¡°Esta crisis nos ha dado un ba?o de realidad¡±
La coordinadora regional de Cruz Roja Nieves Morales Prieto repasa c¨®mo su ONG ha atendido a 105.000 personas y se ha llegado a los 17.000 voluntarios en el estado de alarma
Mujeres, con miembros adultos de la familia en paro y con menores a su cargo. Ese es el perfil medio con el que se han enfrentado los miles de trabajadores y voluntarios de Cruz Roja de la regi¨®n durante la pandemia y el estado de alarma. Personas necesitadas, que no ten¨ªa ni para comer ni para pagar el alquiler de su vivienda ni para que sus hijos pudieran estudiar. Esta organizaci¨®n, fundada hace 156 a?os, ha hecho un esfuerzo para poder atender a todos y que en las mesas hubiera al menos un plato de comida. ¡°Todo ha funcionado gracias a que la log¨ªstica no nos ha fallado¡±, recuerda la coordinadora auton¨®mica de Cruz Roja en la Comunidad de Madrid, Nieves Morales Prieto (Madrid, 47 a?os).
La ONG empez¨® a rearmarse hacia el 9 de marzo, una fecha que ahora parece muy lejana: ¡°Vimos que est¨¢bamos en una situaci¨®n muy compleja y empezamos a definir cu¨¢les eran los servicios esenciales que no pod¨ªamos dejar de dar¡±. Esta ¡°directora de orquesta en toda la regi¨®n¡±, como le gusta definirse, lleva en la organizaci¨®n desde hace 22 a?os. Empez¨® como voluntaria en Juventud y de ah¨ª fue escalando en el organigrama. Dej¨® a un lado su gran pasi¨®n, la arqueolog¨ªa ¡ªes licenciada en Geograf¨ªa e Historia y diplomada en Biblioteconom¨ªa y Documentaci¨®n¡ª, y se centr¨® en los servicios sociales. A su cargo, tiene a m¨¢s de 1.000 empleados y unos 17.000 voluntarios.
Dimensiones desconocidas
Cruz Roja Madrid se enfrent¨® desde el principio con muchos retos. Su ¨¢mbito de trabajo siempre ha sido la asistencia a las personas, pero las caracter¨ªsticas de esta crisis sanitaria y social eran de dimensiones desconocidas. ¡°Ten¨ªamos almacenados equipos de protecci¨®n, pero no en la cantidad necesaria para seguir atendiendo todas las necesidades de las ambulancias [lo que se conoce como el sector Socorro] o el transporte sanitario. Adem¨¢s, hab¨ªa que desinfectar las ambulancias continuamente y m¨¢s a fondo¡±, recuerda Morales, que describe c¨®mo tuvieron que moverse a toda velocidad y comprarlos en el extranjero para lograr no detenerse.
Desde que se decret¨® el estado de alarma, las peticiones de ayuda se dispararon. Si durante todo 2019, Cruz Roja Madrid atendi¨® 110.000 personas en la regi¨®n, solo en los tres meses de la pandemia la cifra ha llegado a los 105.000. Ah¨ª se mezclan tres tipos de perfiles: los que ya estaban en una situaci¨®n vulnerable y ahora se agudizaba su situaci¨®n; lo que hab¨ªan estado en precario y hab¨ªan logrado salir de ese pozo y los que jam¨¢s en la vida pensaron que ten¨ªan que llamar a una ONG.
Morales recuerda en el segundo perfil a una mujer de origen paraguayo que lleva 15 a?os en Espa?a. Justo dos meses antes de la pandemia y a trav¨¦s de la secci¨®n de empleo de Cruz Roja, logr¨® abrir un restaurante en Chamber¨ª. Enero y febrero fueron buenos y poco a poco consegu¨ªa recursos. Pero lleg¨® el estado de alarma. Tuvo que cerrar y mandar a un ERTE a los dos empleados que ten¨ªa. Como hab¨ªa invertido todos sus ahorros y se hab¨ªa hipoteca, no ten¨ªa ni para comer, por lo que acudi¨® a la ONG. La mediaci¨®n de estos profesionales logr¨® que sus caseros le redujeran los alquileres de su casa y del local. ¡°Le dimos formaci¨®n para que se reinventara y que pudiera vender online. Una vez que ha pasado el confinamiento, ha reabierto y poco a poco ha vuelto a ver la luz. Cuando paso por delante de su negocio, la veo radiante, pero lo pas¨® verdaderamente mal¡±, a?ade coordinadora regional de Cruz Roja.
