Grabar bajo las faldas sale cada vez m¨¢s caro
La Fiscal¨ªa pide penas de hasta cinco a?os para una conducta relativamente nueva y dif¨ªcil de perseguir por la dificultad de identificar a las v¨ªctimas
En ingl¨¦s se llama upskirting. El espa?ol todav¨ªa no le ha puesto nombre, pero el concepto existe: fotografiar por debajo de la falda a mujeres sin su consentimiento. No es un fen¨®meno nuevo, pero hasta ahora los casos llegaban con cuentagotas a la polic¨ªa o los tribunales y algunos jueces lo han considerado un delito leve porque a la v¨ªctima no se le ve¨ªa la cara. La Fiscal¨ªa contra la Criminalidad Inform¨¢tica considera, sin embargo, que incluso en estos casos se trata de un delito contra la intimidad y est¨¢ pidiendo condenas de entre uno y cuatro a?os de c¨¢rcel. De dos a cinco a?os si el autor ha difundido las fotos por Internet, como hizo el hombre cuya detenci¨®n se conoci¨® este mi¨¦rcoles en Madrid, que hab¨ªa grabado a 555 mujeres y hab¨ªa subido las im¨¢genes a una web pornogr¨¢fica.
Los casos aumentan en verano por razones obvias. Suele ocurrir en plena calle, caminando por la acera o esperando para cruzar un paso de cebra; en los transportes p¨²blicos, en las escaleras mec¨¢nicas de estaciones o centros comerciales, o en conciertos, ferias y cualquier evento con tendencia a la aglomeraci¨®n. La mayor¨ªa de las veces la v¨ªctima no se da ni cuenta, por lo que no denuncia el caso y cuando la polic¨ªa act¨²a contra un autor se encuentra que en su m¨®vil o en el ordenador almacena muchas m¨¢s im¨¢genes de entrepiernas de mujeres a las que no se puede identificar.
No es el caso del detenido en Madrid, que s¨ª intentaba grabar las caras de sus v¨ªctimas. Pero s¨ª ha ocurrido, por ejemplo, en el Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 6 de A Coru?a, que investiga a un hombre detenido por fotografiar por debajo de la falda a mujeres en una feria. La instrucci¨®n est¨¢ acabada y en la causa figuran dos afectadas, seg¨²n un portavoz del Tribunal Superior de Justicia de Galicia. Hay indicios de que podr¨ªa haber m¨¢s porque existen fotograf¨ªas que no pertenecen a ninguna de las denunciantes, pero como a las v¨ªctimas no se les ve el rostro, no ha habido forma de localizarlas.
En el caso de A Coru?a, la instrucci¨®n se ha seguido por un delito contra la intimidad. Pero a veces, el juez acaba rebaj¨¢ndolo a delito leve (las antiguas faltas, que no conllevan pena de c¨¢rcel) porque al no verse la cara de la mujer, entiende que su imagen no ha salido da?ada. La Fiscal¨ªa contra la Criminalidad Inform¨¢tica no comparte este criterio y est¨¢ acusando en todos los casos similares por el art¨ªculo 197 del C¨®digo Penal, que castiga con entre uno y cuatro a?os de c¨¢rcel a quien ¡°para descubrir los secretos o vulnerar la intimidad de otro, sin su consentimiento (...) utilice artificios t¨¦cnicos de escucha, transmisi¨®n, grabaci¨®n o reproducci¨®n del sonido o de la imagen, o de cualquier otra se?al de comunicaci¨®n¡±.
¡°Es una conducta nueva que nos est¨¢ empezando a llegar. Hasta ahora eran m¨¢s habituales casos de c¨¢maras colocadas en ba?os de centros de trabajo o gimnasios. Pero para m¨ª es lo mismo, aunque en un caso se pueda ver la cara de la mujer y en otro, no¡±, afirma Elvira Tejada, la fiscal delegada contra la Criminalidad Inform¨¢tica. Su departamento ha abierto ya varios procedimientos por supuesto upskirting, el m¨¢s reciente hace unos d¨ªas contra un hombre que grababa a mujeres en el metro.
Tejada advierte de la importancia de que estos hechos se denuncien. ¡°Falta sensibilidad social. En este caso la v¨ªctima puede no darse cuenta o, si se da, a lo mejor piensa que no es delito. Pero s¨ª lo es. Y ya no es solo la v¨ªctima, sino otras personas que puedan ver al autor actuando o incluso recibir las im¨¢genes si luego se difunden en Internet¡±.
Son muy pocos los casos en los que la v¨ªctima pilla al autor in fraganti. La mayor¨ªa de las denuncias llegan de internautas que ven las im¨¢genes en webs porno o por rastreos que hace la polic¨ªa en estas p¨¢ginas. Y a partir de ah¨ª, no queda otra que tirar del hilo. ¡°Cuando encontramos im¨¢genes de este tipo en una web, lo primero que hacemos es intentar identificar al usuario y localizarlo¡±, explica V. G. M., inspectora jefa del grupo segundo de redes de la unidad central de ciberdelincuencia de la Polic¨ªa Nacional. Esa es, en teor¨ªa, la parte m¨¢s f¨¢cil. Lo complicado viene luego: verificar que el usuario que ha subido las fotos a Internet es tambi¨¦n el que las ha grabado. ¡°La ¨²nica forma de hacerlo es seguirlo, observar si realmente est¨¢ grabando a chicas¡±.
