Las 10 de... Esclarecidos
Presum¨ªan de amateurismo, pero fueron (83-96) plato de alta cocina. Hoy ponen m¨²sica a Pierce Brosnan. ?Las mejores letras del pop espa?ol?
?Un regreso de Esclarecidos? Los amantes de uno de los grupos m¨¢s sugerentes, po¨¦ticos e inimitables que ha dado esta ciudad levitar¨ªan de la emoci¨®n, pero a Suso Saiz, productor, integrante y argamasa musical, se le escapa una risa. ¡°Antes, cuando hab¨ªa m¨¢s alcohol en nuestros encuentros, ese subid¨®n de la nostalgia a veces aparec¨ªa. Ahora que somos casi abstemios, lo veo dificil¨ªsimo...¡±. En el recuerdo, ocho discos ins¨®litos en torno a las letras de Alfonso P¨¦rez (¡±al principio tambi¨¦n bater¨ªa, pero era terrible¡±, se carcajea Saiz), la voz de Cristina Lliso, el saxo de Nacho Lliso y el bajo de Coy¨¢n Manzano. Ninguno era ni quiso ser profesional de la m¨²sica. Formaba parte del encanto, el misterio, el caos. Puro hechizo.
M¨²sica Para Convenios Colectivos
(De Esclarecidos, 1983)
El comienzo de todo, como bien puede intuirse, ya se alejaba de par¨¢metros convencionales. Alfonso P¨¦rez acaba de finalizar Econ¨®micas y encuentra empleo (?e inspiraci¨®n!) en una auditor¨ªa de San Sebasti¨¢n. Un lugar propicio para ¡°alg¨²n conflicto laboral¡±, recuerda vagamente su autor.
Arponera
(De Esclarecidos 2, 1985)
?Qui¨¦n dijo que los documentales de naturaleza no los ve nadie? P¨¦rez se tropez¨® en La 2 con uno sobre la caza de ballenas y unos d¨ªas despu¨¦s, durante una boda en Gij¨®n, la letra entera (¡±Yo quiero ser arponera y pescar tus sentimientos¡±) le estall¨® en la cabeza. ¡°Tuve que buscar l¨¢piz y papel a la salida para no olvidarla¡±, detalla. La melod¨ªa, ¡°entre el blues y la copla¡±, fue cosa de Cristina; Nacho aport¨® el dibujo del saxo y Fernando Mata agreg¨® otro verso inaudito: ¡°Traer¨¦ el ¨¢mbar gris de un cachalote¡±. Amor en clave cet¨¢cea.
Miles, Miles, Miles
(De Esclarecidos 2, 1985)
Tanto Nacho como Alfonso eran devotos de Miles Davis y atesoraban todos sus ¨¢lbumes, circunstancia nada sencilla de aquella. Por eso no pod¨ªan perderse el concierto (25 de octubre de 1983) del m¨ªtico trompetista en el Palacio de Deportes del Real Madrid. Las sensaciones de aquella velada, en la que Davis toc¨® casi todo el rato de espaldas al p¨²blico, alimentaron los versos ¡°Esa chuler¨ªa indecente / Esa forma de mirar / Es el due?o del silencio¡±. La canci¨®n revive ahora en un cap¨ªtulo de The Son, la serie protagonizada por Pierce Brosnan.
Unas Congas y un Caf¨¦
(De Por Amor Al Comercio, 1987)
Tomen buena nota los aprendices de letristas: ¡°La m¨²sica acallar¨¢ el ruido de la calle / y me har¨¢ olvidar que como t¨² / no me ha tocado nadie¡±. Aires jazz¨ªsticos y cada vez m¨¢s sofisticados para una melod¨ªa que podr¨ªa haberse colado en los primeros discos de Everything But The Girl.
Tuc¨¢n
(De De Espaldas A Ti, 1989)
Javier Corcobado hab¨ªa confiado a P¨¦rez un fajo con ¡°m¨¢s de 100 letras y poemas¡±. ¡°Si alg¨²n d¨ªa me pasara algo, t¨² sabr¨¢s qu¨¦ hacer con ellos¡±, le encomend¨®. Entre ellas figuraba Tuc¨¢n, que le encaj¨® a la banda, sin necesidad de cambiar ni una sola coma, para una de las canciones m¨¢s aceleradas y remotamente contagiosas de su trayectoria. Un segundo poema del lote, Noche De Hiedra, se colar¨ªa en el disco Rojo.
El Club De Los Inocentes
(De De Espaldas A Ti, 1989)
Surrealismo de connotaciones infantiles (¡±El ni?o se ba?a en una pi?a grande / y puedes jugar al golf con los volcanes¡±) para una pieza casi de art-rock. ?Peter Gabriel??Daniel Lanois? ¡°Honestamente¡±, se sincera P¨¦rez, ¡°no s¨¦ c¨®mo se me ocurri¨® esa letra. Pero es de mis favoritas...¡±.
No Hay Nada Como T¨² (Soberbia)
(De Rojo, 1991)
Una hermos¨ªsima canci¨®n de amor admirado (¡±Adelante, vete si te quieres ir / Yo no s¨¦ qu¨¦ har¨¦ / Me vendar¨¦ el coraz¨®n¡±) con unos arreglos para cuarteto de cuerda y bandone¨®n argentino sencillamente prodigiosos. La letra alude a un ¡°parador¡± que es el Parador de M¨®jacar, en Almer¨ªa, destino habitual de Cristina y Alfonso en aquellos veranos.
Cielo
(De Un Agujero En El Cielo, 1993)
La propina in¨¦dita para este disco recopilatorio era una adaptaci¨®n al castellano de Heaven, de David Byrne (Talking Heads). Magia: la traducci¨®n casi literal del original en ingl¨¦s (¡±Cielo / Cielo es un lugar / Donde nunca / Nunca pasa nada¡±) encajaba nota por nota en castellano. La banda sudar¨ªa tinta china, en cambio, para convertir en 1996 I¡¯ll come running, de Brian Eno, At¨¢ndome. P¨¦rez ha conocido despu¨¦s tanto a Byrne como a Eno; en ninguno de los casos se atrevi¨® a hablarles de sus versiones.
La Mala Rosa
(De Drag¨®n Negro, 1994)
Otra genialidad de Javier Corcobado, que hab¨ªa confesado a Cristina Lliso, una noche de torrencial charla en la sala Morocco, el desdichado fin de un noviazgo. La charla acab¨® con una promesa: ¡°Te volver¨¦ a contar la historia con una letra¡±. Cumpli¨® con su palabra, dict¨¢ndosela pocos d¨ªas m¨¢s tarde, de viva voz, desde una cabina telef¨®nica en plena Puerta del Sol.
Estoy Esperando A Mi Amor
(De La Fuerza De Los D¨¦biles, 1996)
El disco de la discordia, muy escorado a los arreglos electr¨®nicos, lo que despert¨® disensiones entre los fans y los propios integrantes de la banda. Pero ser¨ªa dif¨ªcil discutir el encanto de esta balada espectral, narc¨®tica y creciente. Igual que la belleza de la portada, una fotograf¨ªa tomada por Jer¨®nimo ?lvarez (hermano del cantautor Javier ?lvarez) en Budapest.
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