Boadilla y Pozuelo
Las peticiones de ayuda han llegado de ¡°todos los puntos de la regi¨®n¡±, incluso de municipios con altas rentas como Boadilla del Monte, Pozuelo de Alarc¨®n o Tres Cantos. Igual ocurre con los barrios de la capital, de los que no se ha salvado ninguno. ¡°Nosotros ten¨ªamos reservas y fondos, pero vimos que esto iba para largo, por lo que tuvimos que llamar a muchas puertas para no dejar a nadie sin ayuda¡±, afirma Morales, que reconoce que todas las empresas se han volcado en mayor o menor medida. Por ejemplo, los supermercados Ahorra Mas le cedieron la nave almac¨¦n que ten¨ªan sin estrenar en Mercamadrid, lo que les permiti¨® disponer de un enorme espacio donde montar ¡°la cesta de productos b¨¢sicos¡± que repart¨ªan a las familias. Esta incluye desde alimentaci¨®n a productos de limpieza para el hogar o la higiene personal. ¡°Hay cosas tan importantes y que pueden pasar inadvertidas como los pa?ales para las personas mayores¡±, describe.
Con la llegada de la pandemia, creci¨® de manera exponencial el n¨²mero de voluntarios. Personas en ERTE, en paro o con mucho tiempo libre se ofrecieron para ayudar a los dem¨¢s. Y ped¨ªan siempre la primera l¨ªnea: el llevar esos v¨ªveres a las personas que los necesitaban. A trav¨¦s de las 34 sedes de la organizaci¨®n, han llegado a cada rinc¨®n de la regi¨®n. De ah¨ª que se haya salvado todo gracias a la log¨ªstica.
Otros teletrabajaban desde casa, ayudando a los ni?os con sus tareas escolares o llamando a mayores que estaban solos. El perfil de estos voluntarios son personas ¡ªen su mayor¨ªa mujeres, el 65%¡ª de entre 30 y 45 a?os con estudios superiores. Parte de esos voluntarios lo han dejado al retomarse la actividad laboral. ¡°Esta crisis nos ha dado un ba?o de realidad. Hemos aprendido much¨ªsimo y de lo que se trata ahora es que lo incorporemos a nuestro aprendizaje y no nos olvidemos de lo que ha pasado¡±, resume Morales, que destaca la enorme brecha digital que sufren muchas familias que se han visto sin recursos para seguir clases a distancia o para poder comunicarse con sus allegados.
4.000 v¨ªctimas de violencia machista
Cruz Roja no dej¨® de prestar atenci¨®n durante la pandemia a los servicios habituales que desarrolla en la regi¨®n, como la teleasistencia a las personas mayores, la ayuda a los menos favorecidos ¡ªrefugiados, inmigrantes, personas sin hogar,...¡ª o la ayuda a la formaci¨®n a ni?os y adolescentes, entre otros.
Uno de esos programas m¨¢s sensibles es el de la violencia de g¨¦nero, que en el caso de Cruz Roja supone 4.000 mujeres en la regi¨®n que sufre alg¨²n tipo de riesgo por parte de su maltratador y por tanto tienen medidas de protecci¨®n. ¡°Pase lo que pase, no nos pod¨ªamos descolgar y ten¨ªamos que darles soporte las 24 horas del d¨ªa y los 365 d¨ªas del a?o¡±, afirma a coordinadora regional de Cruz Roja Nieves Morales. Para atender todos estos programas, la ONG contrat¨® en Madrid a 260 personas en la pandemia.
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