La verdadera historia de aquel ¡®?M¨ªrala!¡¯
?C¨®mo naci¨® realmente ¡®La puerta de Alcal¨¢¡¯? ?Y los homenajes matritenses de Marwan o Hilario Camacho?
?Se acuerdan de cuando a¨²n pase¨¢bamos por Madrid? S¨ª, esta ciudad engancha. Aqu¨ª van otras nuevas intrahistorias de canciones inspiradas en la Villa y Corte. Entre ellas, quiz¨¢ la m¨¢s coreada de todos los tiempos¡
Madrid amanece, de Hilario Camacho
(de La mirada del espejo, 1981)
Hilario Camacho fue un alma libre y un esp¨ªritu atormentado, un muchacho de infancia traum¨¢tica al que le costaba ¡°sentir afectos¡± y que debi¨® afrontar la orfandad con solo 14 a?os. ¡°Siempre le caracterizaron la melancol¨ªa y la enso?aci¨®n, y ambos elementos aparecen en Madrid amanece de manera muy clara¡±, anota el periodista ?lvaro Alonso, que acaba de publicar una extensa y documentad¨ªsima biograf¨ªa sobre el artista, El trovador de Chamber¨ª (ediciones S¨ªlex). Alonso sit¨²a la escritura de esta pieza en 1979, en su piso de la calle de Jos¨¦ Abascal, ¡°tras una de sus famosas escapadas en las que nadie sab¨ªa qu¨¦ era de ¨¦l e incluso llegaban a darle por muerto¡±. Madrid no es una ciudad amable en este retrato, que le atribuye amaneceres ¡°con miradas de odio, ego¨ªsmo y desdicha¡±. Pero la canci¨®n triunf¨® por su hermosura y por un sonido muy cuidado (la produjo Joaqu¨ªn Torres, entonces muy influido por el pop yanqui de Christopher Cross). Y Camacho, que proven¨ªa de la canci¨®n de autor, se granje¨® incluso la simpat¨ªa en los c¨ªrculos de la Movida. ¡°Eran los tiempos en que compart¨ªa escenario con los Cucharada de Manolo Tena o particip¨®, junto a Mam¨¢ y Nacha Pop, en el cartel del festival Nuclear a tope¡±, recuerda Alonso.
La Puerta de Alcal¨¢, de V¨ªctor y Ana
(de Para la ternura siempre hay tiempo, 1986)
¡°Siempre se ha dicho que la compusimos borrachos. Es falso: ¨¦ramos abstemios. Pero fumar¡, s¨ª fum¨¢bamos¡±. La risotada que resuena al otro lado del tel¨¦fono la emite Bernardo Fuster, cantante de Suburbano y coautor de uno de los ¨¦xitos m¨¢s ins¨®litos en la historia del pop espa?ol. El origen es una de aquellas coplas de ciego que Fuster y su compa?ero de piso en Arg¨¹elles, Paco Villar, le escrib¨ªan en 1983 a Luis Pastor para el programa de TVE Visto y no visto, que presentaba Alfredo Amestoy con arrollador ¨¦xito. ¡°Entre calada y calada, se nos ocurri¨® decir La Puerta de Alcal¨¢, miral¨¢, miral¨¢ y nos partimos de risa. Y a partir de ah¨ª surgieron, con parecido cachondeo, las ocho estrofas en que ¨ªbamos contando la historia de la ciudad¡±.
