Colegios privados con 10 alumnos por aula se enfrentan tambi¨¦n ante la norma ambigua de la semipresencialidad
La consejer¨ªa de Educaci¨®n publica las instrucciones para el inicio de curso y juega con la interpretaci¨®n de las clases lectivas que deben darse en las aulas
No hay paz ni descanso para los directores de los centros educativos de Madrid. Si ya trabajan contra el reloj para reorganizar en cuesti¨®n de d¨ªas un curso que ha dado un vuelco en todos los sentidos, los centros intentan rellenar un puzle sin toda la informaci¨®n clara. El s¨¢bado pasado la Consejer¨ªa de Educaci¨®n public¨® las instrucciones necesarias para poner sobre papel lo que la presidenta de la Comunidad, Isabel D¨ªaz Ayuso, y el consejero de Educaci¨®n, Enrique Ossorio, anunciaron el pasado martes: medidas sanitarias, inicio escalonado del curso, bajada ratios en las aulas y semipresencialidad a partir de 3? de la ESO. Una medida, esta ¨²ltima, que no convence a nadie y que desconcierta a todos, tanto a los representantes de los centros p¨²blicos, concertados como privados, que intentan guiarse por unas instrucciones redactadas de manera ¡°ambigua¡±. El caos ya es un hecho.
¡±No me parece coherente que obliguen a ni?os de 15 a?os a quedarse algunos d¨ªas en casa y sus hermanos de 13 puedan acudir a los colegios de manera presencial¡±, explica Elena Cid, directora de CICAE (Asociaci¨®n de Colegios Privados e Independientes). ¡°Es una medida que los padres no van a entender, y con raz¨®n¡±.
Cid explica que el mi¨¦rcoles pasado los representantes de los centros privados mantuvieron una reuni¨®n telem¨¢tica con el Consejero de Educaci¨®n y su equipo. Ten¨ªan muchas preguntas pero, sobre todo, la conversaci¨®n vers¨® sobre ese caballo de batalla. Hay centros privados cuya matr¨ªcula cuesta 500 euros mensuales y otros que superan los 2.000. El rango es amplio. En algunos de ellos, el plus que han encontrado los padres es que determinados cursos de Bachillerato acojan a un m¨¢ximo de 10 alumnos por clase. ¡°?Por qu¨¦ van a tener que estar en su casa si pueden mantener perfectamente la distancia de un metro y medio de seguridad?¡±, se pregunta.
No le encuentra sentido. Ni ella ni el resto de directores a los que representa, los cuales se hab¨ªan estado organizando durante el verano para ofrecer un lugar seguro a sus alumnos. Uno hab¨ªa reutilizado su polideportivo para trasladar el comedor. Otro la biblioteca o las aulas de m¨²sica. Con espacios amplios y con una ratio de alumno por aula de por s¨ª m¨¢s baja que en los centros p¨²blicos (que llegan a 30 o 35), pensaban que llegaban a la reuni¨®n con un buen argumento para que les permitieran realizar las clases 100% presenciales. ¡°Si te soy sincera cre¨ªa que nos iban a decir que s¨ª, pero nos llevamos una sorpresa¡±, lamenta Cid. ¡°Nos mostramos claramente disconformes. Pero por nosotros y por los p¨²blicos que puedan mantener una distancia de seguridad entre los alumnos, como por ejemplo los colegios rurales. ?Por qu¨¦ van a tener que realizar las clases de manera online? No tiene sentido¡±.
El consejero, sin embargo, fue inflexible, amparando la decisi¨®n en criterios sanitarios. Lo ¨²nico en lo que los centros privados mantienen su autonom¨ªa, record¨®, es en el calendario escolar, que pueden empezar cuando lo tuvieran previsto cada uno. ¡°Aunque nos pidi¨® encarecidamente que lo escalon¨¢ramos lo m¨¢s posible¡±.
Un d¨ªa antes, Ossorio se reuni¨®, tambi¨¦n de forma telem¨¢tica, con los representantes de los directores de Primaria y Secundaria de los centros p¨²blicos, ?scar Centeno y Esteban ?lvarez. El encuentro fue ¡°largo y tenso¡±, seg¨²n coinciden varios asistentes. En ese caso, nadie entend¨ªa que se hubieran puesto tan tarde a trabajar y que hubieran tirado por la borda lo que los directores ya hab¨ªan avanzado durante el verano. De hecho, explica ?lvarez, era la segunda reuni¨®n que la administraci¨®n manten¨ªa con ellos. Y faltaban 10 d¨ªas.
¡±Nos encontramos ahora elaborando los perfiles de los nuevos profesores que vamos a necesitar en funci¨®n de los nuevos grupos que tenemos que desdoblar¡±, explica el director del instituto Sierra de Guadarrama en Soto del Real y presidente de Adimad. ¡°Ya hemos dado por hecho que empezaremos sin ellos, como m¨ªnimo estaremos entre una semana y diez d¨ªas sin los docentes extras pero con los grupos divididos¡±.
Y, de nuevo, el tema de la semipresencialidad, que lo cambia todo. ¡°Nos dijeron que a partir de 3? de la ESO ten¨ªamos que garantizar entre un tercio y la mitad de las clases de forma presencial¡±, asegura. No es una cuesti¨®n menor. De hecho, es una de las razones por lo que los sindicatos mantienen su convocatoria de huelga para el 22 y 23 septiembre. ¡°Es esencial para garantizar el derecho a la educaci¨®n y la igualdad de oportunidades¡±, defiende Isabel Galv¨ªn, representante de CC OO.
La consejer¨ªa de Educaci¨®n, sin embargo, se ha sacado ahora un as de debajo de la manga. ¡°Se habla de garantizar la presencialidad de entre un tercio y la mitad, pero no dice nada de que no haya m¨¢s presencialidad¡±, responde por correo a este peri¨®dico. Esa interpretaci¨®n de la norma ni se discuti¨® en las reuniones de Ossorio con los centros.
¡±Para nada¡±, dicen los representantes de la p¨²blica. ¡°No. Es todo muy ambiguo y muy incierto¡±, a?ade Cid. ¡°Y nos parece mal. La ambig¨¹edad lleva al caos y la desigualdad¡±.
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