Las nuevas ¡°franquicias¡± de las bandas juveniles: cuatro muertos, m¨¢s apu?alados y una actividad imprevisible
Los Trinitarios y Dominican Don¡¯t Play han evolucionado hacia un sistema menos jerarquizado y las atenciones sanitarias por heridas de arma blanca se han multiplicado en un a?o en Madrid
Youtube es el cementerio visual de todos aquellos que han ca¨ªdo en la guerra de bandas en Madrid. De los que han muerto, pero tambi¨¦n de los que han ido a parar a la c¨¢rcel apenas cumplidos los 18 o al centro de menores si no llegan a la mayor¨ªa de edad. All¨ª quedan los videoclips de Isaac, el rapero asesinado en un t¨²nel el verano pasado. Pero tambi¨¦n los que grab¨® su asesino confeso, el miembro de los Dominican Don¡¯t Play David B¨¢rcena, en los que tambi¨¦n aparece Alejandro P¨¦rez, la ¨²ltima v¨ªctima mortal acuchillada hace tres semanas a plena luz por sus enemigos, los Trinitarios. Una ejecuci¨®n en represalia por el asesinato en febrero en Atocha de Jaime Guerrero, de 15 a?os, cuya muerte inund¨® de homenajes otra red social, TikTok. La madeja de los integrantes de las bandas juveniles en Madrid es enrevesada y llena de conexiones. Es la nueva generaci¨®n de pandilleros que no operan como aquella que hace 20 a?os comenz¨® a establecerse en Madrid y que en lo que va de a?o ha dejado ya el doble de muertos que en todo 2021 y un incremento en los apu?alamientos en la capital.
Los fallecidos por la guerra de bandas hasta ahora son cuatro, pero no existe un recuento oficial de las v¨ªctimas que no pierden la vida pero s¨ª est¨¢n cerca de hacerlo. Seg¨²n las estad¨ªsticas, el Samur ha atendido 111 agresiones por arma blanca entre el 1 de enero y el 12 de mayo. En el mismo periodo de 2021 la cifra ascend¨ªa a 69, y el 2019, a 74. El 2020 no cuenta por la pandemia. Es imposible saber con precisi¨®n qu¨¦ parte de incremento se debe a agresiones entre pandilleros, aunque hay indicadores que dan una pista. En sus redes sociales el Samur comunica algunas de las agresiones con arma blanca m¨¢s graves. De la veintena que ha comunicado este a?o, en al menos 11 de los casos la principal hip¨®tesis es la agresi¨®n entre pandilleros.
Eso es lo que pas¨® en un bar del distrito de Tetu¨¢n a finales de abril. Las im¨¢genes de vigilancia del local muestran una jaur¨ªa humana que se abalanza contra el objetivo. Se ve que intenta escapar por la puerta del bar pero le arrinconan en una esquina. Al menos una decena de atacantes se echa sobre ¨¦l, que ya hab¨ªa ca¨ªdo al suelo. Se observan varios machetes subir y bajar, subir y bajar. La agresi¨®n dura apenas un minuto y todos se dispersan fuera del local. Ah¨ª qued¨® la v¨ªctima de 20 a?os que, salv¨® la vida.
Ataques como este resultan casi imposibles de prevenir por muchos agentes que patrullen la calle cada noche. En este caso era una venganza de los Trinitarios contra un miembro de su propia banda. Ese barrio no estaba incluido en el plan antibandas de la Delegaci¨®n del Gobierno reforzado en febrero despu¨¦s de un fin de semana con seis agresiones y dos muertos. Este plan y el permanente seguimiento de estos grupos violentos ha permitido que casi todos los cr¨ªmenes que han levantado alarma en Madrid est¨¦n resueltos.
¡°Ya no funcionan con el sistema jer¨¢rquico que ten¨ªan antes, s¨ª que hay algunos m¨¢s mayores que tienen m¨¢s autoridad, pero en general son grupos independientes que tienen cierta relaci¨®n entre s¨ª¡±, explica un polic¨ªa nacional de Madrid experto en bandas. Otro agente hace este s¨ªmil: ¡°Antes ten¨ªan una organizaci¨®n m¨¢s de multinacional, ahora son como franquicias¡±. Este cambio de paradigma, sumado a que cada vez los miembros son m¨¢s j¨®venes hace que sus ataques sean cada vez m¨¢s impredecibles. Esta misma visi¨®n expuso hace unas semanas en una comisi¨®n de la Asamblea de Madrid, la soci¨®loga experta en bandas Mar¨ªah Oliver: ¡°Han perdido la estructura piramidal, ahora son una serie de grupos atomizados que se identifican con unas siglas, pero no con otros grupos en el resto del territorio¡±.
