La guerra del PP de Madrid arrastra a Almeida a una encrucijada
La batalla interna entre la presidenta regional Isabel D¨ªaz Ayuso y el l¨ªder nacional, Pablo Casado, desgasta m¨¢s al alcalde de Madrid que la gesti¨®n municipal
El alcalde de Madrid quiere poner fin a la guerra del PP de Madrid. La batalla interna entre la presidenta auton¨®mica, Isabel D¨ªaz Ayuso, y el l¨ªder nacional, Pablo Casado, por el control del partido en la regi¨®n ha arrastrado a Jos¨¦ Luis Mart¨ªnez-Almeida y a su equipo m¨¢s cercano a una encrucijada pol¨ªtica. El regidor madrile?o se ha visto acorralado entre dos aguas, en mitad de una tormenta de proporciones a¨²n desconocidas que, de momento, no tiene fecha de caducidad. Desde hace semanas, el nombre de Almeida est¨¢ todos los d¨ªas en las primeras p¨¢ginas de los diarios, en las tertulias radiof¨®nicas y televisivas, en los grupos de WhatsApp del partido y de la oposici¨®n y hasta en los editoriales y en las columnas de opini¨®n de la prensa conservadora. Nadie habla de su gesti¨®n municipal. Ni de su nuevo contrato de basuras, ni de la nueva ordenanza de terrazas, ni de la nueva bajada de impuestos, ni de Madrid Central. Ahora ocupa los titulares nacionales como el candidato de la direcci¨®n nacional que se enfrentar¨¢ a Ayuso por la presidencia del partido en la regi¨®n. ?l asegura que todav¨ªa no ha tomado la decisi¨®n, pero el debate sobre su candidatura ya empieza a desgastarle pol¨ªticamente, algo en lo que coinciden en la oposici¨®n (M¨¢s Madrid y PSOE) y en Ciudadanos, su socio de Gobierno.
La direcci¨®n nacional del PP ve en Almeida el hombre perfecto para ganar la batalla a Ayuso por el control del partido en Madrid. Un movimiento que abrir¨ªa de cuajo a los conservadores en el centro de Espa?a, su gran basti¨®n nacional, y al propio alcalde, que ahora mismo se encuentra dividido en dos. Por un lado, le debe lealtad a Casado, el hombre que apost¨® por ¨¦l para las elecciones municipales de 2019 siendo un aut¨¦ntico desconocido para los madrile?os. Y, por otro, est¨¢ el apego y el afecto personal que le tiene a Ayuso, a quien a¨²n considera su amiga, y tambi¨¦n el otro pilar de un t¨¢ndem electoral potente para las elecciones de 2023. ¡°Algunos en Sol [en referencia al equipo de Ayuso] se olvidan muy pronto de que ¨¦l se parti¨® la cara por la presidenta durante los meses m¨¢s duros de la pandemia¡±, coinciden fuentes del Ayuntamiento.
Solo un ejemplo. El 20 de julio de 2020, Almeida, Ayuso y Casado coincidieron en un acto en El Escorial con los j¨®venes del PP. Lejos de la tormenta que se avecinaba y enfrascados en la gesti¨®n del final de la primera ola del coronavirus, los dos l¨ªderes pol¨ªticos madrile?os presum¨ªan as¨ª de su amistad. ¡°Somos la doble A, Ayuso-Almeida, y de esta manera vamos a seguir¡±, dijo el alcalde. ¡°Hoy hemos comido juntos y hemos recordado cuando le dec¨ªan a Pablo Casado: ¡®?D¨®nde va Pablo con estos dos?¡¯ ?Pues tan mal no nos ha ido!¡±, ironiz¨®. ¡°Ayuso es la mejor compa?era de viaje en estos tiempos tan convulsos y dif¨ªciles. No hay diferencia entre nosotros por mucho que lo intenten¡±.
A?o y medio despu¨¦s, es su partido el que saca las diferencias y lo se?ala a ¨¦l como el candidato ideal para presidir el partido en Madrid. El ant¨ªdoto perfecto para terminar con las aspiraciones nacionales de la presidenta. ¡°El problema que tienen en G¨¦nova es que saben que no pueden liberar esta guerra por su cuenta¡±, sostienen fuentes del Ayuntamiento. ¡°Almeida es su hombre ideal, pero olvidan una cosa: ¨¦l no se representar¨ªa a s¨ª mismo, sino a G¨¦nova¡±. De ah¨ª que, desde un primer momento, ¨¦l fuera cauto en sus declaraciones p¨²blicas. ¡°No toca hablar¡±. ¡°Hoy no toca, lo siento¡±. ¡°Cuando llegue el momento, hablar¨¦¡±, eran sus respuestas habituales a las preguntas de si dar¨ªa el paso al frente. ¡°Creo, sinceramente, que los madrile?os lo que quieren del alcalde es que me centre en resolver sus problemas y no tanto en cuestiones org¨¢nicas internas¡±, dijo en su ¨²ltima entrevista con EL PA?S el pasado septiembre.
