La ¡®crackesa¡¯

En el centro de la ciudad donde nac¨ª, Ponferrada, hay un edificio que algunos periodistas locales han comparado con el Flatiron, porque es verdad que guarda cierta similitud con ese emblema de Nueva York, en cuyo techo instalaron hace ya algunos a?os una sirena gigante. Su funci¨®n es avisar de que se ha producido una ruptura en el cercano dique del embalse de B¨¢rcena. Si la sirena sonase, los ponferradinos tendr¨ªan que correr a refugiarse en lugares seguros antes de que el agua lo anegase todo.

Aunque la sirena es de reciente instalaci¨®n, yo recuerdo que de ni?a, cuando ve¨ªa aquella pared de cemento soportando sola millones de litros c¨²bicos de agua, ya intu¨ªa una amenaza de cat¨¢strofe. Ese sea tal vez el motivo por el que desde siempre me han producido fascinaci¨®n morbosa las grandes obras de ingenier¨ªa, en especial las presas. Quiz¨¢ por eso tambi¨¦n, cuando vi El crack el pasado fin de semana (Filmin ha puesto esta obra maestra de Jos¨¦ Luis Garci en su cat¨¢logo) me produjo especial sobrecogimiento conocer el lugar donde Germ¨¢n Areta ¨Del detective privado con oficina en Gran V¨ªa al que encarna Alfredo Landa¨D tendr¨ªa que haber buscado a la chica cuyo paradero le encargan averiguar.

El crack es una pel¨ªcula en la que, como dice Paloma Rando, aparece un Madrid que ya no existe y que Garci compara continuamente con La Gran Manzana. Tambi¨¦n otro que sigue m¨¢s vivo que nunca. El primero es en el que todav¨ªa hab¨ªa frontones donde se celebraban combates de boxeo, comercios que no pertenec¨ªan a grandes multinacionales en las principales avenidas (hay un plano en el que se ve Bravo Java con una nitidez que dan ganas de aplaudir), marisquer¨ªas en los ¨²ltimos pisos de Torres Blancas y apartahoteles para se?ores solitarios, fumadores y mis¨¢ntropos. El segundo, el Madrid que todav¨ªa existe, es el de la prostituci¨®n forzada y el de las conspiraciones en las m¨¢s altas esferas. El detective Germ¨¢n Areta representa al tipo de hombre que conoce a la perfecci¨®n ese ambiente de se?ores t¨®xicos que comen ostras con la misma facilidad con la que van a putas y que a pesar de todo, jam¨¢s renuncia a su integridad. Por eso es ¡°un crack¡±.

Un buen d¨ªa, un hombre que regenta una ferreter¨ªa en Ponferrada (as¨ª lo explica ¨¦l mismo) se presenta en su despacho para que d¨¦ con el paradero de su hija, una chica atrapada en una red de machos t¨®xicos. Viene espoiler: nunca la encuentra porque estaba sepultada bajo litros de hormig¨®n armado en una presa a las afueras de Madrid. Ayer supe gracias a este peri¨®dico que Netflix estrenar¨¢ el mes que viene un documental sobre Nevenka, la concejala ponferradina que con solo 26 a?os decidi¨® renunciar a todo y arriesgarse a reventar el dique del pantano en el que estaba atrapada para despu¨¦s desaparecer. Ella no lo sabe, pero seguramente gracias a su ejemplo muchas mujeres hayan decidido no ahogarse. Ella s¨ª que es una crackesa.