El castillete del Retiro muda la piel
Una reforma de tres millones de euros retirar¨¢ los revocos del antiguo tel¨¦grafo ¨®ptico y primera sede de la Agencia Estatal de Meteorolog¨ªa para restituir su aspecto del siglo XIX
La telegraf¨ªa ¨®ptica espa?ola se encontraba en v¨ªas de transici¨®n. Estaban a punto de centralizarse tres l¨ªneas que en 1848 ya cos¨ªan el pa¨ªs a trav¨¦s de se?ales visuales. Partir¨ªan todas ellas de la Puerta del Sol (Madrid) y otras torres en cadena iban a propagar el mensaje codificado por todo el territorio. El problema es que esta nueva cabecera en el kil¨®metro cero apenas pod¨ªa vislumbrarse desde los cerros de Almod¨®var y los ?ngeles, donde se levantaban las primeras conexiones con Valencia y C¨¢diz respectivamente. De ah¨ª que la Casa Real edificase una estaci¨®n intermedia, con traza de fortificaci¨®n g¨®tica, en el punto m¨¢s elevado del Retiro. El castillete, sin embargo, cambi¨® pronto de uso debido al advenimiento del tel¨¦grafo el¨¦ctrico. Se convirti¨® as¨ª en el germen de la actual Agencia Estatal de Meteorolog¨ªa (Aemet), dependiente del Ministerio para la Transici¨®n Ecol¨®gica, que en septiembre dio curso a una rehabilitaci¨®n para devolverle su aspecto decimon¨®nico despu¨¦s de tres d¨¦cadas cerrado.
Las obras costar¨¢n tres millones de euros y permitir¨¢n instalar un museo de la meteorolog¨ªa cuya propuesta expositiva queda a¨²n por definir. Est¨¢ previsto que los trabajos den comienzo en el primer trimestre del pr¨®ximo a?o y que se alarguen durante 18 meses. El castillete de planta cuadrada, tres alturas y cuatro torres como tambores en cada esquina mudar¨¢ la piel de revocos que lo envuelve desde 1947. Una cobertura de cemento bajo la que se esconden elementos de inspiraci¨®n medieval, como almenas, contrafuertes vistos y ventanas ojivales. Solo las instant¨¢neas que leg¨® Augusto Arcim¨ªs, primer director del Instituto Central Meteorol¨®gico, guardan memoria de aquel edificio inicial. El archivo reposa en las dependencias del Instituto del Patrimonio Cultural de Espa?a y data de 1900. Muestra a unos operarios ensimismados en sus tareas de medici¨®n y c¨¢lculo, rodeados de pluvi¨®metros y unos rudimentarios anem¨®metros de palas que calculaban la velocidad del viento.
Ocupaba la planta baja el auxiliar Nicol¨¢s Sama, que no parec¨ªa detectar los riesgos de lanzar sus cometas encaramado a la azotea sin arn¨¦s alguno. Las fotograf¨ªas que dispar¨® Arcim¨ªs muestran tambi¨¦n un r¨¢pido deterioro del castillete, que se hab¨ªa erigido medio siglo antes y ya sufr¨ªa desconchones en sus fachadas. Habr¨¢ que esperar hasta 1910 para que la estaci¨®n cuente con un presupuesto algo m¨¢s holgado.
Fue entonces cuando la instituci¨®n pas¨® a llamarse Observatorio Central Meteorol¨®gico, bajo la direcci¨®n de Jos¨¦ Galbis, quien promovi¨® una red pluviom¨¦trica a nivel nacional. Elev¨® en el Retiro el primer globo piloto de todo el pa¨ªs con el objetivo de calcular los vientos, como refleja una imagen de la ¨¦poca. El jefe de servicio de instalaciones y obras de Aemet, Juan P¨¦rez, se?ala que la rehabilitaci¨®n del antiguo tel¨¦grafo pivota sobre estos reportajes: ¡°Hemos estudiado con exactitud las im¨¢genes para reponer cada material de la ¨¦poca¡±. La adecuaci¨®n y reapertura del castillete es una de las principales reivindicaciones de la Asociaci¨®n de Amigos de los Jardines del Buen Retiro.
La excavaci¨®n de un s¨®tano constituye el punto m¨¢s caro y complejo. ¡°Soy un firme defensor de esta actuaci¨®n, porque permitir¨¢ alojar bajo tierra los ba?os y aquellas salas de almacenaje que sean necesarias, liberando as¨ª el resto del edificio, de proporciones bastante limitadas¡±, se?ala P¨¦rez. Pese a que cuentan con un grosor de 85 mil¨ªmetros, los muros de la planta baja parecen afectados por una humedad que ha disgregado el ladrillo. Ser¨¢ entonces necesario inyectar resinas que lo cohesionen para ir levantando despu¨¦s nuevas cimentaciones por medio de micropilotes, que operan como agujas penetrando en la tierra. Las dos ¨²ltimas alturas van a cubrirse con unas cristaleras que proporcionar¨¢n iluminaci¨®n natural. Tambi¨¦n la terraza tendr¨¢ su propia funci¨®n, como en tiempos de Arcim¨ªs, haciendo las veces de gran mirador orientado hacia la Puerta del Ni?o Jes¨²s y sus entornos.
Un empedrado de estilo portugu¨¦s enlaza el castillete con su jard¨ªn circular. En el centro se alza otro vestigio muy vinculado a la historia de este lugar. Se trata del pedestal c¨®smico que instal¨® en 1934 el f¨ªsico Arturo Duperier durante sus investigaciones acerca de la radiaci¨®n. Sobre este pilar de un metro de altura colocaba aquel candidato al Nobel, que solo cinco a?os despu¨¦s emprender¨ªa su camino hacia el exilio en Inglaterra, una serie de aparatos de plomo destinados a la medici¨®n de iones. Durante los trabajos de ajardinamiento, una excavadora da?¨® en enero la pieza, cuyos restos acabaron en un contenedor por descuido de los alba?iles. Fue Antonio Caba?as, observador meteorol¨®gico de Aemet en el Retiro, quien los encontr¨® y alert¨® al Ayuntamiento de Madrid. La peana se repuso y ha sido restaurada. Permanece a la espera de que una cartela relate su origen.
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