No quieren que vivas aqu¨ª
A menos que seas noble, marquesa, duquesa, princesa, oligarca, tu nombre y apellido te delatar¨¢, te perseguir¨¢, te boicotear¨¢
El primero que me advirti¨® de ello fue mi profesor de Lat¨ªn a solo un mes de Selectividad. Estaba nerviosa pero me sent¨ªa segura: iba a hacerlo bien porque llevaba a?os haci¨¦ndolo bien. Un d¨ªa, al acabar la clase, ¨¦l me dijo: ¡°Si ves que tu nota es baja, pide revisi¨®n¡±. Yo pregunt¨¦ por qu¨¦. ?l contest¨® algo que llevo todav¨ªa grabado a fuego: ¡°Hay profesores que corrigen por el nombre y el apellido¡±. Y el m¨ªo era extranjero.
Esta vez no se trataba de burlas en el colegio entre tus iguales. Est¨¢bamos hablando de la m¨¢s clara constataci¨®n de que mi identidad pod¨ªa bajarme la nota, cerrarme puertas laborales, hacer que mi curr¨ªculum acabase en una papelera por el simple hecho de que la persona que estuviera ley¨¦ndolo considerase que yo era una persona de clase inferior o, en el peor de los casos, ni siquiera era persona.
En Selectividad esquiv¨¦ esa bala pero, a¨²n as¨ª, mi cuerpo tiene heridas de otras que acabaron hundi¨¦ndose en mi carne. Cuando empec¨¦ a buscar piso con mi primera pareja, comprob¨¦ que si yo contactaba con el anunciante del portal inmobiliario de turno, la respuesta nunca llegaba. En cambio, si lo hac¨ªa ¨¦l, con su nombre espa?ol y su apellido espa?ol, le devolv¨ªan la llamada.
Cuando empec¨¦ a buscar piso en Madrid sola, ya no hubo escudo posible contra el racismo. En los formularios donde escrib¨ªa mi apellido, nunca recib¨ªa respuesta. Si llamaba, al no o¨ªr ning¨²n acento, no hab¨ªa ning¨²n problema en ense?¨¢rmelo. Pero en la visita me delataba mi cara. Algunos lo dec¨ªan nada m¨¢s verme. Otros, ten¨ªan la delicadeza de esperar al final. Todos acababan preguntando: ¡°?Eres espa?ola?¡±. Luego inspeccionaban mi DNI, espa?ol, y exig¨ªan mostrar unos ingresos propios de la hija de un magnate textil. Una vez, me pidieron pagar un a?o entero por adelantado. Porque era espa?ola, s¨ª, pero no la clase de espa?ola adecuada.
La semana pasada se hizo p¨²blico que en Barcelona el 62% de los agentes inmobiliarios ponen trabas a los posibles inquilinos inmigrantes si lo piden los propietarios. Primero hacen una criba con el nombre, despu¨¦s el acento, despu¨¦s el aspecto, la ropa y, finalmente, con la documentaci¨®n. Seg¨²n un informe de SOS Racismo realizado en Madrid, Barcelona, Donostia y Gasteiz, en el testing telef¨®nico, de las personas a las que se les neg¨® que existiesen pisos para ofrecerles, el 69,8% eran demandantes de origen extranjero. En el presencial, de las personas a las que se les neg¨® que existiesen pisos para ofrecerles, el 86,7% eran demandantes de origen extranjero.
Hay profesores que corrigen por el nombre y el apellido, empresarios que contratan por el nombre y el apellido, propietarios que alquilan por el nombre y el apellido. A menos que seas noble, marquesa, duquesa, princesa, oligarca, tu nombre y apellido te delatar¨¢, te perseguir¨¢, te boicotear¨¢. Porque la realidad es que da igual lo que hagas o lo que consigas o c¨®mo seas: no quieren que vivas aqu¨ª por tu nombre y por tu apellido.
Suscr¨ªbete aqu¨ª a nuestra newsletter diaria sobre Madrid.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.