La Audiencia cierra la causa que investigaba a dos polic¨ªas gemelos por la muerte de otro agente en la comisar¨ªa de Ourense
Los magistrados responden casi nueve meses despu¨¦s a la instructora, que propon¨ªa un juicio con jurado, y acuerdan el archivo como ped¨ªa la Fiscal¨ªa

Casi nueve meses ha llevado a la Audiencia Provincial de Ourense tomar la decisi¨®n de archivar la causa contra dos hermanos gemelos, de profesi¨®n polic¨ªas nacionales, que llevaban unos siete a?os bajo la lupa de la jueza Eva Armesto como supuestos autores de la muerte de un amigo y compa?ero en la comisar¨ªa de la ciudad gallega. En su auto de principios de mayo pasado, de 158 folios, la magistrada del Juzgado de Instrucci¨®n 3 de Ourense desgranaba 26 ¡°un¨ªvocos indicios¡± por los que consideraba que los hermanos R. y B. D. L. deb¨ªan sentarse en el banquillo de los acusados para responder por el fallecimiento de el agente Celso Blanco, inicialmente investigado como suicidio. Ahora, la Audiencia estima los recursos de apelaci¨®n interpuestos tanto por los hermanos como por el Ministerio Fiscal contra este auto que acordaba la transformaci¨®n de las pesquisas en procedimiento del jurado y revoca la resoluci¨®n de la magistrada. Con ello dicta el sobreseimiento provisional y el archivo del procedimiento en una resoluci¨®n firme contra la que no cabe recurso.
Los magistrados de la Audiencia rechazan el argumentario de Armesto y afirman que ¡°un ¨²nico indicio sostiene la atribuci¨®n de la muerte¡± del agente ¡°como fruto de una actividad violenta desarrollada por un tercero¡±, en concreto ¡°la posici¨®n final en la que qued¨® la corredera del arma empleada, en situaci¨®n de apertura¡±. Para la Audiencia, se trata de ¡°un indicio ciertamente controvertido al concurrir sobre el mismo distintas opiniones periciales¡±. En el auto se afirma que ¡°a¨²n admitiendo que el fallecimiento podr¨ªa responder a la acci¨®n violenta de un tercero¡±, no encuentran ¡°un cuerpo indiciario con la suficiencia necesaria para se?alar a los hermanos investigados como esta tercera persona¡±.
Respecto a la sospecha de que estos dos polic¨ªas estuviesen involucrados en la sustracci¨®n de armas en la comisar¨ªa y que, ante el temor de que Celso Blanco se arrepintiese y decidiese hablar, acabasen con su vida, la Audiencia de Ourense responde ahora que ¡°no se han presentado indicios de ninguna clase sobre la participaci¨®n¡± de los gemelos en aquel robo. ¡°El conocimiento que pudieran tener de este hecho, no puede identificarse con su autor¨ªa¡±, sostienen los magistrados en contra del criterio de la jueza que tiene desde hace siete a?os a los hermanos en el punto de mira. Para la Audiencia, tampoco existe constancia del supuesto m¨®vil del crimen, ¡°pues no hay indicios de que tuvieran miedo a una manifestaci¨®n inculpatoria de la v¨ªctima en el robo de las armas y la confecci¨®n de los an¨®nimos que extendiera la responsabilidad¡± sobre ellos. La Audiencia concluye que ¡°no se presenta un cuerpo indiciario con la suficiencia necesaria para la imputaci¨®n de la supuesta muerte violenta¡± a los hermanos investigados.
Para la magistrada, el gemelo supuestamente encargado de ejecutar el crimen entr¨® escondido en el maletero de un coche Volvo que fue registrado por las c¨¢maras entrando en el parking de la comisar¨ªa, conducido por el hermano. ¡°Se ha realizado esa imputaci¨®n como un medio de encontrar una explicaci¨®n a la muerte, pero se carece de evidencia probatoria¡±, reprocha la Audiencia. Este tribunal defiende que no hay constancia de que el hombre entrase as¨ª en las dependencias policiales y basa sus conclusiones en ¡°una serie de indicios objetivos, que no se han sometido a interpretaci¨®n subjetiva¡±: La ausencia de violencia en la escena del crimen y su inmutabilidad, la no apreciaci¨®n de sombras o interposiciones en el curso de la sangre ni la existencia de pisadas o marcas de intervenci¨®n de terceros, la carencia de arrastre del cuerpo, el env¨ªo de mensajes atribuy¨¦ndose el an¨®nimo y el robo de las pistolas en vida del fallecido y, ¡°sobre todo, la imposibilidad de determinar que en el lugar de los hechos se encontrase un tercero¡±.