La otra mitad de Suburbano, el guitarrista Luis Mendo, entendi¨® que la canci¨®n se hac¨ªa muy mon¨®tona, y de ah¨ª que incluyera un pr¨®logo y ep¨ªlogo diferenciados. As¨ª qued¨® casi lista La puerta de Alcal¨¢, que Mendo y Fuster registraron en 1985 junto a otros cinco temas en una maqueta que remitieron a todas las discogr¨¢ficas. El fracaso fue estrepitoso. ¡°Todos nos dijeron que nuestras canciones eran buenas, pero en absoluto comerciales. Hasta que en CBS cayeron en la cuenta de que quiz¨¢ esta pudiera servirles a V¨ªctor y Ana, que estaban grabando un disco a medias y necesitaban una ¨²ltima canci¨®n para cantar entre los dos¡±. El resto es historia. ¡°El d¨ªa que V¨ªctor y Ana estrenaban el disco en el Palacio de los Deportes¡±, desvela Bernardo Fuster, ¡°a CBS se les olvid¨® invitarnos, las entradas estaban agotadas y yo me qued¨¦ sentado en un banco, en las inmediaciones del pabell¨®n, por si se escuchaba algo. La puerta de Alcal¨¢ lleg¨® en los bises y la gente se volvi¨® loca. Regres¨¦ a mi casa alucinando: Despu¨¦s de tanto trabajar, el ¨¦xito me acaba llegando con una canci¨®n hecha casi de broma¡¡±.
Plaza de Callao, de Esclarecidos
(de La fuerza de los d¨¦biles, 1996)
Una canci¨®n extraordinaria y m¨¢s bien desconocida de un grupo al que casi siempre podr¨ªan aplic¨¢rsele esos dos mismos ep¨ªtetos. La narc¨®tica voz de Cristina Lliso y los versos inquietantes y sin rima de Alfonso P¨¦rez defin¨ªan a aquella banda, que aqu¨ª descubre la turbadora escena de un mimo inm¨®vil, un skin que pide monedas y un gigantesco Mel Gibson que ¡°parece sonre¨ªr¡±, presumiblemente desde el Cine Callao. ¡°No me acordaba muy bien de la letra¡±, se sincera P¨¦rez tras pedir cinco minutos para recuperar ese disco, ¡°porque siempre escrib¨ªa muy deprisa, inspirado en t¨¦cnicas de escritura autom¨¢tica¡±. La historia la ubic¨® en esa plaza ¡°porque entonces estaba llena de esos cines que ahora se han convertido en tiendas de ropa o zapatillas deportivas¡±. Y el mimo estaba ¡°sospechosamente quieto¡± porque ¡°hab¨ªa escuchado de aquella que algunos mimos eran yonquis¡±. ¡°La fuerza de los d¨¦biles era mi disco favorito de Esclarecidos¡±, se sincera el autor, ¡°as¨ª que prometo aprovechar esta sorprendente llamada para volver a escuch¨¢rmelo pronto¡¡±.
Puede ser que la conozcas, de Marwan
(de Apuntes sobre mi paso por el invierno, 2014)
Una canci¨®n de amor a la ciudad que nace de una idea muy sugerente: referirse a ella como si se tratase de una mujer deseada, de modo que el oyente no descubre la verdadera destinataria de los elogios hasta los versos finales. Marwan, ese cantautor de Aluche de labia cautivadora, padre palestino, madre soriana y poeta de ¨¦xito fulminante entre el p¨²blico joven, se bas¨® para ello en un texto de su hermano, el tambi¨¦n escritor Samir Abu-Tahoun. ¡°Se titula La matriz y en ¨¦l ya est¨¢ esa idea evocadora de Madrid como mujer. Era la primera vez que escrib¨ªa a partir de un texto de otra persona y fue como una escritura en diferido a cuatro manos¡±. Con el recurso literario de la personalizaci¨®n, la idea de que Madrid merece ser vivida, sufrida y amada se intensifica. ¡°Toda la vida quise escribirle una canci¨®n a estras calles¡±, se sincera Marwan, ¡°pero no acababa de atreverme. Me pas¨® lo mismo con las que le dediqu¨¦ a mi padre, a mi madre y a mi hermano: las canciones que m¨¢s deseas escribir son las que te llevan mil a?os¡¡±. En la grabaci¨®n colabor¨®, por cierto, Jorge Drexler: un uruguayo y un medio palestino en las calles del foro. Puro Madrid, vaya.
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