Cobrar de la sanidad p¨²blica en Galicia mientras se trabaja para una multinacional en hospitales de otras comunidades
Un conflicto laboral en Abbott Medical destapa que una fundaci¨®n de la Xunta le pag¨® el sueldo durante m¨¢s de dos a?os a una t¨¦cnica que en realidad ejerc¨ªa sus funciones para este gigante sanitario
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
Tres magistrados estamparon su firma el pasado 23 de enero en una sentencia que anula el despido en Galicia de una trabajadora por parte de Abbott, un gigante farmac¨¦utico y de tecnolog¨ªa sanitaria que coloca sus productos en 160 pa¨ªses y emplea a 115.000 personas. Entre sus 38 p¨¢ginas, el fallo del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) describe una ins¨®lita fuga de dinero p¨²blico: la empleada en cuesti¨®n pas¨® dos a?os y medio, entre julio de 2017 y diciembre de 2019, cobrando su n¨®mina de una fundaci¨®n de la Xunta como supuesta ¡°t¨¦cnica superior de apoyo a la investigaci¨®n¡± cuando, en realidad, ejerc¨ªa sus funciones para la multinacional. La Conseller¨ªa de Sanidade alega que la entidad p¨²blica no ten¨ªa conocimiento de esta irregularidad, por lo que no ha depurado responsabilidades.
A pesar de que su sueldo lo pagaba la fundaci¨®n p¨²blica, la t¨¦cnica cumpl¨ªa ¨®rdenes de Abbott Medical. El TSXG esgrime el ¡°ingente tr¨¢fico de correos electr¨®nicos y mensajes de Whatsapp¡± que la empleada de la entidad dependiente de la Xunta ¡°intercambiaba a diario¡± con la empresa privada, que le daba ¡°continuas indicaciones sobre la forma de ejecutar su trabajo¡±. Con la fundaci¨®n que la ten¨ªa en n¨®mina, sin embargo, exist¨ªa una ¡°nula o marginal comunicaci¨®n¡±, dictamina el tribunal. Cuando en enero de 2020 la trabajadora fue recontratada por la compa?¨ªa, sus tareas no variaron, a?aden los magistrados para apuntalar su dictamen sobre el despido, recurrido en casaci¨®n ante el Tribunal Supremo.
La sentencia es contundente. Concluye que la afectada ¡°fue v¨ªctima de un negocio especulativo de tr¨¢fico de mano de obra o cesi¨®n ilegal¡± mientras estuvo contratada en la Fundaci¨®n Biom¨¦dica Galicia Sur, un organismo sin ¨¢nimo de lucro al que la Conseller¨ªa de Sanidade tiene encomendada la gesti¨®n de la investigaci¨®n e innovaci¨®n en las ¨¢reas sanitarias de las provincias de Pontevedra y Ourense. El TSXG utiliza el dato para fijar la antig¨¹edad de la trabajadora en la multinacional y, por tanto, la indemnizaci¨®n a la que tiene derecho. La cesi¨®n ilegal la dio por probada tambi¨¦n el dictamen del juzgado de lo social que abord¨® el caso en un primer momento, aunque ninguna de estas instancias judiciales ha condenado a nadie por estos hechos porque, alegan, no son objeto de la demanda.

Es precisamente en esa falta de condena a la fundaci¨®n p¨²blica en la que se escuda la Xunta para restar importancia al caso. En respuesta a este peri¨®dico, la Conseller¨ªa de Sanidade, al contrario de lo dictaminado por el TSXG, rebaja las tareas realizadas por la t¨¦cnica de la fundaci¨®n p¨²blica para la multinacional a ¡°actividades puntuales¡±. Este departamento auton¨®mico dirigido por Antonio G¨®mez Caama?o descarga adem¨¢s la responsabilidad en la trabajadora, pese a que la justicia da por probado que ella demand¨® ¡°de manera insistente¡± a Abbott Medical que legalizara su situaci¨®n. ¡°Esta trabajadora realiz¨® unas actividades puntuales para Abbott que fueron satisfechas a trav¨¦s de tres facturas viradas a la citada empresa, actividades de las que la fundaci¨®n no era conocedora¡±, aduce Sanidade, que no aclara si se ha abierto una investigaci¨®n interna para averiguar si hay m¨¢s empleados en la misma situaci¨®n. ¡°Los procedimientos de contrataci¨®n fueron mejorando en los ¨²ltimos a?os, y el hecho de que actualmente sean evaluadas por el comit¨¦ de ¨¦tica responde a la voluntad de impedir que existan supuestos de conflicto de intereses¡±, se limita a se?alar.
