El nuevo negocio de los centros de est¨¦tica: las ni?as
Expertas alertan del riesgo que tiene fomentar el culto a la imagen durante la infancia
D¨ªa de chicas. Luisa Franch, de 47 a?os, aparece por la puerta del centro de est¨¦tica Bienestar Chic, en el distrito de Tetu¨¢n, con su hija Sof¨ªa de 10 a?os y su sobrina Jimena, de ocho. Como cada a?o, Franch les ha preparado una sorpresa como premio a sus buenas notas y les ha dado una pista. Intervienen tres partes del cuerpo: los pies, las manos y la cara. No lo han adivinado. ¡°Pens¨¢bamos que era practicar un deporte, luego que era un scape room, pero mola m¨¢s esto¡±, coinciden las ni?as, interrumpi¨¦ndose de puras ganas.
Tras quitarse los zapatos (y desinfectar manos y pies) madre, hija y sobrina entran en la sala de est¨¦tica: luz tenue y muebles que iluminan azul ne¨®n. La cita Smile is the best make up a girl can wear (¡°Una sonrisa es el mejor maquillaje que cualquier mujer puede llevar¡±) de Marilyn Monroe, que Sof¨ªa traduce al instante, corona la pared donde ocurre la magia. El men¨² que han elegido incluye inmersi¨®n de pies en el fish spa, con peces garra rufa, masajes hidratantes, mini manicura, mascarilla facial, bebida y dulce. El centro de belleza ha bautizado la experiencia con el nombre comercial de ¡°Mi mami y yo¡±, una fiesta ¡°donde aparte de poner guapa a la mam¨¢, haremos feliz a la hija (desde los tres a?os), ya que para ella ser¨¢ una experiencia nueva compartir con su mami un momento especial¡±, describen en su cat¨¢logo de actividades.
Las ni?as est¨¢n encantadas y Franch no deja de echarles fotos, mientras las esteticistas se afanan en limar con cuidado sus peque?as u?itas. ¡°Opt¨¦ por esta actividad porque a Sof¨ªa ya le gusta pintarse y, aunque Jimena pasa un poco m¨¢s, remeda lo que hace su prima mayor¡±, indica. No obstante, Franch es consciente de los riesgos que tiene normalizar este tipo de experiencias. ¡°Las ni?as crecen muy r¨¢pido, quieren ponerse la parte de arriba del biquini, comprarse tops para ense?ar la tripita, maquillarse¡ Hay que poner l¨ªmites, aunque cada padre toma sus propias decisiones. Nosotros eso no se lo permitimos, a m¨ª me parece demasiado en esta edad que ya empieza a ser complicada¡±. Antes de que ir al cole, asegura, el pintau?as va fuera.
Los expertos alertan
Los expertos alertan del riesgo que tiene ¡°colocar en el centro de la vida de las ni?as el aspecto est¨¦tico o la belleza porque perpet¨²a la cosificaci¨®n del cuerpo¡±. Irene Solbes, doctora en Psicolog¨ªa Evolutiva y de la Educaci¨®n en la Universidad Complutense de Madrid, lo define como la ¡°socializaci¨®n de los roles de g¨¦nero¡±. Se trata de un proceso de aprendizaje en el que se transmiten expectativas, actitudes y comportamientos t¨ªpicamente asociados con cada g¨¦nero; y se asignan los papeles diferenciales que tienen los ni?os y las ni?as en la sociedad. ¡°Iniciar a las ni?as desde muy temprano en este ¨¢mbito, coloc¨¢ndolas en un lugar social en el que no se coloca a los ni?os, implica cosificar el cuerpo¡±, aclara. El problema, evidentemente, trasciende al centro de belleza infantil o a la manicura una vez al a?o. Est¨¢ arraigado en el resto de influencias a las que est¨¢n expuestas las ni?as, que todas env¨ªan el mismo mensaje, cada vez m¨¢s sutil y, por tanto, m¨¢s dif¨ªcil de detectar. ¡°Todo socializa, todo suma, todo acaba ense?ando a los ni?os y a las ni?as su posici¨®n en la sociedad. Hay millones de estudios que corroboran que la preocupaci¨®n en las ni?as por su aspecto f¨ªsico es much¨ªsimo mayor que el de los ni?os¡±, argumenta la doctora.
