor ante un muestrario de fotos hab¨ªa pasado m¨¢s de d¨¦cada y media desde que el hombre hab¨ªa visto pasar el coche sospechoso.
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