Resuelto el asesinato de Atocha, un crimen de bandas ejecutado por adolescentes
La Polic¨ªa detiene a tres menores por el asesinato del pandillero que se desangr¨® a las puertas de una discoteca en el centro de Madrid febrero por una cuchillada en el coraz¨®n
El adolescente mira con desgana mientras los agentes inspeccionan su habitaci¨®n. El quincea?ero no abre la boca, pero su madre echa a llorar cuando ve c¨®mo los polic¨ªas encuentran dos machetes en el cuarto de su hijo. La casa est¨¢ a unos metros del punto de la calle de Atocha en el que Jaime Guerrero, un pandillero de 15 a?os, fue asesinado el 5 de febrero en un enfrentamiento entre bandas rivales. Los investigadores acaban de poner rostro a los responsables de ese crimen. El chico que no habla es uno de ellos y junto con otros dos menores fue detenido este mi¨¦rcoles por cometer ese asesinato. Los tres son miembros de la banda Dominican Don¡¯t Play.
La v¨ªctima era un chico delgado y atl¨¦tico al que apenas se le hab¨ªa borrado el acn¨¦ de la cara cuando muri¨®. Hab¨ªa jugado en equipos de f¨²tbol como el M¨®stoles y viv¨ªa con su familia en Vallecas. Pero alrededor de seis meses antes de su muerte algo cambi¨®. Dej¨® de ir a clase y abandon¨® los entrenamientos. Empez¨® a meterse en l¨ªos. Tantos, que la Polic¨ªa lleg¨® a detenerle por robos con violencia. Todas las pruebas apuntan a que el chico se hab¨ªa unido a los Trinitarios, una de las dos bandas juveniles violentas predominantes en Madrid. Una decisi¨®n que puso fecha al final de su vida cuando no hab¨ªa cumplido ni 16 a?os.
¡°Creemos que el error de Jaime fue el peor de los que pueden cometer los pandilleros: hab¨ªa cambiado de banda. Antes de ser trinitario hab¨ªa pertenecido o simpatizado con otras¡±, explica una fuente policial cercana al caso. En las reglas no escritas de las bandas, esto supone una sentencia de muerte y eso es lo que Jaime encontr¨® a las puertas de una discoteca.
Esa noche de febrero en la que hubo al menos otras cinco reyertas de bandas por toda la ciudad, todo sucedi¨® muy r¨¢pido. Los trinitarios y los DDP se encontraron de fiesta en las puertas de una discoteca de Atocha y estall¨® el enfrentamiento. Todos llevaban armas. En las im¨¢genes grabadas por las c¨¢maras de seguridad y por los m¨®viles se ve c¨®mo los pandilleros se mueven entre la multitud calle arriba calle abajo. Primero parece que Jaime, con un machete en la mano, sube para despu¨¦s cambiar de direcci¨®n. En ese momento ya le hab¨ªan clavado el cuchillo en el pecho. La adrenalina provoc¨® que aguantara unos segundos m¨¢s en pie, pero la p¨¦rdida de sangre fue tan grande que solo dio unos pasos hasta que se derrumb¨® a unos metros del McDonalds que hace esquina y que siempre est¨¢ rodeado de repartidores que esperan su turno para recoger sus pedidos. Unos viandantes intentaron reanimarle pero Jaime ya estaba inerte en el suelo.
Precisamente la abundancia de testigos y de v¨ªdeos ha sido la clave de este caso. La materia prima con la que han tenido que trabajar durante estos meses los investigadores del Grupo V de Homicidios de Madrid era tan abundante que era imprescindible discernir lo que la gente vio de lo que creyeron ver para no errar el tiro. Para ello, han contado con el apoyo de los grupos especializados en bandas de la Brigada de Informaci¨®n, que pusieron encima de la mesa una serie de posibles sospechosos que coincid¨ªan con las im¨¢genes. ¡°Hay pruebas suficientes para acreditar que esto tres detenidos participaron en el asesinato¡±, aseguran fuentes cercanas a la investigaci¨®n. La Fiscal¨ªa de Menores opina como los investigadores y por eso solicit¨® medidas de internamiento para los detenidos, sin embargo el juez ha dictado de forma cautelar la libertad vigilada para dos de ellos y la provisional para otro hasta que se celebre el futuro juicio.
Jaime llevaba mucho tiempo en el objetivo de sus rivales. Un grupo de DDP ya hab¨ªa ido a su casa en Vallecas semanas antes de su muerte en su busca. Ese d¨ªa los que los encontraron fueron agentes de la Polic¨ªa que les identificaron y les quitaron las armas, aunque no encontraron una explicaci¨®n a que estuvieran merodeando ese d¨ªa por la zona. La respuesta lleg¨® semanas despu¨¦s, cuando comprobaron la direcci¨®n del adolescente que muri¨® desgandrado en las puertas de una discoteca en Atocha y vieron que estaba muy cerca del punto en el que ese grupo de DDP hab¨ªa sido identificado.
En abril, otro miembro de los DDP, Alejandro P¨¦rez, fue ejecutado en la calle como venganza por la muerte de Jaime. Sus enemigos trinitarios le tendieron una trampa haci¨¦ndole creer que hab¨ªa quedado con una chica para abordarlo solo y matarlo a cuchilladas a plena luz del d¨ªa. La polic¨ªa detuvo solo unos d¨ªas despu¨¦s a un trinitario que acababa de cumplir 14 a?os como autor de la pu?alada y a otros seis por participar en la emboscada. P¨¦rez hab¨ªa sido investigado por estar en Atocha la noche en la que muri¨® Jaime.
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