Montar en burrito en la sierra de Guadarrama con Casi, el hombre que s¨ª cumpli¨® sus sue?os
En ¡®A ritmo de burro¡¯, un exempleado de banca que lo dej¨® todo por amor a la naturaleza da paseos familiares y muy entretenidos en ¨¦quidos de raza zamorana, los que se encuentran en mayor peligro de extinci¨®n

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Lo primero que piensa uno cuando conoce a Casimiro Rodr¨ªguez, Casi, es qu¨¦ hace el actor Gene Wilder en Robledondo y vestido de Decathlon. Lo segundo es sentir la m¨¢s asquerosa de las envidias porque es un hombre rabiosamente feliz. Disfruta de lo que hace y lo que hace parece tan simple como dar paseos a familias en sus burros en esta pedan¨ªa de Santa Mar¨ªa de la Alameda de 200 habitantes, en plena sierra de Guadarrama. ¡°Yo en realidad a lo que me dedico es a interpretar la naturaleza, el burro es solo una herramienta para ver la sierra de una forma distinta, tranquila, sosegada, porque el burro transmite esa paz¡±. Por esta raz¨®n llam¨® a su proyecto A ritmo de burro. Pero su fin ¨²ltimo es salvar de la extinci¨®n a esta especie que ¡°ya no tiene uso ni sentido, pero a la que le debemos much¨ªsimo, hay que devolverle el favor de haber sido nuestro molino, nuestro coche, nuestro cami¨®n y nuestro tractor¡± desde hace 6.000 a?os.
Casi tiene 10 burros, todos zamoranos ¨Del tipo m¨¢s amenazado: el a?o pasado nacieron solo 31 hembras en toda Espa?a¨D y muy jovencitos, con 14 a?os el mayor y una esperanza de vida de 40. De ellos, solo ¡°trabajan¡± seis hembras, tres son demasiado peque?os y el d¨¦cimo es un semental, Guindo. Este a?o, hay tres pre?adas, ¡°una aut¨¦ntica ruina¡± porque le quedar¨¢ la mitad del ¡°personal¡± en activo. ¡°Les doy nueve meses de baja por maternidad, dos antes y siete despu¨¦s, entre este permiso y la proporci¨®n de seis a uno me deber¨ªan poner un monumento en el Ministerio de Igualdad¡±, r¨ªe.
?Y c¨®mo surge esta iniciativa? Casi, nacido en Escalona (Toledo) hace 52 a?os, ha sido desde ni?o un apasionado del campo, pero pas¨® 28 de ellos en la capital vestido de traje. ¡°Estudi¨¦ Biolog¨ªa, pero entr¨¦ en la banca porque una amiga me gast¨® una broma, ech¨® mi curr¨ªculo y, sin tener ni idea, me cogieron. Trabaj¨¦ 25 a?os en Barclays, donde lo primero malo que me pas¨® fue lo peor que me pudo pasar: que me ascendieran¡±, cuenta.

¡°Llegaba al amanecer con el cielo raso y sal¨ªa de noche y estaba lloviendo. No hab¨ªa visto evolucionar el d¨ªa, no ten¨ªa vida, todo el d¨ªa al tel¨¦fono¡±, se lamenta un hombre que un d¨ªa tir¨® sus trajes y cuya mayor preocupaci¨®n actual a la hora de vestirse es de qu¨¦ color elige la camiseta con el logo de su empresa para ponerse. Cuando vinieron mal dadas, un ERE, a ¨¦l le pareci¨® que ten¨ªa escalera de color. ¡°Me apunt¨¦ de cabeza, a muerte¡±, concluye Casi.
Por entonces, ya llevaba unos a?os viviendo en el pueblo, a 70 kil¨®metros al norte de Madrid y ya casi en ?vila, donde se enamor¨® de una burra a la que daba de comer y donde compr¨® dos ejemplares, ¡°como un capricho¡±, mientras echaba unos botellines con el veterinario de Galapagar, Juan. ¡°Me tom¨¦ alguno de m¨¢s, me vine arriba y le acab¨¦ comprando uno y, como le¨ª que solos se pon¨ªan tristes, pues dos¡±. Convertir su pasi¨®n en negocio, por llamarlo de alg¨²n modo, porque ¡°no es econ¨®micamente rentable, da para mantener a los animales¡±, se le ocurri¨® con el ERE. ¡°Total, qu¨¦ puede salir mal, pens¨¦, inviertes 5.000 euros y pueden pasar dos cosas, una que pierdas 2.500 y otra, ser feliz. Y c¨®mo no te vas a arriesgar por ser feliz¡±, se pregunta.