Un agente municipal que forma parte del operativo de vigilancia del dispositivo antibandas en Madrid lo ve tambi¨¦n en las calles. ¡°Antes era muy f¨¢cil reconocerles por la vestimenta y los adornos, ahora ya no llevan nada llamativo. Y tampoco es tan f¨¢cil verles en los parques, ya no se re¨²nen tanto al aire libre sino que buscan sitios privados¡±, comenta. Los signos identificativos como collares, pa?uelos o incluso manuscritos con la filosof¨ªa de sus bandas los guardan para casa, donde los polic¨ªas s¨ª que los encuentran en los registros. Esto contrasta con su exposici¨®n sin l¨ªmites en las redes sociales.
El aumento de la violencia ha hecho que las fuerzas de seguridad tengan que redefinir el modo en el que luchan contra esta criminalidad, y las redes es precisamente donde van a poner el foco. ¡°Los expertos policiales han constado la evoluci¨®n reciente de este fen¨®meno y la conveniencia de acometer su actualizaci¨®n para adaptarlo a la realidad actual¡±, explic¨® este jueves el Ministerio de Interior en una nota de prensa. Un golpe de realidad fue constatar que la edad media de entrada a estas organizaciones ha bajado hasta los 11 y 12 a?os. El que se considera autor material del ¨²ltimo asesinato de bandas en Madrid acababa de cumplir 14 a?os. ¡°Cuando hablamos de estas investigaciones y los motivos detr¨¢s de las agresiones parece que estemos describiendo peleas de colegio, pero la realidad es que acaban mat¨¢ndose¡±, se lamenta el mismo polic¨ªa que explicaba que ya no hay grandes l¨ªderes.
Aunque funcionen como grupos independientes, las redes sociales dejan constancia de que s¨ª hay nexos de uni¨®n entre los pandilleros de diferentes barrios y municipios. Y tambi¨¦n de sus amenazas cruzadas. Los investigadores de la Brigada de Informaci¨®n de la Polic¨ªa Nacional anotan estos lazos de uni¨®n a ritmo de m¨²sica drill, un tipo de rap que cantaban algunos de los que han protagonizado los cr¨ªmenes en los ¨²ltimos meses en Madrid.
Muchos de los integrantes de las bandas est¨¢n obsesionados con estos videoclips, que generalmente graban con bastante calidad, y en los que no se ponen frenos a la hora de hacer gala de machetes y otras armas. En Madrid, la principal hip¨®tesis sobre el m¨®vil del asesinato del rapero Isacc fue precisamente que se neg¨® a hacer canciones para los DDP o que esta banda pensaba que iba a hacerlas para los Trinitarios.
Los fiscales y abogados brit¨¢nicos trataron de aportar estas canciones como pruebas en los juicios contra los cr¨ªmenes de pandilleros. En ese pa¨ªs soportan desde hace a?os un incremento constante de las agresiones con cuchillo, que les ha llevado a promulgar leyes espec¨ªficas para atajar el problema. Las acusaciones alegaban que las letras de estas canciones incitaban a la violencia entre bandas y que adem¨¢s muchas de ellas describ¨ªan cr¨ªmenes y reyertas entre grupos rivales, que solo pod¨ªan describirse as¨ª si el autor hab¨ªa estado involucrado en ellas. Algunos jueces llegaron a admitir las pruebas. En Espa?a todav¨ªa no ha sucedido.
Algo en lo que es m¨¢s dif¨ªcil trabajar a corto plazo es en la fascinaci¨®n que ejercen las bandas sobre los adolescentes que se integran en ellas como si fuera un juego. Para algunos ya es demasiado tarde, para los cuatro muertos que deja el odio irracional entre Triniatrios y DDP. Y tambi¨¦n para las familias destrozadas que dejan los cuchillos y los machetes.
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