Tres expertos ¡®cocineros¡¯ para una narcofinca al estilo colombiano escondida en medio de la sierra de Madrid

Entre gallinas, vacas y juguetes, los tres cocineros trabajan la droga que llegaba cada d¨ªa a la finca en cantidades industriales. Hasta 120 kilos semanales oculta en sacos de cemento. As¨ª pasaban los d¨ªas, rodeados de encinas y animales, los tres expertos en tratamiento de coca¨ªna tra¨ªdos especialmente desde Colombia hasta Navalagamella, un peque?o pueblo de la sierra de Madrid. Hasta que el 6 de septiembre todo se vino abajo, cuando un numeroso grupo del equipo de ¨¦lite de la Polic¨ªa Nacional, los GEO, se despleg¨® en el inmenso terreno y desbarat¨® el negocio. Los especialistas del cuerpo en este tipo de laboratorios nunca hab¨ªan visto una estructura as¨ª en territorio espa?ol, m¨¢s semejante a los que se encuentran en la selva.

¡°No sabemos si es porque la casa era de peque?as dimensiones o cu¨¢l es el motivo de que lo montaran todo al aire libre, pero no es lo que nos encontramos normalmente¡±, explica un miembro del operativo que ese d¨ªa entr¨® en la finca despu¨¦s de meses de investigaci¨®n. En el momento en el que se desarticul¨® la red, se intervinieron 85 kilos de pasta base de coca¨ªna, 250 kilogramos de cemento impregnado en esta droga, 950 litros de precursores qu¨ªmicos, seis veh¨ªculos y 36.000 euros. En este caso, el plan inicial era establecer el laboratorio en un chalet de Co¨ªn (M¨¢laga), un modo de proceder que se asemeja m¨¢s a los que los agentes especializados han visto anteriormente en este tipo de organizaciones: en un espacio cerrado de grandes dimensiones.

No solo se parec¨ªa a los laboratorios del otro lado del Atl¨¢ntico en la estructura, sino tambi¨¦n en el m¨¦todo de tratamiento de la coca. ¡°Mientras que en otras ocasiones hacen uso de muchos elementos qu¨ªmicos que est¨¢n sometidos a controles en el momento de su compra, esta vez solo usaban gasolina, amoniaco y agua, lo que demuestra el gran conocimiento que ten¨ªan de la t¨¦cnica¡±, a?ade este agente. Estos productos los ocultaban en un almac¨¦n en C¨®rdoba, que trasladaban hasta Madrid cuando se les iban agotando.

En un punto de la finca, de una extensi¨®n considerable, se levantaba una peque?a caba?a de madera en la que se amontonaban los tres cocineros, como se conoce a los expertos en elaborar la coca¨ªna para su venta, una especie de capataz y otro miembro de la organizaci¨®n. La propiedad pertenece a la hermana de uno de los integrantes de la red criminal. En el operativo han sido detenidas 12 personas, entre ellas el cabecilla, un espa?ol afincado en la Costa del Sol, a los que los polic¨ªas ve¨ªan habitualmente moverse en coches de alta gama. ¡°Hasta cinco o seis veh¨ªculos de lujo¡±, remata el polic¨ªa participante en la investigaci¨®n.

En uno de esos coches, los polic¨ªas encontraron una pistola que el l¨ªder de la banda portaba para defenderse de posibles enemigos. Se trata de un delincuente de unos 40 a?os, viejo conocido de la polic¨ªa por su relaci¨®n con otras operaciones de narcotr¨¢fico. ¡°Hab¨ªa estado relacionado con la Reina de la Coca [Ana Mar¨ªa Cameno]¡±, se?ala este polic¨ªa que ha seguido de cerca los pasos de la organizaci¨®n desmantelada.

De la provincia de M¨¢laga part¨ªan habitualmente comitivas con la droga que despu¨¦s trataban en este municipio madrile?o cercano a El Escorial. ¡°Los furgones en los que cargaban los bloques de cemento estaban muy vigilados y al frente de la comitiva siempre iba un coche lanzadera para alertar de posibles sorpresas¡±, indica el polic¨ªa. La zona en la que trataban la coca¨ªna estaba cubierta por unas lonas y sombrillas colocadas de forma an¨¢rquica, para evitar posibles vigilancias desde el cielo. De hecho, eran ellos los que ejerc¨ªan la vigilancia a¨¦rea, gracias a un dron que sobrevolaba la inmensidad de la finca constantemente. Tambi¨¦n hab¨ªa miembros de seguridad en los extremos del terreno con transmisores para comunicarse entre ellos.

Adem¨¢s de los animales que viv¨ªan en el campo, los agentes encontraron juguetes de los ni?os de la familia propietaria del terreno, as¨ª como otros objetos personales. Todos ellos impregnados del fuerte olor a gasolina que desprend¨ªan los bidones. ¡°Los cocineros llegaron en tres vuelos independientes de Colombia para levantar menos sospechas. Muchas veces, una vez que aterrizan, les tapan los ojos y ni ellos mismos saben d¨®nde los han llevado¡±, indica el agente que ha participado en la operaci¨®n. Esta vez, no pudieron cerrar sus ojos ante la inesperada llegada de los GEO entre un mont¨®n de gallinas.

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