?No les da verg¨¹enza?
Casado llama ¡°aquelarre¡± a un encuentro de pol¨ªticas. Buxad¨¦, de Vox, ¡°fiesta de pijamas¡±
¡°Se est¨¢ convirtiendo en habitual ver a nuestros parlamentarios insultarse en el Congreso leyendo un papel. Hasta los insultos est¨¢n escritos de antemano¡±, se quejaba esta semana el lector Mario Su¨¢rez en la secci¨®n de cartas a la directora. ¡°La defensa de los postulados a pecho descubierto, como hac¨ªan los diputados y senadores de otros tiempos, se ha perdido por completo. Ahora, los portavoces de los partidos, en lugar de rebatir de forma elegante y espont¨¢nea las palabras del oponente, leen el papelito que llevan preparado, aunque no tenga nada que ver con lo que este haya dicho. A veces pienso que no se escuchan¡±, a?ad¨ªa.
No le falta raz¨®n a Mario Su¨¢rez. Lo explicaba en una entrevista a este diario, poco antes de jubilarse, una de las mujeres que m¨¢s sesiones parlamentarias ha vivido, Paloma Santamar¨ªa, ujier del Congreso durante 36 a?os: ¡°Antes sub¨ªan sin un papel, a debatir. Iban a intentar cambiar opiniones, a convencer. Ahora, normalmente lo traen todo escrito¡±. Santamar¨ªa destacaba que la formaci¨®n de los diputados hab¨ªa mejorado mucho ¨D¡°ahora tienen dos carreras, m¨¢ster...¡±¨D, pero, curiosamente, sus formas hab¨ªan empeorado otro tanto.
La sucesi¨®n de mon¨®logos en lo que deber¨ªa ser un debate pol¨ªtico, de ideas, incluye demasiado a menudo insultos impropios del esca?o que ocupan sus se?or¨ªas, pagado con dinero p¨²blico. Esa degradaci¨®n es m¨¢s grave en el hemiciclo, por lo que representa, pero ocurre con desgraciada frecuencia ante cualquier micr¨®fono. El l¨ªder de la oposici¨®n, Pablo Casado, acaba de definir el acto que reuni¨® a la vicepresidenta del Gobierno Yolanda D¨ªaz, la l¨ªder de Comprom¨ªs, M¨®nica Oltra; la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau; la portavoz de M¨¢s Madrid en la Asamblea, M¨®nica Garc¨ªa; y la pol¨ªtica ceut¨ª F¨¢tima Hamed Hossain como ¡°aquelarre¡±, es decir, reuni¨®n de brujas. Y Jorge Buxad¨¦, de Vox, se refiri¨® al encuentro como ¡°fiesta de pijamas, de charitos¡±.
Ayer en Valencia hubo otro aquelarre de radicales, ¡°feministas¡± que tapan abusos a menores y recortan pensiones a las madres.
— Pablo Casado Blanco (@pablocasado_) November 14, 2021
S¨¢nchez va al barranco con los socios que ya le han sorpasado: Comprom¨ªs en Valencia, Comuns en Barcelona, MM en Madrid, BNG en Galicia y Bildu en PVasco pic.twitter.com/57JSWhinHv
Lo de ¡°bruja¡± no es novedad. El pasado septiembre, Jos¨¦ Mar¨ªa S¨¢nchez, del partido de Santiago Abascal, us¨® ese t¨¦rmino contra una parlamentaria del PSOE. Ese mismo diputado suele referirse con tono socarr¨®n a la portavoz del PP, Cuca Gamarra, como ¡°do?a Cuca¡±. Por alguna raz¨®n inexplicable, las mujeres a menudo pierden el apellido en el momento en que entran en pol¨ªtica: S¨¢enz de Santamar¨ªa era ¡°Soraya¡±; Magdalena ?lvarez, ¡°Maleni¡±. Son muchas m¨¢s que cuando Alfonso Guerra se refiri¨® a Soledad Becerril, primera ministra desde la II Rep¨²blica, como ¡°Carlos II vestido de Mariquita P¨¦rez¡±, pero algunos no se han acostumbrado todav¨ªa a tratarlas como a iguales.
En ese clima de crispaci¨®n y mal gusto, el pasado septiembre, Susana Pancho, concejal del PP en Moguer, Huelva, dese¨® la muerte a Pedro S¨¢nchez, al que mand¨® a ¡°la puta mierda¡± en TikTok. El pasado abril, el presidente de la Diputaci¨®n de Lugo, Jos¨¦ Tom¨¦, del PSOE, se refiri¨® en estos t¨¦rminos a la popular Elena Candia: ¡°Con su vestimenta, su aspecto de leopardo¡ daba la imagen del vaquero americano que entr¨® en el Capitolio en Estados Unidos¡±. En octubre del a?o pasado, la popular Ana V¨¢zquez Blanco respondi¨® a un tuit de Irene Montero en el que la ministra de Podemos llamaba ¡°corruPPtos¡± a los populares tras la sentencia de G¨¹rtel con la siguiente frase: ¡°Habl¨® de p¡ la tacones¡±. En 2009, el presidente del PP de Ourense, Jos¨¦ Luis Baltar, llam¨® al conselleiro de Medio Ambiente Manuel V¨¢zquez, del PSOE, ¡°maric¨®n, sinverg¨¹enza y miserable¡±.
?No les da verg¨¹enza? A los ciudadanos, s¨ª.
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