Mi habitaci¨®n como espacio p¨²blico
En la m¨ªa todo apunta al port¨¢til. Me llam¨® la atenci¨®n un local en el que ocurr¨ªa lo contrario: ten¨ªas que tapar la c¨¢mara del m¨®vil para entrar
Como dice el meme, ¡®Mientras tanto en Taip¨¦i¡¡¯. Hace poco, de ciber tertulia, alguien coment¨® que la cultura underground de Taip¨¦i, ¡°peque?a¡± en comparaci¨®n con otras, iba a una velocidad tan r¨¢pida que llegaba un punto en el que, por inercia, nos choc¨¢bamos y rebot¨¢bamos, dentro de nuestros m¨¢rgenes, de un evento a otro. La semana pasada me encontr¨¦ en una situaci¨®n de hartazgo del espacio multiusos que se ha convertido mi habitaci¨®n, donde adem¨¢s de experimentar la dicotom¨ªa de la habitaci¨®n como espacio de oficina y reposo, se ha visto en la necesidad de transformarse tambi¨¦n en un estudio y un escenario de grabaci¨®n y una sala de conferencias y reuniones online, adorn¨¢ndolo con una tela verde croma, un anillo de luz, micr¨®fono, y un popurr¨ª de equipamientos que ocupan m¨¢s que la cama de por s¨ª. Todo objeto en mi habitaci¨®n apunta al port¨¢til, al espacio online, virtual¡
Estas semanas se organizar¨¢ el taller Reinvenciones coloniales y futuridades anticoloniales, online este 26 y 27 de noviembre e impartido por Francisco Godoy e Iki Yos Pi?a Narv¨¢ez, del Colectivo Ayllu. Hoy se inaugura en la Sala Amad¨ªs del Injuve (Ortega y Gasset, 71,) la exposici¨®n Evocar un fragmento urbano comisariada por Vera Mart¨ªn, donde atiende a los efectos del desarrollismo en Madrid centr¨¢ndose en algunos de los primeros barrios construidos en los 50 -San Blas, Barrio de la Concepci¨®n y Moratalaz-, acerc¨¢ndose a trav¨¦s de una instalaci¨®n, una recopilaci¨®n de material de archivo y una deriva.
Lejos de Madrid y con ganas de salir, buscando privacidad en espacio p¨²blicos tras haber hecho p¨²blico mi propio espacio privado, me fui a la quinta edici¨®n del Taipei Art Book Fair, una feria de libros de arte para que artistas y editoras independientes muestren sus obras y que por su compromiso, cuidado y acercamiento a los fanzines como herramienta de resistencia pol¨ªtica y a su p¨²blico me recuerda al Pichi Fest de Madrid, del cual espero ansiosamente que pronto hagan una nueva edici¨®n. Me llamaron la atenci¨®n desde propuestas como la de The Tai Oan Chheng Lian, que investiga, en sus autoediciones, la identidad taiwanesa y tiene un proyecto en el que busca pistas sobre la ciudad desde el estudio de los letreros de sus calles, hasta proyectos m¨¢s personales como los de Dorextraterrestrial, que present¨® un fanzine que recopila fotos de piedras con forma de cara, u otras artistas como Ladyzuniverse, Amy o Curious Alice, creadoras que exploran temas vinculadas a su identidad como mujeres racializadas asi¨¢ticas desde el 3D y la ilustraci¨®n. Para algunos de nosotros, la fiesta continu¨® en Pawn Shop, un espacio conocido por mostrar talento de dentro y fuera de Asia, vecino de una cadena de gimnasios y en el que, antes de entrar, cubren las lentes de tu m¨®vil con dos adhesivos redondos como en Berghain, encontrando privacidad en los lugares m¨¢s inesperados como son los espacios p¨²blicos.
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