Durante la instrucci¨®n del caso y el juicio, emergieron datos sobre la irregular situaci¨®n en la que se encontraba la trabajadora. Mientras estuvo contratada por la fundaci¨®n de la Xunta de Alfonso Rueda, supuestamente para desarrollar un proyecto de investigaci¨®n que la conseller¨ªa tampoco aclara si existe, la t¨¦cnica ten¨ªa su puesto de trabajo en el hospital ?lvaro Cunqueiro de Vigo. Sin embargo, viajaba durante su horario laboral a diferentes centros hospitalarios, tanto p¨²blicos como privados, ubicados en otros puntos de Espa?a como Bilbao, Barcelona o Sevilla, seg¨²n la documentaci¨®n aportada en los tribunales. En estos hospitales cumpl¨ªa con las tareas que le encomendaba Abbott Medical, dando soporte a los implantes de marcapasos o desfibriladores comercializados por la multinacional y manejando los ordenadores en las operaciones de arritmias. Tambi¨¦n se presentaron durante la tramitaci¨®n de la demanda judicial intercambios de mensajes que recogen conversaciones entre la compa?¨ªa y la fundaci¨®n sobre las condiciones laborales de la trabajadora y comunicaciones que revelan que pactaba sus vacaciones con Abbott y no con la entidad de la Xunta.
Sanidade elude aclarar a este peri¨®dico si piensa tomar alguna medida contra Abbott Medical o reclamarle las n¨®minas abonadas a su trabajadora. La multinacional es una de las donantes de la Fundaci¨®n Biom¨¦dica Galicia Sur. Empresas y particulares entregan fondos a esta entidad p¨²blica para labores de investigaci¨®n o para la organizaci¨®n de jornadas y cursos de formaci¨®n para el personal del Servicio Galego de Sa¨²de (Sergas), un dinero que recibe un especial tratamiento fiscal, seg¨²n la web del organismo. La conseller¨ªa, sin embargo, tampoco explica qu¨¦ fue de los proyectos de los que supuestamente se encargaba la t¨¦cnica que en realidad trabajaba para esta compa?¨ªa privada. Seg¨²n las memorias de la fundaci¨®n, el grupo Abbott Medical, que factura al Sergas millones de euros al a?o en servicios y productos sanitarios, don¨® 17.000 euros y suscribi¨® convenios de colaboraci¨®n por valor de 372.000 euros entre 2017 y 2019, a?os en los que la Administraci¨®n auton¨®mica le pag¨® el sueldo a su trabajadora. La empresa no ha respondido a las preguntas de este peri¨®dico, pese a las reiteradas llamadas y mensajes.
La trabajadora, que antes de fichar por la fundaci¨®n p¨²blica ya hab¨ªa trabajado para una firma comprada por Abbott Medical, fue recontratada formalmente por esta multinacional en 2020. Un a?o despu¨¦s, la echaron acus¨¢ndola de espionaje industrial. El TSXG ha anulado aquel despido porque considera que la compa?¨ªa fisg¨® ilegalmente en sus correos electr¨®nicos para intentar encontrar una justificaci¨®n para ponerla en la calle. En esa sentencia, el alto tribunal confirma la cesi¨®n ilegal de la t¨¦cnica que la fundaci¨®n p¨²blica hizo al gigante sanitario durante m¨¢s de dos a?os y rechaza la petici¨®n que le hizo Abbott Medical en su recurso: que se borrasen del fallo todas las alusiones a la irregularidad destapada mientras se dirim¨ªa la demanda por despido.
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