Sobre la situaci¨®n final de la corredera del arma empleada, que se encontraba abierta, alertan de que los m¨²ltiples informes solicitados a diversos equipos policiales aportan conclusiones contradictorias. ¡°Por ello, sostener la existencia de un il¨ªcito criminal, como es el homicidio de una persona, en informes contradictorios, que se enmiendan unos a otros, indicando que se ha omitido en el anterior informe este u otro dato, otorga muy poca fiabilidad al procedimiento penal¡±, argumentan los magistrados.
El informe pericial de Bal¨ªstica de la Polic¨ªa Nacional afirma el correcto funcionamiento del arma, ¡°lo que conlleva que la posici¨®n final de la corredera, abierta, debe conseguirse mediante una acci¨®n humana sobre la misma¡±. El auto de la jueza descartaba que el fallecido pudiera aplicar la fuerza necesaria ante la ¡°inminencia de su muerte¡± dadas las lesiones traum¨¢ticas craneales. Entre el disparo y hasta que la bala lo alcanz¨®, el fallecido tendr¨ªa que haber mantenido la tensi¨®n suficiente para dejar levantada la palanca. Sin embargo, otros informes analizados han evidenciado que se han dado casos de personas con impactos de bala en la cabeza y que han sobrevivido a las lesiones y otras que han realizado alg¨²n tipo de movimiento tras recibir un disparo.
¡°Por ello, carecemos de una evidencia con la suficiente entidad para afirmar que la acci¨®n ha sido desarrollada por un tercero al no poder descartar que la corredera haya sido retenida por la mano de la propia v¨ªctima¡±, recoge la Audiencia. ¡°Ciertamente resulta extra?o que el fallecido haya utilizado una de las armas robadas, que requer¨ªa de una carga especial. Sin embargo, que resulte una operaci¨®n compleja, no impide su uso¡±, explican. A continuaci¨®n, los magistrados afirman que ¡°aunque admitiendo que el fallecimiento podr¨ªa responder a la acci¨®n violenta de un tercero¡±, no encuentran ¡°un cuerpo indiciario con la suficiencia necesaria¡± para se?alar a los hermanos investigados como esta tercera persona.
ADN y p¨®lvora en un papel bajo el cad¨¢ver
Otro de los elementos que en la instrucci¨®n se tuvieron en cuenta para deducir la participaci¨®n de los hermanos es la aparici¨®n de un papel bajo el cad¨¢ver con restos de p¨®lvora y ADN de uno de los gemelos. A este respecto, la Audiencia pide tenerlo en cuenta ¡°en su contexto¡±, ya que el acusado y el fallecido compart¨ªan despacho y una misma afici¨®n por las armas. La jueza considera que el asesinato se comete como medio para lograr la impunidad del delito de robo de armas, que la Audiencia no ve probado al no presentarse ¡°indicios de ning¨²n tipo sobre su participaci¨®n en el robo¡±.
¡°El conocimiento que pudiesen tener de este hecho, no puede identificarse con su autor¨ªa¡±, argumentan, tras lo que indician que tampoco se ¡°existe constancia de un supuesto m¨®vil¡±, ¡°ya que no hay indicios de que tuviesen miedo a una manifestaci¨®n inculpatoria de la v¨ªctima en el robo de las armas y la confecci¨®n de los an¨®nimos que extendiese la responsabilidad sobre su persona¡±. ¡°No nos encontramos ante un indicio, sino ante una simple sospecha¡±, insisten. En el auto, concluyen, ¡°no se presenta un cuerpo indiciario con la suficiencia necesaria para la imputaci¨®n de la supuesta muerte violenta¡± a los hermanos investigados.
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