Soluci¨®n salom¨®nica
La opci¨®n ideal para Almeida es una tercera v¨ªa. Una soluci¨®n salom¨®nica que evitar¨ªa la guerra en el PP. Un aspirante que no fuera ni Ayuso, ni ¨¦l mismo, como proponen en G¨¦nova. ¡°Es lo m¨¢s l¨®gico, ya sabemos todo lo que pas¨® con Aguirre¡±, opina un dirigente del PP de Madrid. Lo que pas¨® fue que la presidenta Esperanza Aguirre acapar¨® el control absoluto del Gobierno auton¨®mico y del partido regional. Y la ausencia de l¨ªneas divisorias enred¨® al n¨²cleo duro de la entonces lideresa en una gran madeja de tramas de corrupci¨®n. Pero, sobre todo, le dio un poder inmenso por el que estuvo a punto de disputarle el liderazgo de Mariano Rajoy en el congreso de Valencia de 2008. Una hemeroteca que revive con fuerza en los mentideros conservadores y que, conforme pasan los d¨ªas, temen los m¨¢s ac¨¦rrimos a Casado.
Ayuso, al contrario que Almeida, mira m¨¢s all¨¢ de Madrid en casi todos sus discursos. ¡°Madrid y no solo Madrid¡±, dijo la noche que gan¨® las elecciones del 4 de mayo. ¡°Muy buenas noches a Espa?a y a todos los rincones del mundo. ?La libertad ha triunfado!¡±. Aquel martes, en el famoso balc¨®n de G¨¦nova, estaban el secretario general del PP, Teodoro Garc¨ªa Egea; Almeida y el l¨ªder del PP, Pablo Casado. Cuatro de los cinco principales combatientes de esta batalla pol¨ªtica interna. Solo falt¨® uno, Miguel ?ngel Rodr¨ªguez, el jefe de gabinete de la presidenta, al que m¨¢s temen y reprochan esta crisis interna tanto en G¨¦nova como en el palacio de Cibeles. ¡°Esto es muy sencillo¡±, resumen fuentes del PP madrile?o. ¡°Si Ayuso retirara a Rodr¨ªguez, ser¨ªa presidenta del PP de Madrid y se acabar¨ªan los problemas¡±. Una hip¨®tesis que resulta inviable por la confianza que tiene depositada en ¨¦l la presidenta.
¡°Soy partidario de la tercera v¨ªa, Isabel¡±
?Y si llega la fecha del congreso y no hay un acuerdo? ¡°El problema de Almeida es que no sabe decir que no¡±, afirma un concejal del Ayuntamiento que le conoce muy bien. ¡°No sabemos si aceptar¨¢ o no, pero est¨¢ claro que ¨¦l dir¨¢ lo que le diga Casado¡±. En mitad de la tormenta, la presidenta escribi¨® al alcalde el jueves pasado para tratar de resolver la crisis interna entre ambos, sin las manos de G¨¦nova. Comieron sin asesores, ni jefes de prensa, a muy pocos metros del despacho de Ayuso. La versi¨®n final en la que coinciden ambos equipos es que el tema del congreso no sali¨® hasta el ¨²ltimo momento, y que fue Almeida quien lo puso encima de la mesa: ¡°Yo soy partidario de la tercera v¨ªa, Isabel¡±. Es m¨¢s, incluso propuso algunos nombres para ello. Ayuso, sin embargo, respondi¨® que ella se presentar¨¢ s¨ª o s¨ª. No hubo acuerdo.
La erosi¨®n ha continuado esta semana con m¨¢s fuerza que la anterior. Es m¨¢s, entre el lunes y el mi¨¦rcoles el pico ha llegado al punto m¨¢s ¨¢lgido con filtraciones, reproches y ataques personales en la prensa. En el c¨ªrculo m¨¢s cercano del alcalde han visto c¨®mo, en cuesti¨®n de d¨ªas, los vecinos, los periodistas, los militantes y hasta sus compa?eros de partido no han parado de preguntarle al regidor: ¡°?Qu¨¦ est¨¢ pasando, alcalde?, ?a d¨®nde vamos con esto?¡±. En su entorno algunos se muestran tajantes: ¡°Tenemos que parar ya esto, por favor. As¨ª no podemos estar hasta la celebraci¨®n del congreso¡±.
Almeida, de momento, ha cambiado de estrategia y ya no contesta a las preguntas sobre la trifulca. A veces, no hay mayor grito que el silencio.
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