El mir¨®n de los probadores de Gran V¨ªa
La Polic¨ªa detiene a un hombre que llevaba en sus calzoncillos un m¨®vil con el que hab¨ªa grabado a varias mujeres por debajo de la falda en una tienda de ropa
Fue la empleada que trabaja al lado de los probadores la que se fij¨® en los movimientos extra?os de un cliente en una t¨®rrida tarde de julio. Lo observ¨® un rato y se dio cuenta de lo que pasaba. Hab¨ªan vivido lo mismo en esa misma tienda solo una semana antes. Esa trabajadora del establecimiento de la cadena sueca H&M, en el coraz¨®n de Gran V¨ªa, alert¨® al servicio de seguridad de que hab¨ªa visto a aquel hombre grabar con su m¨®vil por debajo de la falda a las clientas. Cuando lleg¨® la Polic¨ªa, est...
Fue la empleada que trabaja al lado de los probadores la que se fij¨® en los movimientos extra?os de un cliente en una t¨®rrida tarde de julio. Lo observ¨® un rato y se dio cuenta de lo que pasaba. Hab¨ªan vivido lo mismo en esa misma tienda solo una semana antes. Esa trabajadora del establecimiento de la cadena sueca H&M, en el coraz¨®n de Gran V¨ªa, alert¨® al servicio de seguridad de que hab¨ªa visto a aquel hombre grabar con su m¨®vil por debajo de la falda a las clientas. Cuando lleg¨® la Polic¨ªa, este no se esforz¨® en negarlo, a pesar de que se hab¨ªa tomado la molestia de esconder el tel¨¦fono con el que realiz¨® los v¨ªdeos en sus calzoncillos.
En la tarde del 24 de julio, en Madrid pegaba el sol y se superaban los 35 grados, unas condiciones que facilitaron la tarea, ya que la falda y los vestidos fueron la prenda elegida por muchas clientas ese d¨ªa. El detenido, con pantalones vaqueros y camiseta blanca, fue hasta la planta baja de la tienda y se coloc¨® cerca de la zona de los probadores. All¨ª, en la zona de la ropa interior femenina y frente a la secci¨®n de vestimenta de hombre, pas¨® varios minutos acechando y obteniendo material, que despu¨¦s almacen¨® en la memoria oculta del m¨®vil.
La trabajadora que dio la voz de alarma hab¨ªa sido uno de los objetivos del mir¨®n unos instantes antes. Tras el aviso de la empleada, los vigilantes de seguridad del establecimiento acudieron a esa planta y le mantuvieron retenido hasta que lleg¨® la patrulla.
Esta pr¨¢ctica se conoce con el nombre de upskirting, y en los ¨²ltimos a?os cada vez se piden condenas m¨¢s altas por lo que se considera un delito contra la intimidad. Tradicionalmente, los jueces lo han considerado una infracci¨®n leve porque a las v¨ªctimas no se les ve la cara, por lo general. Las altas temperaturas y las grandes aglomeraciones de gente son los ingredientes perfectos para estos mirones, que suelen obtener placer tanto en el proceso de obtenci¨®n de las im¨¢genes, como en su posterior visionado. Mercadillos, el metro o las tiendas de ropa son sus lugares predilectos. En Madrid se han detectado dos casos en solo una semana.
El detenido llevaba dos tel¨¦fonos, uno que los agentes localizaron en un primer cacheo y el que escondi¨® en su ropa interior. El hombre desbloque¨® el m¨®vil de los calzoncillos y los polic¨ªas pudieron corroborar lo que hab¨ªa explicado unos minutos antes la empleada de la tienda, porque encontraron v¨ªdeos de las partes ¨ªntimas de varias mujeres. No explic¨® a los agentes qu¨¦ uso quer¨ªa dar a las im¨¢genes y fuentes de la polic¨ªa no han puntualizado si el detenido ten¨ªa antecedentes por hechos parecidos a estos. Muchas veces, estas im¨¢genes acaban en sitios web porno. El individuo de 29 a?os asegur¨® ser franc¨¦s y no ser residente habitual en Madrid.
Es la segunda vez este mes que sucede algo as¨ª en esta tienda, tal vez por ese motivo, la empleada de la planta baja estuvo m¨¢s atenta a lo que estaba haciendo el mir¨®n. El 17 de julio, otro hombre de 45 a?os fue detenido en este local por hacer lo mismo y tambi¨¦n fue retenido por los vigilantes de seguridad, quienes pensaron en un primer momento que su actitud extra?a se deb¨ªa a que estaba robando a los clientes. La encargada de la tienda no ha querido dar m¨¢s detalles de lo ocurrido y ha pedido al resto del personal que no haga comentarios.
En ese otro caso, el detenido tambi¨¦n reconoci¨® los hechos en cuanto llegaron los agentes pero se defendi¨® alegando que las im¨¢genes eran para ¡°consumo propio¡±. Mismo modus operandi: se qued¨® esperando sin oponer resistencia a los agentes, les ense?¨® las fotograf¨ªas que hab¨ªa realizado y fue detenido por un delito contra la intimidad. Este hombre tambi¨¦n explic¨® a los polic¨ªas que hab¨ªa realizado grabaciones en otros locales. La temporada de acci¨®n de los mirones ha comenzado. Es un delito que puede estar penado hasta con cinco a?os de c¨¢rcel en funci¨®n del uso que se de a las im¨¢genes.
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