La tarea de la polic¨ªa no acaba ah¨ª. Es un delito contra la intimidad y hacen falta v¨ªctimas reales que sientan su intimidad vulnerada. Sin v¨ªctimas, los jueces son reticentes a dar permiso para registrar el domicilio del autor y sus dispositivos, advierte la inspectora. ¡°Por eso lo que tenemos que hacer es verificar que est¨¢ grabando y, una vez que se separa de la v¨ªctima, acercarnos a ella. Nos quedamos con sus datos para poder contactar si despu¨¦s vemos que hay im¨¢genes suyas en el dispositivo del hombre¡±. ¡°Las v¨ªctimas alucinan¡±, admite V. G. M.
Escasa jurisprudencia
La falta de jurisprudencia hace que existan lagunas que complican la investigaci¨®n de estos casos, sobre todo cuando no se ve la cara de la v¨ªctima. ¡°Hemos encontrado jueces que te vienen a decir que si llevas falda corta te expones a eso¡±. Otro problema suele ser qu¨¦ ocurre cuando en un ordenador se encuentran fotos de entrepiernas de decenas de mujeres, pero solo se ha podido identificar a una o dos v¨ªctimas. ¡°Es un tema que est¨¢ empezando, por lo que a veces depende de c¨®mo lo vea el juez¡±.
Aunque la mayor¨ªa de los casos ocurren en lugares p¨²blicos, a los tribunales espa?oles han llegado tambi¨¦n denuncias contra due?os de comercios a los que se les ha descubierto que ten¨ªan una c¨¢mara colocada cerca del suelo para grabar la entrepierna de las clientas o contra trabajadores que graban a sus compa?eras. En Baleares, un juzgado tiene abierto un procedimiento contra un funcionario del Consell de Ibiza que fotografiaba a compa?eras, a algunas por debajo de la falda, sin que ellas se dieran cuenta. El hombre lleg¨® a ingresar en prisi¨®n preventiva, aunque ahora est¨¢ en libertad a la espera de que el juez decida si lo sienta en el banquillo.
Un jefe de Tr¨¢fico, condenado por grabar a 14 compa?eras
El Tribunal Supremo tiene pendiente revisar la condena de cuatro a?os de c¨¢rcel impuesta al exjefe de la oficina de Tr¨¢fico de la Polic¨ªa Local de Zaragoza por 14 delitos contra la intimidad. Tantos como trabajadoras le denunciaron por grabarlas por debajo de la falda con una c¨¢mara camuflada en una papelera. La sentencia de la Audiencia Provincial de Zaragoza, confirmada por el Tribunal Superior de Justicia de Arag¨®n, consider¨® probado que el acusado llamaba habitualmente a su despacho, ¡°con cualquier excusa relacionada con el trabajo¡±, a las auxiliares administrativas que llevaban falda. Durante el juicio, las mujeres contaron que las hac¨ªa colocarse teniendo siempre la papelera entre las piernas porque no les dejaba otro sitio. La oficina era acristalada y una de las empleadas descubri¨® a su jefe visualizando las piernas de la compa?era con la que acababa de despachar. Se lo fueron contando entre ellas y lo denunciaron. ¡°Lo pasaron muy mal. Tuvieron que colaborar con la polic¨ªa y seguir entrando en el despacho para que se fueran acumulando los casos y asegurar que se pod¨ªa actuar¡±, cuenta Olga Oseira, la abogada de las mujeres.
En total se localizaron 5.256 im¨¢genes y 244 v¨ªdeos, en muchos de los cuales se apreciaba la entrepierna y la ropa interior de las v¨ªctimas. Aunque no se les ve¨ªa la cara, ellas se identificaron por la ropa. Y, si hab¨ªa alguna duda, el acusado ayud¨® en esa tarea porque hab¨ªa organizado los archivos indicando el nombre de la empleada a la que correspond¨ªa cada imagen.
En algunos pa¨ªses ha habido que hacer una nueva ley para poder castigar esta pr¨¢ctica. El caso m¨¢s sonado fue el de Gina Martin, una joven inglesa que hace dos a?os descubri¨® que un hombre acababa de hacerle una foto por debajo de la falda en un concierto en el Hyde Park de Londres. Lo denunci¨®, pero el caso se cerr¨® porque no se consider¨® delito. Martin abri¨® una campa?a en Internet y, en abril pasado, el Parlamento brit¨¢nico aprob¨® una ley antivouyerismo que penaliza el upskirting con hasta dos a?os de prisi¨®n. En Espa?a, la Fiscal¨ªa considera que no hace falta cambiar el C¨®digo Penal. "A veces hay que crear delitos espec¨ªficos para poder sancionar. Pero en este caso encaja perfectamente en el tipo penal", sostiene la fiscal Elvira Tejada
Borja Adsuara, abogado experto en derecho digital, tampoco tiene dudas de que tomar este tipo de fotos constituye un delito claro contra la intimidad. ¡°Incluso podr¨ªa haber un delito contra la integridad moral¡±, afirma.
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