La ayuda a dependientes en sus casas asfixia a los ayuntamientos: ¡°No podemos decirles que no¡±
Los municipios se ven obligados a pagar la asistencia en el hogar pese a que la ley dice que debe ser costeada por los gobiernos central y auton¨®mico. En Vimianzo (A Coru?a) absorbe la s¨¦ptima parte de todo el presupuesto municipal
Tres d¨¦cadas lleva Sandra Abeij¨®n como trabajadora social del Ayuntamiento de Vimianzo (A Coru?a), un municipio de 7.000 habitantes de la Costa da Morte en el que el 30% de los vecinos ya han soplado 70 velas. A finales de los noventa, cuando se cre¨® el servicio para que las personas m¨¢s castigadas por la edad o la enfermedad recibieran ayuda y cuidados en sus propios hogares, nadie quer¨ªa tal cosa. ¡°L...
Tres d¨¦cadas lleva Sandra Abeij¨®n como trabajadora social del Ayuntamiento de Vimianzo (A Coru?a), un municipio de 7.000 habitantes de la Costa da Morte en el que el 30% de los vecinos ya han soplado 70 velas. A finales de los noventa, cuando se cre¨® el servicio para que las personas m¨¢s castigadas por la edad o la enfermedad recibieran ayuda y cuidados en sus propios hogares, nadie quer¨ªa tal cosa. ¡°Los primeros usuarios eran personas que viv¨ªan en condiciones muy malas, pero eran muy reacios a meter a un extra?o en casa. Les suplic¨¢bamos que nos dejasen entrar¡±, rememora esta funcionaria, que ahora ve c¨®mo esta asistencia vital para 165 vecinos absorbe casi una s¨¦ptima parte de los siete millones de euros de los que disponen anualmente las arcas del consistorio.
Es un gasto tan ¡°sangrante¡± como ¡°prioritario¡±, apunta la alcaldesa de Vimianzo, la socialista M¨®nica Rodr¨ªguez. La ley de Dependencia de 2006 establece que debe ser financiado por el Estado y la Administraci¨®n auton¨®mica (adem¨¢s del copago que le corresponda al beneficiario), pero ese precepto lleva 19 a?os sin cumplirse. De los 24 euros que se destina en este ayuntamiento gallego a costear cada hora de atenci¨®n a dependientes en el hogar, el Gobierno central y la Xunta aportan 12 entre los dos. El resto sale de la caja municipal y un poco, del bolsillo del usuario. Para colmo, los precios se han duplicado en solo cinco a?os: cuando Rodr¨ªguez lleg¨® al gobierno en 2019, la hora del servicio costaba 15,5 euros, de los que el consistorio pon¨ªa 6,5.
En Galicia, admiten fuentes de servicios sociales, hay localidades que sufren una lista de espera que se alarga hasta 2026. En Vimianzo no tienen cola, explica la concejala de Benestar Social, Mar¨ªa Jos¨¦ Pose, pero lo consiguen a base de destinar solo a este servicio todos los fondos que reciben de la Diputaci¨®n de A Coru?a para pol¨ªtica social. ¡°Aqu¨ª el presupuesto se tiene s¨ª o s¨ª. No podemos decirles que no, por un m¨ªnimo de calidad humana¡±, defiende la alcaldesa. Tanto ella como su concejala o la trabajadora social conocen de cerca las dif¨ªciles situaciones que atraviesan las familias: ¡°No es solo que vienen aqu¨ª al Ayuntamiento y a este despacho y escucho sus historias. ?Es que adem¨¢s s¨¦ que son verdad!¡±.
Los Ayuntamientos no solo gestionan y financian el servicio de ayuda en el hogar para los dependientes que por fin han sido reconocidos por los equipos de valoraci¨®n de la Xunta tras haber aguardado una media de a?o y medio. Algunos como Vimianzo cubren la asistencia tambi¨¦n durante ese tiempo de espera o a vecinos impedidos por una convalecencia puntual. En ese caso, no reciben ni un euro de la Administraci¨®n auton¨®mica.
Todas las tendencias socioecon¨®micas del momento implosionan en este servicio fundamental para los ciudadanos m¨¢s vulnerables. El envejecimiento rampante, que incrementa la demanda. El ¨¦xodo rural, que aleja a los hijos de la casa de sus padres. La subida de los salarios m¨¢s bajos, que eleva los costes. La reducci¨®n de la jornada laboral, que obliga a contratar m¨¢s personal en una actividad en la que falta mano de obra preparada. Hasta el incremento de los precios del combustible tiene consecuencias en esta asistencia itinerante: en Vimianzo, el trayecto entre las parroquias m¨¢s alejadas alcanza la hora de coche.
