La Casa del Cura decide quedarse y no entregar las llaves
El Ayuntamiento de Madrid ordena el desalojo del inmueble en la Plaza del Dos de Mayo que las asociaciones de Haciendo Barrio utilizan para actividades culturales y sociales desde el 2019
Los vecinos de la Casa del Cura tienen el tiempo contado. Este viernes era el ¨²ltimo d¨ªa ¨²til para entregar las llaves y dejar de forma voluntaria el edificio en el n¨²mero 1 de la Plaza del Dos de Mayo, en el barrio de Malasa?a, que en estos a?os ha sido una casa ¡ªde formas muy distintas¡ª para mucha gente. Ahora el Ayuntamiento ha decidido desalojarlos, tras haberle revocado la concesi¨®n para reconvertir el inmueble en un centro de servicios sociales.
La Casa del Cura ha decidido celebrar el ¨²ltimo d¨ªa de legalidad que le queda con m¨²sica y bailes en la plaza. Ha participado en la celeb...
Los vecinos de la Casa del Cura tienen el tiempo contado. Este viernes era el ¨²ltimo d¨ªa ¨²til para entregar las llaves y dejar de forma voluntaria el edificio en el n¨²mero 1 de la Plaza del Dos de Mayo, en el barrio de Malasa?a, que en estos a?os ha sido una casa ¡ªde formas muy distintas¡ª para mucha gente. Ahora el Ayuntamiento ha decidido desalojarlos, tras haberle revocado la concesi¨®n para reconvertir el inmueble en un centro de servicios sociales.
La Casa del Cura ha decidido celebrar el ¨²ltimo d¨ªa de legalidad que le queda con m¨²sica y bailes en la plaza. Ha participado en la celebraci¨®n incluso Paloma Pujol, bicampeona de Espa?a de f¨²tbol freestyle. Vive a menos de 200 metros del sitio que le permiti¨® ganar los ¨²ltimos dos mundiales de footbag (deporte que consiste en tocar una pelota rellena de semillas o arena con los pies sin dejar que caiga al suelo). ¡°En la Casa del Cura me han permitido entrenar y grabar los v¨ªdeos que present¨¦ para los mundiales, que se celebraron de forma telem¨¢tica¡±, relata mientras se calienta para exhibirse delante de los vecinos que han acudido a la convocatoria de Haciendo Barrio, el proyecto que agrupa a las 38 asociaciones que ocupan el edificio.
La Casa del Cura tiene las llaves del edificio desde abril de 2019, tras ganar una convocatoria del Ayuntamiento que les adjudic¨® el uso del sitio hasta 2023. Sin embargo, con el cambio de guardia en Cibeles y la guerra a los ¡°chiringuitos de Carmena¡± emprendida por la Administraci¨®n de Almeida, empezaron las trabas, seg¨²n denuncia la junta de la plataforma. Primero tuvieron problemas con el suministro de la luz, luego con las obras del edificio, la instalaci¨®n del ascensor y finalmente la posible revoca de la cesi¨®n.
El punto de no retorno para los vecinos de la Casa del Cura se remonta al 19 de junio de 2020, d¨ªa que se iba a celebrar la reuni¨®n con el concejal del distrito Centro, Jos¨¦ Ferm¨¢ndez S¨¢nchez (PP), para decidir el futuro del espacio. ¡°Antes de que empezara la reuni¨®n, le¨ªmos en un peri¨®dico que hab¨ªan decidido revocar la cesi¨®n¡±, recuerda consternada Inma Castro, abogada y miembro de la junta de Haciendo Barrio. ¡°La reuni¨®n no se hab¨ªa ni celebrado, y ya hab¨ªan decidido que hacer¡±.
El plan del Ayuntamiento es reconvertir el inmueble en un centro de servicios sociales. Cuando revocaron la cesi¨®n, la asociaci¨®n interpuso un recurso ante el Juzgado de lo Contencioso Administrativo n¨²mero 10, solicitando medidas cautelares para evitar el desalojo antes de que falle la sentencia. La situaci¨®n se volvi¨® a complicar en marzo de 2021, cuando el Tribunal Superior de Madrid aval¨® el recurso del Ayuntamiento y deneg¨® las medidas cautelares, obligando a los vecinos a dejar el edificio en noviembre.
Esta construcci¨®n de cuatro plantas, con la fachada naranja coronada por una bandera arco¨ªris, ha acogido en los ¨²ltimos tres a?os grupos de teatros, coros, scouts, asambleas de vecinos, consultas psicol¨®gicas, clases de espa?ol para inmigrantes y refugiados y una despensa solidaria. ¡°Empez¨® como una iniciativa temporal durante el confinamiento, pero se ha convertido en una necesidad¡±, reconoce Jaime L¨®pez, un voluntario de la despensa y vecino del barrio. Si pierden este espacio, las 90 familias que acuden dos jueves al mes para recoger la ¡°compra¡± no tendr¨¢n que comer.
En guerra contra las asociaciones vecinales
No es la primera vez que una asociaci¨®n vecinal se encuentra en esta situaci¨®n. La administraci¨®n de Almeida ha demostrado en m¨¢s de una ocasi¨®n no querer promocionar los espacios de participaci¨®n ciudadana, que en la mayor¨ªa de los casos surgieron en los cuatro a?os que Manuela Carmena estuvo en Cibeles. En noviembre de 2019 ¡ªsolo cinco meses despu¨¦s del comienzo de la legislatura de los populares¡ª los vecinos del barrio de La Guindalera, en el distrito de Salamanca, dejaron La Gasolinera, un espacio que desde el 2016 albergaba un huerto urbano y numerosas actividades culturales.
Fue solo el primero de muchos. Le siguieron La Salamandra, en el antiguo colegio Antonio Gil Alberdi de Moratalaz, cuyos vecinos fueron desalojados en diciembre del mismo a?o; la Asociaci¨®n Vecinal de Las Tablas, en el distrito de Fuencarral-El Pardo, que disfrutaba de un espacio en cesi¨®n demanial desde 2013, cuando era alcaldesa la popular Ana Mar¨ªa Botella, y el Espacio Vecinal de Arganzuela, que entreg¨® las llaves del Mercado de Frutas de Legazpi en febrero de 2021. Desde hace ocho meses se resiste en Chamber¨ª la Casa de Cultura, que decidi¨® no abandonar el local de Bravo Murillo y luchar en los tribunales una pr¨®rroga de la cesi¨®n de las instalaciones que hab¨ªa sido negada por el Ayuntamiento.
La Casa del Cura tambi¨¦n ha decidido resistir. ¡°La sentencia sobre el recurso para la revocaci¨®n de la cesi¨®n est¨¢ pr¨®xima, no entendemos cu¨¢l es el problema en quedarnos hasta que se dicte, no van a hacer nada en un mes. Posiblemente, no van a hacer nada nunca, como pas¨® con todos los otros centros vecinales que han pasado por esto¡±, reconoce Castro. Vicente G¨®mez, presidente de la asociaci¨®n Esto es Pez, no tiene dudas sobre las intenciones del Ayuntamiento: ¡°Sabemos que si dejamos las llaves y luego el tribunal nos da la raz¨®n, nunca nos van a permitir volver¡±. Aseguran que en el caso de que la sentencia no les sea favorable, dejar¨¢n el inmueble sin oponer resistencia, ni recurrir.
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