Destellos de felicidad
En Nochevieja, alc¨¦ la copa con el brazo en el que la enfermera me puso la vacuna
Escribo esto a pocas horas del fin de 2021, en medio de la sensaci¨®n generalizada de que 2021 no fue m¨¢s que la repetici¨®n de un 2020 nefasto. Una segunda temporada mala porque el hype era demasiado alto. Esper¨¢bamos que 2021 ser¨ªa el a?o en el que volver¨ªamos a tener la vida de antes, si es que tal cosa todav¨ªa existe. Esper¨¢bamos que las vacunas fueran milagrosas, tanto que la FundeuRAE ha elegido la palabra vacuna como palabra del a?o m¨¢s de dos siglos despu¨¦s de que fuera usada por primera vez. Y las vacunas han sido milagrosas, pero los milagros tienen la sorprendente costumbre de concentrarse en las latitudes ricas de este mundo y pasar de largo de los pobres. M¨¢s que rezarle a alguna virgen, habr¨ªa que venerar el PIB.
La cuesti¨®n es que no creo que el 2021 haya sido un 2020 volumen dos. Aunque muchas noticias nos parezcan un refrito de grandes ¨¦xitos del a?o pasado como ¡°mascarillas en la calle¡± o ¡°toques de queda¡± o ¡°aqu¨ª nos juntamos como mucho, mucho, seis¡±, el 2021 ha tenido sus propias aportaciones. El pasaporte covid. La recuperaci¨®n de las letras del alfabeto griego para gozo de todos los que estudiamos cl¨¢sicas. Filomena. Nuevos estados an¨ªmicos como languidez o cansancio que se suman al miedo. Parece que no nos movemos del sitio pero sin duda estamos avanzando, aunque el paisaje tras la ventana no eran las vistas que nos esper¨¢bamos. A lo mejor es una cuesti¨®n de calibrar las expectativas.
Lejos del sarcasmo de Twitter que sigue empe?ado en hacernos creer que cada a?o es peor que el anterior, en Instagram los usuarios han decidido reunir las fotos de los instantes en los que fueron verdaderamente felices. Y descubro, en medio del desastre, fotos de personas felices tomando algo en una terraza en verano con sus amigos. Personas que se casaron. Personas que tuvieron hijos. Personas que se curaron de un c¨¢ncer o personas que adoptaron un perro y ahora se sienten menos solos.
En Lecciones de epicure¨ªsmo de John Sellars leo la frase: ¡°El dolor que sufrimos suele estar compensado por los distintos placeres que experimentamos al mismo tiempo, aunque a menudo subestimemos su n¨²mero¡± y la subrayo porque me parece que es algo importante que no deber¨ªa olvidar. Sin duda, lo olvidar¨¦, pero mientras contemplo todos esos destellos de felicidad pienso que es cierto: tuvimos momentos de placer en medio del dolor. Y, por suerte, estamos lo bastante bien programados para recordar lo bonito y borrar lo que nos hizo sufrir para poder seguir adelante aunque el paisaje haya cambiado.
En Nochevieja, cuando me sent¨¦ a la mesa para brindar por el fin del 2021, alc¨¦ la copa con el brazo en el que la enfermera me puso la vacuna y mir¨¦ a mis padres, a mi hermano y a mi prometido. Probablemente llor¨¦ un poco porque aqu¨ª sigo, aqu¨ª siguen, aqu¨ª seguimos, con la convicci¨®n de que el 2022 vendr¨¢ con dosis de dolor pero tambi¨¦n con varias p¨ªldoras de placer. Lo importante es no subestimar su n¨²mero.
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