La utop¨ªa de la jornada laboral de cuatro d¨ªas es ya una realidad en Madrid
Dos empresarias ponen en marcha este modelo productivo en sus restaurantes La Francachela
La jornada laboral de cuatro d¨ªas es ya una realidad en Madrid. Tanto Mar¨ªa ?lvarez como su socia Elena Garc¨ªa, fundadoras de los restaurantes La Francachela, se sienten orgullosas de su peque?a revoluci¨®n: la implantaci¨®n de este modelo productivo que muchos pa¨ªses como Nueva Zelanda, Escocia, Finlandia y Alemania buscan poner en marcha. Ahora tambi¨¦n Espa?a. El Gobierno de Pedro S¨¢nchez se ha comprometido a estudiar un proyecto piloto de alcance nacional dotado con 50 millones de euros para aquellas empresas que quieran disminuir su impacto ambiental y mejorar la salud de sus empleados. La propuesta viene de M¨¢s Pa¨ªs que argumenta que Espa?a es uno de los pa¨ªses con mayor n¨²mero de horas presenciales al a?o, sin que esto se traduzca en un aumento de la productividad respecto a los ¨ªndices de referencia de la Uni¨®n Europea.
?Lo hemos conseguido!
— ??igo Errej¨®n (@ierrejon) January 28, 2021
Hemos acordado con el Gobierno impulsar un proyecto piloto para la reducci¨®n de la jornada laboral. Los fondos europeos deben servir tambi¨¦n para reorientar la econom¨ªa hacia la mejora de la salud, cuidar el medioambiente y aumentar la productividad ??
¡°Agradecemos que M¨¢s Pa¨ªs haya apadrinado esta idea, pero nosotras somos partidarias de que la jornada de cuatro d¨ªas se implemente por iniciativa propia de las empresas. Creemos que hay que hacer un trabajo de concienciaci¨®n para que cada vez haya m¨¢s empresas que valoren la posibilidad de implementarla¡±, declara ?lvarez, convencida de que este nuevo modelo mejorar¨ªa la calidad de vida de unos trabajadores que hacen malabares para poder conciliar, con m¨¢s tiempo libre para viajar o invertir en ellos mismos. ¡°Con fines de semana de tres d¨ªas el turismo que tanta falta hace se disparar¨ªa¡±, sentencia ?lvarez.
Giannina De Nicola tiene 28 a?os y es camarera en uno de los restaurantes que estas dos mujeres tienen en Madrid, el de Medialab Prado, que inici¨® su andadura en 2017, el otro se encuentra en el Matadero. Esta joven cuenta que como solo trabaja cuatro d¨ªas ha decidido empezar un curso de gesti¨®n de restauraci¨®n. Dos de esos d¨ªas libres los dedica a estudiar y el que le sobra lo aprovecha para salir y disfrutar de los planes de la capital. ¡°Despu¨¦s de la cuarentena empezamos con este cambio en la empresa y valoro mucho ese tiempo libre, sobre todo para el descanso, que tambi¨¦n es muy importante¡±, comenta mientras va colocando los vasos detr¨¢s de la barra.
Su compa?ero, Carles Roca, tiene dos cr¨ªos peque?os y tampoco se esperaba esta medida. Opina que es una idea estupenda: ¡°L¨®gicamente disponer de ocho horas semanales m¨¢s para la organizaci¨®n dom¨¦stica, estudiar o la crianza, supone un alivio en lo cotidiano¡±. Lleva 10 a?os en el sector de la hosteler¨ªa y confiesa que ha estado en empresas en donde el n¨²mero de horas extra era escandaloso. ¡°Encima ni se pagaban ni se devolv¨ªan. Y por supuesto eran de obligado cumplimiento para mantener el empleo¡±, lamenta.
Para Mar¨ªa ?lvarez y Elena Garc¨ªa el confinamiento les supuso un reto sin precedentes desde el punto de vista de la conciliaci¨®n. ¡°Pasamos la misma experiencia que otras cinco millones de familias con hijos, que era la de estar sepultada por la realidad entre ni?os, la casa, el teletrabajo y todo lo que se nos vino encima. Cuando volvimos a abrir no pod¨ªamos llegar a nuestros negocios e imponerles las mismas condiciones draconianas que hab¨ªamos sufrido nosotras. La nueva normalidad no pod¨ªa ser como la antigua¡±, apunta ?lvarez, de 38 a?os, que tambi¨¦n ha implantado esta jornada en Ephimera, su empresa de comunicaci¨®n.
Cuando se llega a este restaurante hay un n¨²mero de whatsapp en la mesa por el que se pide. La orden llega a la cocina y el camarero sirve la comida. ¡°Identificamos en qu¨¦ partes de ese servicio no se aportaba valor al cliente. Son esos momentos de esperar a que alguien se siente, estar pendiente de si quiere tomar primero y despu¨¦s segundo, hab¨ªa muchas horas muertas ah¨ª. Esa din¨¢mica del servicio la hemos sustituido por la tecnolog¨ªa y en lugar de llevar ese beneficio solo a la empresa lo estamos invirtiendo en los empleados¡±, explica ?lvarez, que reconoce que ajustar los horarios es complejo, aunque no duda en seguir d¨¢ndole vueltas a esas 35 horas semanales para introducir mejoras.
Muchas personas que trabajan en la hosteler¨ªa se sienten atrapadas y son maltratadas con jornadas de seis d¨ªas y turnos partidos, dice ?lvarez. Dignificar el sector con profesionales cualificados y contentos es uno de sus prop¨®sitos. ¡°No sabes la cantidad de tiempo que se va en gesti¨®n de personal, absentismo, sustituciones, rotaci¨®n rapid¨ªsima, eso es un desastre para el negocio. El descontento de los trabajadores tiene un impacto econ¨®mico negativo brutal en las empresas¡±, advierte.
?lvarez lanz¨® en mayo la campa?a 4suma! para convencer a otras empresas de que se suban al carro. Es consciente de que entre los trabajadores hay un ¡°consenso total¡± y con esta plataforma pide a las administraciones que implementen un plan de ayudas a las empresas que ya tengan disposici¨®n de reducir las jornadas. ¡°Esa idea de los incentivos deber¨ªa estar orientada a las pymes porque ah¨ª es donde se concentra la aversi¨®n al riesgo y el miedo al cambio. En este pa¨ªs tenemos un mont¨®n de bonificaciones al i+d+i que acaparan las grandes empresas. El tema es hacer que la introducci¨®n de la tecnolog¨ªa repercuta tambi¨¦n sobre la vida de los trabajadores¡±, expone.
Ambas socias defienden que la jornada laboral de cuatro d¨ªas tambi¨¦n se enmarca dentro de los planes de transici¨®n ecol¨®gica por la reducci¨®n del tr¨¢fico que lleva aparejada. ¡°Ahora llegan los fondos europeos y ojal¨¢ que las empresas cambien de mentalidad y la gente se vaya animando a construir el trabajo del futuro para que cuando pase esta situaci¨®n vivamos todos de otra manera¡±, concluye ?lvarez.
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