Iniciar a las ni?as desde muy temprano en este ¨¢mbito, coloc¨¢ndolas en un lugar social en el que no se coloca a los ni?os, implica cosificar el cuerpoIrene Solbes, doctora en Psicolog¨ªa Evolutiva y de la Educaci¨®n
Marcela Gracia Leiva, psic¨®loga con un m¨¢ster en Mujeres y Salud de la Complutense y estudiante de doctorado en Psicolog¨ªa Social de la Universidad del Pa¨ªs Vasco, va un paso m¨¢s all¨¢: ¡°Sabemos que los espacios de juego inciden, educan y afectan las creencias de los ni?os y ni?as sobre s¨ª mismas y en este caso estos centros env¨ªan un mandato a las chicas sobre que son necesarios elementos externos para verse o sentirse bien¡±. Seg¨²n Gracia, existen estudios que indican que perpetuar ideales objetivados y sexualizados de las mujeres en diferentes espacios (por ejemplo, en los medios de comunicaci¨®n) ¡°inciden en que las ni?as interioricen dichas representaciones¡±.
En cualquier caso, no se debe criminalizar o estigmatizar a las madres que, hoy por hoy y seg¨²n las expertas, siguen siendo las cuidadoras y socializadoras de los hijos: ¡°Sobre la que suele recaer la responsabilidad de la crianza¡±. Solbes explica que ¡°ante todo es un error culpabilizar a las mujeres, en su rol de madres o de educadoras, que son como siempre las que acaban soportando esta carga. Nosotras mismas hemos sido educadas en una cultura patriarcal¡±, a?ade la doctora de la Complutense. ¡°Al fin y al cabo, ?qu¨¦ tiene de malo pasar un rato agradable con tu hija mientras os hac¨¦is las u?as juntas? Pero es importante reflexionar sobre el hecho de que la cosa se complica cuando unes internet, pel¨ªculas, series, colegio, juguetes¡ Y montas un negocio en torno a ello¡±, asegura.
Bienestar Chic comenz¨® a incluir en su cat¨¢logo actividades espec¨ªficas para ni?as hace ocho a?os. ¡°Fuimos los primeros y ahora cada vez hay m¨¢s peluquer¨ªas y centros de est¨¦tica que lo est¨¢n ofreciendo, porque funciona¡±, explica Conchi Alonso, la directora del centro. ?Vienen padres? Seg¨²n Alonso, no muchos. ¡°Alg¨²n padre divorciado, quiz¨¢s, pero vienen m¨¢s madres. Es un regalo muy socorrido por el D¨ªa de la Madre, por ejemplo. Viene fenomenal¡±, a?ade.
Mientras los peces hacen su trabajo, las esteticistas comienzan a pintar las u?as de las ni?as: Sof¨ªa, de azul celeste, y Jimena elige un color para cada dedo. ?Y si es un ni?o, cambia el tratamiento? ¡°Cuando vienen ni?os no les hacemos la manicura, l¨®gicamente. Les dibujamos una especie de tatuaje en la mano¡±, explica la directora de Bienestar Chic. Aunque s¨ª ha visto a algunos ni?os de padres ¡°modernos¡± que han pedido pintarse las u?as. ¡°Son los menos¡±, insiste Alonso.
Fiestas tem¨¢ticas
¡°?Qui¨¦n no ha so?ado con convertirse alg¨²n d¨ªa en princesa?¡± Con este atractivo reclamo, irresistible para muchas ni?as, se ha gestado Princesas por un d¨ªa, un centro de entretenimiento infantil en San Sebasti¨¢n de los Reyes para celebrar fiestas tem¨¢ticas de princesas y caballeros. ¡°No lo hacemos por la est¨¦tica pura y dura o por el culto a la belleza, ya que no nos parece positivo para la infancia¡±, explican desde el centro. ¡°Nosotras lo que tratamos de hacer es convertir a la ni?a en una princesa, meterla en el papel: les hacemos las u?as, masajes, maquillaje, complementos, desfile por la pasarela y baile final¡±, a?ade. Desde el centro insisten en que su circuito de princesas est¨¢ muy lejos de perpetuar la cosificaci¨®n. ¡°Al contrario, nuestro enfoque es acercarnos a la creatividad, la imaginaci¨®n y la fantas¨ªa de los cuentos de hadas¡±, aseguran.
Sin embargo, para Solbes, este tipo de centros contribuyen a alimentar un mensaje subliminal de la cultura patriarcal. ¡°A todas las ni?as les gustan las princesas y el rosa, pero como madre hay que pensarse dos veces si queremos, por ejemplo, que la fiesta sea solo para ni?as o de tem¨¢tica de princesas, una idea vinculada a roles de g¨¦nero tradicionales o al mito del amor rom¨¢ntico que est¨¢ en la base de la violencia de g¨¦nero¡±, advierte. ¡°En mi opini¨®n la soluci¨®n pasa porque los adultos y el propio sistema educativo (la gran tarea pendiente) tomen una actitud cr¨ªtica hacia estas actividades¡±. Por su parte, la psic¨®loga Gracia a?ade: ¡°Cuestionar c¨®mo perpetuamos los estereotipos basados en el sexo y g¨¦nero, flexibilizar y romper los estereotipos tradicionales es importante, sano y necesario para las nuevas generaciones¡±.
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