Hizo su primera ruta con A ritmo de burro en 2015 y la lleva ¡°grabada a fuego¡±. ¡°Fue un paseo estupendo y al acabar alucin¨¦. ?C¨®mo es esto, que me lo paso teta y encima me pagan?¡±, recuerda Casi. Para acompa?arle en sus paseos solo hay que entrar en la web, ponerse en contacto con ¨¦l y reservar. Dependiendo de la edad, propone un tipo de ruta. ¡°Pueden montar ni?os a partir de tres a?os con sus pap¨¢s y desde los 5/ 6 solos, pero no m¨¢s de una hora, que se cansan¡±, explica. Al final, se echa la ma?ana, porque ves c¨®mo los ensilla y los prepara, te ense?a los rudimentos de montar y en 20 metros est¨¢s en el campo. El paseo, con los adultos a pie o en burro tambi¨¦n, es muy ameno, con Casi de ac¨¢ para all¨¢ contando curiosidades de los vencejos, que no se posan en dos a?os, o los alcaudones, llamados p¨¢jaros carniceros porque enzarzan a sus presas para despedazarlos. A la llegada al prado, un pic-nic a la sombra con los ni?os correteando salvajemente y cazando bichos y luego vuelta al pueblo.
¡°Suelo ir por el paraje de los Navazos, que tiene unas praderas preciosas con vistas, o las m¨¢s largas, de tres horas, por el Pinarejo, que ya es puro bosque¡±, detalla Casi, que tambi¨¦n hace excursiones de varios d¨ªas, durmiendo en tiendas de campa?a o en un hostal. Nada que ver con los ponys tristes de picadero, donde les dan dos vueltas a tu hijo, le haces la foto de rigor y a correr que vienen los siguientes, o con lugares donde hay romer¨ªas de visitantes y burros con secuelas de maltrato, hartos de zanahorias, a los que tratas de alimentar d¨¢ndote de codazos con un urbanita que no distingue una oveja de una cabra y donde haces cola desde la entrada hasta para comerte un bocadillo o comprar recuerdos. ¡°No quiero colegios ni mogollones, jam¨¢s mezclo a la gente, es una actividad familiar y muy personal, si vienen dos, salimos dos, para el negocio un desastre, pero para las familias, precioso. No me hago ni publicidad, tengo 10.000 flyers en una caja¡±, aclara.

Ahora mismo es un buen momento, ya que a¨²n no hace mucho calor y ¡°est¨¢ la plaga de saltamontes de todos los a?os, es impresionante ver a las ¨¢guilas cazarlas¡±. Adem¨¢s de los burros, los ni?os pueden jugar con sus mastines y ver y tocar a sus 15 ovejas y, si tienen cr¨ªas, darles el biber¨®n. Ten¨ªa tambi¨¦n 20 ocas con sus pollitos, ¡°pero un zorro gordo se las comi¨® en cuatro visitas¡±. Casi hace jabones que ¡°son la rebomba para la piel¡± con la leche de burra en la que se ba?aba Cleopatra y, en septiembre, abrir¨¢ una casa rural de seis habitaciones dobles para los paseantes que quieran quedarse a dormir.
De momento, para cerrar el d¨ªa se puede comer en Santa Mar¨ªa de la Alameda, por ejemplo en Casa Rubitos, donde tienen terraza, zona de juegos para ni?os y una carne de la zona excelente. ¡°Un plan perfecto y redondo, un d¨ªa inolvidable¡±, concluyen Mayte G¨®mez y David Feito, que han ido con sus hijos Lucas, de nueve a?os, y Nico, de seis. Mientras se despide, Casi comparte su mejor an¨¦cdota: ¡°Todos los ni?os me llaman ¡®profe, profe¡¯, pero un d¨ªa, uno me dijo ¡®?eh, se?or burrero, se?or burrero!¡¯, y es la cosa m¨¢s bonita que me han dicho nunca¡±. Beatus ille.
D¨®nde: calle Viriato, 4. Robledondo. Horario: a convenir. Precios: dependen de la duraci¨®n de la actividad y van de 20 euros la hora, 15 la segunda y 10 la tercera a 70 euros por burro por noche m¨¢s otros 70 por el gu¨ªa.
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