El presidente de la Federaci¨®n Galega de Municipios e Provincias (Fegamp), el socialista Alberto Varela, se plantea hasta recurrir judicialmente el incumplimiento de la financiaci¨®n por parte de la Xunta y el Gobierno central porque ¡°est¨¢ asfixiando a muchos municipios¡±. A Varela le preocupan especialmente los m¨¢s peque?os, con poca capacidad para asumir ese gasto: ¡°Tu atenci¨®n cuando eres mayor no puede depender de d¨®nde naciste¡±. En la Fegamp conocen casos de consistorios que renuncian a ofrecer horas extraordinarias de asistencia a domicilio por falta de dinero. Varela censura que la Conseller¨ªa de Pol¨ªtica Social haya impuesto multas a algunos ayuntamientos por no cubrir el tiempo establecido. ¡°A¨²n encima de no cumplir con sus obligaciones, la Xunta los sanciona con 5.000 euros por no poder atender una hora del servicio¡±, critica la entidad.
¡°Falta personal porque las condiciones son muy malas¡±
Para atender a los dependientes en sus casas, una ayuda que reciben en Galicia 25.000 personas, escasean los recursos econ¨®micos y tambi¨¦n las trabajadoras. ¡°Hay falta de personal porque es un trabajo muy duro y las condiciones laborales son muy malas¡±, sentencia Adolfo Naya, de la Confederaci¨®n Intersindical Galega (CIG). En este sector feminizado abundan los contratos a tiempo parcial porque la tarea se concentra en unas horas determinadas del d¨ªa.
El salario a jornada completa est¨¢ solo un poco por encima del m¨ªnimo, as¨ª que la retribuci¨®n media se queda entre los 900 y los 1.000 euros. Pese a castigar mucho el cuerpo porque se les escatiman medios t¨¦cnicos como gr¨²as o camas articuladas, prosigue Naya, las bajas est¨¢n mal pagadas; solo perciben el 100% del sueldo durante los primeros 20 d¨ªas. Esa precariedad lleva a las auxiliares a forzar su salud para no ver mermados sus bajos ingresos. ¡°M¨¢s de la mitad de las plantillas trabajan dopadas con antidepresivos, ansiol¨ªticos, analg¨¦sicos¡¡±, denuncia el sindicalista. Hace poco, ¨¦l mismo tuvo que acompa?ar a una trabajadora a denunciar una agresi¨®n sexual.
La reforma de la ley de Dependencia que acaba de aprobar el Consejo de Ministros prev¨¦ incrementar la atenci¨®n domiciliaria y el problema tiene visos de agravarse. Un decreto de 2023 ya aument¨® ¡°significativamente¡± las horas mensuales de asistencia en funci¨®n de los grados y, seg¨²n datos de la Fegamp, est¨¢ suponiendo en Galicia ¡°un sobrecoste anual estimado que var¨ªa entre 250 e 400 millones de euros y que ¡°tambi¨¦n est¨¢ siendo asumido por los ayuntamientos¡±.
La Xunta no aclara si maneja una fecha para que se cumpla la legislaci¨®n y las arcas municipales dejen de pagar el servicio de ayuda en el hogar, pero s¨ª promete mejoras en su financiaci¨®n. Los cambios los han empezado a negociar la conselleira de Pol¨ªtica Social, Fabiola Garc¨ªa (PP), y el presidente de la Fegamp en una reuni¨®n celebrada este lunes. Pol¨ªtica Social afirma que en 2025 dedicar¨¢ a este servicio un 8% m¨¢s de dinero (140 millones) y critica que el Ministerio de Derechos Sociales haya bajado su aportaci¨®n. Fuentes de esta consejer¨ªa aseguran que el 40% del total de fondos destinados a la dependencia en Galicia que aportaba en 2023 el departamento de Pablo Bustinduy (Sumar) cay¨® el a?o pasado a un 34,9%.
El ministerio asegura que ¡°todav¨ªa no hay datos disponibles del reparto para 2024 pero se espera que sea similar a 2023¡å. En respuesta a este peri¨®dico, aduce que el Ejecutivo central ¡°cubre ya casi la mitad de todo el gasto¡± anual en dependencia en Galicia y recuerda que su 40% de 2023 es el doble que el 22% que aport¨® el Gobierno de Mariano Rajoy (PP) en 2013. Derechos Sociales remarca adem¨¢s que la ley de Dependencia no obliga a que los gobiernos auton¨®micos y la Administraci¨®n central se repartan al 50% los costes sino que el art¨ªculo 32 establece que la aportaci¨®n de la comunidad debe ser ¡°al menos igual¡± que la del Estado.